Más del 9 % de los alumnos españoles sufren acoso escolar. El Debate conversa con los padres de Kira, joven de 15 años que se quitó la vida por las burlas que recibía de sus compañeros desde que tenía cuatro años
El 21 de mayo de 2021 Kira salió de casa hacia el colegio como un día más de tantos que llevaba a cuestas. A las 08:04 de la mañana, la joven de 15 años mandó un mensaje de WhatsApp a sus padres, unas palabras que acabarían siendo sus últimas: «Mami, papi, os quiero mucho y sois los mejores y siento haber hecho esto. Pero lo he hecho porque no soy suficiente y nunca lo seré y ya no vale la pena vivir. Bajad para saber a lo que me refiero. Y decidle al resto de la familia y a mis amigos de parte mía que les quiero mucho».
Kira se quitó la vida esa misma jornada. «Ese día el colegio nos llamó diciendo que nuestra hija no había ido a clase. Yo pensé: ‘¿Qué habréis hecho a mi hija para que decida tirarse?’», relata José Manuel López Viñuela, padre de la niña, a El Debate.
El miedo dura para siempre, pero aprendes a esconderlo
Su voz la persiguió durante toda su corta vida. Los niños de su clase se burlaban de ella, la tiraban por las escaleras, le cortaban mechones de pelo. «A mí me encantaba su voz. Era preciosa, perfecta», expresa emocionado su padre. «Mi hija tiritaba en clase, cuando se metían con ella le afectaba de forma exagerada. Con 11 añitos Kira todavía nos contaba las cosas y tenemos un vídeo en el que sale ella hablando y verbaliza: ‘Es que tengo una voz horrible’. Ahora lo entendemos».
Cuando Kira se quita la vida, sus padres no entienden nada. Su hija dejó de contarles el acoso que sufría en el colegio por no verles sufrir. «El miedo dura para siempre, pero aprendes a esconderlo», sentenció la niña en un relato de voz grabado seis meses antes de aquel fatídico día en el que acabó con su vida. Los padres de Kira, no escuchan estas palabras hasta que salen a la luz gracias a la investigación de los Mossos d’Esquadra, cuando ya es demasiado tarde.
«Kira desarrolló indefensión aprendida. El día antes de suicidarse vino del colegio muy perturbada, muy alterada. Dijo que quería hablar con nosotros, pero hubo un momento en el que intentó dejar el tema. Seis meses antes de morir deja grabado un testimonio de voz en el que explica todo. Lo que le marca es el bullying que sufrió», explica María José López, madre de la niña, a este medio.
El acoso que mató a Kira
El bullying hacia Kira comienza cuando tan solo tiene cuatro años. La niña llegaba con la cara marcada a casa, la humillaban, la golpeaban. Sus padres confiaron en el colegio —el Manyanet de Barcelona— para poder revertir esta situación. Ahora, después de la investigación policial, saben que el centro tapó el acoso.
«No te entra en la cabeza que el colegio te vaya a engañar, confías en ellos. Cuando con cinco años mi hija explica a la profesora lo que sus compañeros le hacen, ella dice que mi hija es muy pesada, que es un disco rayado. Y todo esto se lo llama delante de la clase, lo que provoca que el bullying crezca», relata su madre a El Debate.
Por el contrario, otro profesor de la escuela se percata del comportamiento abusivo de los compañeros de clase hacia la pequeña y los paraliza. El problema es que las consecuencias ya eran irreversibles. «Kira era extrovertida, divertida, con amigos. A raíz de aquello empieza a ser más tímida, más insegura, no se fiaba. Crece con este miedo, al que ella ya se había acostumbrado. Iba al colegio y ya estaba en alerta. Sobrevive Primaria por sus amigas», se lamenta su madre.
Durante la ESO los ataques continúan, quizá ya no de forma física, sino que sus compañeros se centran en minar la autoestima de la niña. Un día Kira utilizó el móvil en clase y su profesor la castigó. «Se encerró con mi hija dos tardes a solas. Le dijo que lo que había hecho no tenía perdón. ‘Es que si matas a alguien también le vas a pedir perdón’, dijo. También le dijo: ‘Si dices algo de esto te llevaré al teatro de la escuela y te humillaré delante de tus compañeros’. Kira llegó a casa diciendo ‘Es que no merezco vivir’. Es la única vez que le escuché decir algo de eso», recuerda María José.
Tras la pandemia de la covid, las clases se dividieron en grupos burbuja y a Kira la separaron de sus amigos. Sus padres recurrieron al Manyanet, pero el colegio hizo oídos sordos. Lo que Juan Manuel y María José no sabían era que en la burbuja de su hija las burlas continuaban día a día. En las declaraciones judiciales los compañeros reconocen el acoso hacia la niña. «Yo cuando la insultaba sabía que ella tenía miedo», declaró uno de ellos. «Yo vi cómo le dio un ataque de ansiedad», dijo otro. Los amigos de Kira contaron a sus padres que los niños de la clase llegaron a burlarse de la muerte de su hija.
Hay padres que llevan a sus hijos al matadero sin saberlo Padre de Kira
Juan Manuel y María José no denunciaron a ningún niño, aunque les gustaría haber recibido unas palabras de disculpa que nunca llegaron. La demanda se interpuso contra el centro escolar. «La investigación ha dejado al descubierto que el colegio lo sabía y que el colegio lo tapó. Las negligencias se han podido probar una tras otra», expresa la madre de Kira. «Tenemos muy claro lo que no tiene que hacer un colegio para que esto no pase. Hay padres que llevan a sus hijos al matadero sin saberlo», se lamenta su padre. El Debate se ha puesto en contacto con el Colegio Manyanet San Andrés de Barcelona para saber su versión de los hechos, pero no ha recibido respuesta por parte del centro.
Las ayudas de los colegios
Aunque la suerte de Kira fue la contraria, hay muchos centros en los que ya se han activado protocolos de actuación en caso de bullying. Raúl Adames, director del área de colegios del CEU, ha dirigido campañas contra el acoso escolar y ha relatado a El Debate las claves para poder evitar este sufrimiento constante de los más pequeños. «El tema del bullying no es un tema banal. Tenemos que estar muy atentos para ver en qué están sufriendo, cuál es el motivo, intentar no dividir, analizar la situación desde todos los puntos de vista y acompañar a todos. Aunque los centros tenemos que saber que hay una línea roja», explica.
Adames relata que en los colegios que dirige «tenemos un programa muy asentado de apoyo y prevención, además de actuaciones contra el acoso. La pata más importante es la preventiva, generar una ambiente escolar, impulsar el factor protector de los compañeros. También se hacen test psicométricos que nos ayudan a detectar casos más complicados».
Asimismo, alerta del peligro de las redes sociales y el cyberbullying: «El acoso a través de los grupos de WhatsApp a veces nos cuesta más. Hay adolescentes que no conocen los riesgos de publicar la foto de otra persona y los daños que se puedan hacer».
Aunque argumenta que «como colegios no podemos asumir todas las responsabilidades», Adames es claro con el protocolo de actuación en caso de un acoso claro y reiterado: «Una vez que hay ciertas situaciones, entran en juego los reglamentos, porque sí hay líneas rojas y si se traspasan actuamos con todo para que esa situación se corte. Son situaciones tensas y complejas».
La vía legal contra el acoso escolar
Noelia Rebón es abogada especializada en acoso escolar desde hace 25 años. Actualmente, se encarga del área legal de Trencats, asociación creada por los padres de Kira para ayudar a los niños que sufren bullying. Rebón explica a El Debate que el acoso escolar se puede llevar por varias vías, tanto por la penal como por la civil.
Esta abogada aconseja «dejarlo todo por escrito, documentarlo todo. Las palabras se las lleva el viento. Escribir todos daños que puedas experimentar, desde el pediatra hasta el centro de salud mental, para dejar constancia. Hay que decírselo al tutor, al director, porque si no, no lo puedes probar. También recomiendo informar a la Inspección de Educación y al Defensor del Pueblo. En cada autonomía tienen su figura y funcionan bastante bien».
Asimismo, Rebón explica que «se está abriendo una nueva vía legal, que es poder imputar a directores o tutores cuando hay una omisión absoluta. Por los colegios públicos responde la Administración».
El 9,4 % de los alumnos sufre bullying
Según el estudio La opinión de los estudiantes, publicado por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR, el 9,4 % de los alumnos españoles afirma que él o uno de sus compañeros está sufriendo acoso escolar presencial y/o ciberbullying, mientras que casi la mitad del alumnado (un 47 %) reconoce que no hacen nada ante los casos de acoso que sufren sus compañeros.
El estudio se basa en las respuestas de más de 9.300 alumnos de entre 11 y 14 años y de 454 profesores de centros docentes de distintos puntos de España.
El informe sitúa la incidencia del acoso escolar presencial en el 6,5 % del alumnado en España, cifra similar al de los países del entorno de España, según datos del Informe PISA, siendo el acoso escolar más extendido entre los 11 y 12 años (66,2 %) y en Secundaria (57 %), y no registrándose diferencias significativas entre géneros.