Final de Copa. Athletic – Mallorca (1-1) El Athletic saca la gabarra 40 años después

Tuvo que esperar a los penaltis para derrotar al Mallorca, que se adelantó en el marcador. Igualó Sancet, pero fue Nico Williams el que desequilibró el partido para su equipo

El Athletic vuelve a ser campeón de Copa. La competición de la que fue rey durante muchos años llevaba 40 esperándolo. Desde aquel gol de Endika en el Bernabéu contra el Barcelona antes de que los dos equipos acabaran enredados en una nube de patadas voladoras. Aquel fue el último partido de Maradona con el Barcelona. Y el último título del Athletic en su torneo. 40 años llevaba la gabarra esperando a navegar por la ría. La última vez que salió el Guggenheim no había servido de excusa para embellecer la ciudad.

Entre medias, seis finales perdidas y muchas lágrimas. Pero la alegría se hizo esperar un poco más para esos aficionados bilbaínos que han colonizado Sevilla y alrededores el fin de semana y que tuvieron que esperar a los penaltisFallaron Morlanes y Radonjic por el Mallorca, aunque la elección de sus lanzadores parecía una fiesta. Pero la estrategia no le funcionó esta vez a Aguirre. El Athletic acertó todos. Marcó Berenguer y la gabarra dejó de esperar.

El Mallorca acertó primero, con un remate de Dani Rodríguez que buscó la esquina de la portería de Agirrezabala. Tres oportunidades tuvo el equipo de Aguirre en la misma jugada. Toni Lato la estrelló contra un defensa, Copete hizo trabajar al portero del Athletic y en el rechace definitivo, Raíllo tuvo la frialdad necesaria para dejársela a Dani, que miraba de cara a la portería.

Un error en el pase de Nico Williams estaba en el origen de todo. En los nervios del Athletic y en la convicción del Mallorca de que podía ganar la Copa. El extremo del Athletic se la entregó a Muriqi, el delantero kosovar lanzó desde fuera del área y Agirrezabala, a córner. De allí nació el gol.

Podía haber sido Nico el culpable de la derrota del Athletic, pero el pequeño de los hermanos jugaba una final distinta a los demás. Suyo fue el pase que permitió a Sancet igualar el partido en la segunda mitad, pero su influencia en el juego iba mucho más allá. La mejor ocasión del Athletic en el primer tiempo había sido suya, un mano a mano que mandó al lateral de la red. Y marcó un gol que le anularon por fuera de juego que significó el inicio de la remontada del Athletic. Nico permitió que su equipo creyera que la Copa no estaba tan lejos. Que la gabarra estaba más cerca de salir.

El Mallorca se había ido metiendo poco a poco en su área. Una mezcla de costumbre y de prudencia para mantener el gol de ventaja. Había comenzado con mucha intensidad, con Samu apretando mucho para complicar la salida de la pelota del Athletic, que ponía enfrente la calidad de Ruiz de Galarreta para jugar la pelota.

Decía Javier Aguirre antes de la final que es el futbolista que quitaría de la alineación del Athletic. Lo conoce bien, lo entrenó el año pasado en el Mallorca. Y para dar la razón a su exentrenador suyo fue el primer disparo con peligro del equipo rojiblanco. El primero que tuvo que despejar Greif. El último de la primera parte de Guruzeta, el delantero del Athletic, que se marchó rozando el poste. Era el aviso de lo que esperaba al Mallorca en la segunda mitad. Para entonces el partido ya se había dado la vuelta, se había volcado hacia la portería del Mallorca empujado por las botas de Nico.

Estuvo cerca en la prórroga de decidir el partido el extremo del Athletic. Para entonces ya hacía varios minutos que su hermano había dejado el sitio a Berenguer. Pudo decidir Munain en una falta al borde del área. O Muriqi en un cabezazo que Agirrezabala despejó pegado al poste. Pero hubo que esperar a los penaltis. Acertaron los veteranos del Athletic: Raúl García, Muniain, Vesga y Berenguer. Y Munian, el hombre que había perdido cinco finales en este siglo, subió al palco a recibir la Copa de manos de Felipe VI para llevarla de vuelta a casa.