Conversamos con Jaime Mayor Oreja a raíz de la insistencia de varios eurodiputados por incluir este jueves el aborto en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea
«Ahora lo importante es simplemente la autodeterminación de la persona», explica Jaime Mayor Oreja, presidente de la Fundación NEOS, a El Debate. Ya la vida parece no valer. En las próximas horas, el Parlamento Europeo votará la inclusión del aborto como derecho fundamental de la Unión Europea. Un paso que acabará con uno de los principios fundamentales más importantes de la sociedad: el respeto a la vida de una persona.
–Este jueves se vota en la Eurocámara, después de dos años, la inclusión del aborto en la Carta de los Derechos Fundamentales. ¿Qué opina al respecto?
–La primera pregunta que debemos hacernos es: ¿por qué de pronto aparece una resolución tan contraria, tan opuesta a lo que llamaríamos la antropología cristiana, a la manera en la que nos gobernamos en la sociedad europea?
Es una iniciativa impulsada por Macron y por lo que representa Macron. Es la necesidad de hacer una ofensiva cultural en lo que ellos llaman el progresismo como respuesta a lo que ellos interpretan pueda suceder en los Estados Unidos. Europa se convierte, de acuerdo con esta táctica, en la vanguardia de lo que ellos denominan un progresismo.
AMENAZAS AL DERECHO A LA VIDA
La Eurocámara pretende que el aborto sea un derecho fundamental, algo contrario a su propia Carta de Derechos
Esa es la razón por la que el señor Macron ha impulsado y han aprobado en la Asamblea Nacional y en el Senado el aborto como un derecho constitucional. También es el motivo por el que ha planteado el tema de la eutanasia en Francia. Y es la razón por la que hoy, siguiendo lo que dijo en el mes de junio de hace dos años en Estrasburgo, el aborto es considerado como una parte fundamental de la Carta de los Derechos Fundamentales europeos.
–Hace dos años El Tribunal Superior de EE.UU. anuló la sentencia. Desde entonces, varios estados han retrocedido y prohibido el aborto. En Europa no está pasando esto, ¿luchan más por aprobar la cultura de la muerte?
–Esta resolución, leyendo el contenido de la misma, tiene, por ejemplo, la expresión de lo que es la cultura de la cancelación. Todas las organizaciones que ellos llaman antigénero y antiopción –por lo visto NEOS– consideran que no deben recibir nunca ninguna financiación. No tienen derecho a la existencia.
Esta es la expresión de la cultura de la cancelación y por eso hay que ver hasta qué punto esta proposición es contraria a cualquier concepto de la antropología cristiana.
Hay una frase que ha inspirado a los cristianos en Europa que es: ‘La verdad nos hará libres’. Esta proposición, porque no es ley y tampoco es vinculante, dice que la libertad nos hará verdaderos. Asimismo, relata que lo que hay que hacer es extremar la libertad, nunca limitarla.
Sin embargo, hay que saber que es mentira. Hacer lo que nos da la gana te hace ser un fresco. Es muy distinto a ser verdadero.
–La propuesta de varios partidos del Parlamente Europeo, que son los que iniciaron esta despenalización, viola varios artículos de la propia Carta de Derechos Fundamentales de la UE, y que el derecho a la vida es el pilar fundamental
–Europa fundamentalmente debe ser la expresión de una comunidad de valores. La Comunidad Europea fue una reacción a las guerras y a las muertes para que no se matasen más alemanes y franceses. Fue la expresión de la cultura de la vida. Eso es Europa. El alma de Europa es una cultura de la vida que se puede combatir con una guerra y se puede combatir, por ejemplo, con el aborto.
Hacer de la cultura de la muerte un derecho fundamental de Europa es una aberración social, histórica y política contra la historia y el significado de Europa, que fue un grito en favor de la vida. No nos matemos más.
–La carta no se puede modificar si no hay unanimidad de los estados miembros.
–Esta resolución no es vinculante, es una resolución que hace el Parlamento. De hecho, insta a la Comisión Europea y al Consejo de Europa a que hagan una convención para cambiar los tratados para que el aborto pueda ser parte de la Carta de Derechos Fundamentales. Pero, al mismo tiempo, viola la libertad de conciencia. Prohíbe que haya médicos que puedan determinar, por esa libertad de conciencia, no querer realizar abortos.
Además, obliga a que en las facultades de Medicina haya para los médicos casi una asignatura para practicar abortos. Aquel juramento de Hipócrates: ‘Los médicos están para salvar vidas humanas’, lo quiebran porque ahora hay facultativos para matar mejor a personas que van a nacer.
Es una aberración desde cualquier punto de vista: cultura de la cancelación, objeción de conciencia, enseñanzas a los médicos para que sepan abortar… es un disparate.
–La vida es un derecho inviolable que todos los ciudadanos deberían proteger y apoyar, ¿qué está pasando en la sociedad actual donde predomina mayoritariamente el egocentrismo?
–Lo que hay es una moda dominante. Ahora lo importante es simplemente la autodeterminación de la persona. Una persona puede abortar porque es libre, una persona puede suicidarse porque es libre. La autodeterminación de la persona es la clave. Ese es el disparate de esta resolución.
La gravedad de esta resolución está en que se enuncie como una intención. Es una intención perversa, pero tiene un larguísimo proceso. Los gobiernos tienen que dar todos el visto bueno y ellos saben que eso es difícil, pero esta es una manera de decir que Europa se coloca en la cabeza de lo que ellos llaman un pseudoprogresismo.