Diseña un nuevo texto que recoge las exigencias de la oposición y de la asociaciones de enfermos
La ley ELA, que lleva años esperando a ser aprobada en el Congreso de los Diputados, está muy cerca de hacerse realidad después de que el Gobierno haya claudicado ante la oposición y recogido en un nuevo texto las exigencias de las asociaciones de enfermos -las mismas que reivindicaban en sus propuestas de ley el Partido Popular y Junts-, lo que permitirá que se firme un pacto esta semana y que sea aprobada antes de final de año.
La debilidad del Gobierno, con la que amanecía durante el primer pleno del curso político, vivirá un nuevo capítulo la próxima semana en la que el Ejecutivo sellará un pacto con el Partido Popular, al que se sumarán la mayoría de los grupos políticos, para poner en marcha la denominada ley ELA, dedicada a mejorar los cuidados de estos enfermos y a impulsar la investigación de esta enfermedad degenerativa. La incapacidad del Ejecutivo para armar una mayoría parlamentaria es cada vez más evidente y por eso ha tenido que dar marchar atrás a su propuesta de ley inicial y transformarla en un nuevo texto que incluye la mayoría de las exigencias que hacían tanto el Partido Popular, el primer grupo que puso sobre la mesa la necesidad de legislar sobre este asunto, y Junts, cuya iniciativa (también previa a la del PSOE y Sumar) era muy similar a la de los populares.
Según ha podido saber ABC, el acuerdo entre el Gobierno y el PP está muy cerca. El pasado viernes, el Ejecutivo envió un nuevo texto a la dirección de Génova en el que asumían varias de necesidades que se apuntaban desde las asociaciones de enfermos y que también pedían en el PP. Entre ellas, que se incluya la supervisión y atención continuada especializada 24 horas para las personas con ELA en estadios avanzados, que se contribuya a la ayuda a electrodependientes y consumidores vulnerables y que ponga en marcha una estructura clara de investigación sobre la ELA. El texto que se llevará al Congreso estará específicamente dedicado a la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y así se recogerá en el título de la ley que incluirá también a otros enfermos, pero solo a aquellos que atraviesen un proceso neurológico de alta complejidad y curso irreversible.
Todas estas medidas, que en un principio no aparecían en la propuesta del PSOE y de Sumar, han tenido que ser aceptadas para poder sacar adelante la ley, cuyo calado social quedó patente el pasado mes de febrero. Entonces, la imagen del exfutbolista Juan Carlos Unzué en el Congreso, denunciado la falta de interés de los diputados para poner en marcha una ley específica dedicada a los enfermos de ELA, sacó los colores a los políticos españoles y reactivó un asunto que el Gobierno había metido al fondo del armario, más preocupado por entonces por aprobar la ley de Amnistía o evitar un descalabro electoral en los diferentes procesos autonómicos que se celebraron a principios de año. «Lo primero que quisiera saber es cuántos diputados y diputadas hay en la sala. ¿Podéis levantar las manos? Creo que he contado cinco. Me imagino que el resto tendrán algo muy importante que hacer, ¿no? Me imagino. Porque al final hemos venido a vuestra casa y sabéis lo que ha costado a muchos de mis compañeros y compañeras estar aquí, ya no solo económicamente, sino de esfuerzo físico. Yo espero que como mínimo nos estén viendo por las cámaras», afeó el exdeportista, afectado de ELA, que acudió a la Cámara Baja a hablar de la necesidad de activar esta ley que parece ahora más cerca que nunca.
El pacto debería firmarse esta misma semana y así lo entienden también desde la Confederación Nacional de Entidades de ELA (Conela), desde donde se reconoce su «satisfacción por el acuerdo que se va a alcanzar». «El acuerdo todavía no ha llegado, pero está a punto. Y es fruto de un trabajo de muchos meses pero que ha sido más intenso estas últimas semanas», explica a este periódico el presidente de la asociación, Fernando Martín.
Un año para incluir más enfermedades
La ley, prosigue Martín, se centrará en las personas con ELA desde su publicación en el BOE, pero a partir de ese momento dejará un margen de un año para que los legisladores establezcan otras enfermedades que provoquen «procesos neurológicos de alta complejidad y curso irreversible» y puedan servirse también de la misma.
Además de los cuidados 24 horas para los enfermos, las asociaciones de pacientes de ELA reclamaban al Gobierno que incluyera en su proposición de ley que la atención de fisioterapia se realizara en el domicilio de los enfermos, y que estos no se tuvieran que desplazar a los hospitales para recibirla, pues en la mayoría de los casos y a medida que avanza la enfermedad movilizar a estas personas es muy complejo. Según asegura Martín, los partidos del Gobierno también han cedido en este aspecto. «No es que nosotros hayamos cambiado de criterio, sino que ha cambiado el texto y es un texto que sabemos perfectamente que colectivos de otras patologías van a entender como óptimo», resalta el presidente de Conela, que celebra que esta ley «hará historia».
Desde el Partido Popular, también se reconoce que el acuerdo está cercano, tras haber analizado el nuevo texto, pero advierten que esperan «que el PSOE cumpla en esta ocasión con su palabra y no trate de sacar rédito político de esta situación». También insisten en que tenga la dotación económica necesaria, algo que PSOE y Sumar aseguran a los populares que ocurrirá.
La ley ELA sería la primera que se aprobaría con amplio consenso en el Congreso durante esta legislatura -sin tener en cuenta la reforma constitucional para modificar el artículo 49 o la reforma del CGPJ-, en la que el Gobierno ha dejado patente su dificultad para legislar. Tanto, que hasta el propio presidente, Pedro Sánchez, advirtió hace solo unos días que estaba dispuesto a continuar en La Moncloa al margen del poder legislativo. Un extremo que la mayoría de la Cámara le ha afeado durante esta semana.