El Zorongo, una urbanización privada, quiere segregarse de Juslibol. Las instalaciones de la Academia General Militar separan los dos núcleos. La disputa lleva años latiendo, pero todo se ha precipitado tras un fallo en el suministro de agua
Un barrio o municipio puede independizarse de otro y jurídicamente existen hasta cien precedentes. Le sucedió a Usansolo, la localidad vizcaína que logró la segregación de Galdakao a finales de 2023, después de que el Gobierno rebajase el mínimo de habitantes de una entidad local para independizarse. O el caso más llamativo y primigenio, cuando una pelea en las fiestas de la Bajada de la Virgen de Los Reyes, patrona de la isla de El Hierro, entre los vecinos de El Golfo (Frontera) y El Pinar provocó la proclama independentista para separarse del Ayuntamiento de La Frontera, del que dependían. Tras más de cuarenta años de democracia, los municipios o barrios españoles que se han independizado superan la centena.
Y el último caso que está peleando para lograr una segregación municipal se da en la ciudad de Zaragoza, en la convivencia forzosa de los barrios de Juslibol y El Zorongo con el Ejercito de Tierra de espectador, ya que ambos núcleos están separados por las instalaciones militares de la Academia General Militar o el campo de maniobras de San Gregorio.
Estos dos núcleos llevan vinculados en el mismo marco jurídico y político, como barrio rural, desde el año 2002. Sin embargo, sus diferencias son tan palpables que no fue hasta en las elecciones del 2023, por primera vez en la historia, cuando se hizo con la alcaldía un vecino El Zorongo que se presentó como independiente, y no de Juslibol como sucedía siempre.
Entre ambos barrios, tanto en términos históricos como en necesidades urbanísticas y sociales, cada día se nota más que sus caminos son más dispares. Así quedó ratificado en la votación a la alcaldía, donde un candidato independiente del barrio El Zorongo, Javier Ortega, arrasó en las elecciones.
El descontento es latente en la urbanización El Zorongo, con 1.000 residentes, por los 600 habitantes que viven en Juslibol. Esta disputa, que no es reciente, de hecho lleva años latiendo, se precipitó tras el fallo en el suministro de agua durante un mes completo, y donde no hubo ninguna solución efectiva por parte de la junta vecinal ni por parte del Ayuntamiento zaragozano.
El lío jurídico
¿Cómo de fácil o difícil es segregar un municipio de otro? Hay varios escollos, además de la voluntad política de los municipios por impulsar la independencia de éstos o de sus barrios. Pero además, las complicaciones jurídicas son un quebradero de cabeza. Para empezar, el proceso de segregación enfrenta el desafío de la burocracia municipal. Porque a pesar de la urgencia de los vecinos, la alteración de los límites territoriales requiere de un procedimiento riguroso y muy técnico.
Así lo demostró un caso bien cercano al lío de Juslibol con El Zorongo, en otro municipio zaragozano como Villamayor de Gallego. Este barrio se segregó de Zaragoza para constituirse como municipio en abril de 2006, debido a un movimiento vecinal que inició el proceso en 1991. Eso sí, tiene más historia detrás: tras los intentos infructuosos de segregación de 1920 y 1964, pero que tras años de litigios logró recuperar su estatus independiente.
Según fuentes del Ayuntamiento de Zaragoza, todos estos procesos de segregación están regulados por ley y deben estar justificados. En ningún caso, según la Ley de Bases de Régimen Local, no pueden suponer una modificación de las fronteras provinciales. Fuentes jurídicas consultadas aseguran que «la formación de nuevos municipios solo se permitirá cuando se trate de comunidades claramente delimitadas territorialmente y siempre y cuando los nuevos entes municipales dispongan de los recursos necesarios para asumir las responsabilidades municipales sin que ello implique una reducción en la calidad de los servicios previamente ofrecidos».
Adicionalmente, tras la modificación legislativa de 2013, se establece que para lograr la segregación, una localidad debe contar con un mínimo de 5.000 habitantes y los entes municipales resultantes deben demostrar una clara viabilidad económica. Este proceso es aún más arduo: requiere de la aprobación de la Comunidad Autónoma correspondiente y una justificada notificación al Gobierno de España para su visto bueno final.
Zorongo independiente
Las fuentes jurídicas aseguran a este diario que obtener la independencia municipal no ha sido un camino sencillo para aquellas localidades que lo han solicitado históricamente. Las exigencias legales, especialmente las introducidas con la reforma de 2013, son una barrera difícil de superar para algunos municipios en su búsqueda por la autonomía.
Y más aún para un barrio como El Zorongo, que no tiene apenas viabilidad económica, tiene menos de 5.000 habitantes y está catalogada como una urbanización cerrada y de carácter exclusivo. Desde el Ayuntamiento de Zaragoza, fuentes oficiales, aseguran que «de momento no nos consta ninguna petición de nadie y, a priori, no tenemos intención de disgregar nada. Es una urbanización privada con barreras, donde el acceso está restringido y que el alcalde recién elegido está para defender los intereses de todo el barrio de Juslibol».
Entre tanto, no parece que la solución sea cuestión de días, sino de años. O que nunca llegue a buen término. La Junta Vecinal de Juslibol – El Zorongo no se ha constituido todavía, para más inri. Por lo que no existe un órgano jurídico y político que eleve este planteamiento a instancias superiores.
Este vacío político se debe a que todavía no se ha podido constituir por falta de quórum, ya que los cuatro vocales del PP, entre ellos el exalcalde del barrio rural, y otro del PSOE no se han presentado aún. Dejando al barrio rural en la nada absoluta… como para acordar una secesión.