A sus 85 años, doña Sofía está viviendo una Semana Santa muy intensa. Tradicionalmente, la reina emérita suele pasar estas fechas en Palma de Mallorca, pero este año ha decidido cambiar de aires. Después de disfrutar el Jueves Santo en Málaga, asistiendo al desembarco de la Legión y el traslado del Cristo de Mena, se ha desplazado a Madrid para participar en una de las procesiones con más tradición de la capital.
Acompañada de su hija la infanta Cristina y de su inseparable hermana, Irene de Grecia, la reina emérita ha presenciado este Viernes Santo en el Palacio de Oriente la salida de la procesión del Santísimo Cristo de los Alabarderos. Posteriormente, doña Sofía y su hija pequeña se han incorporado a la procesión.
La congregación del Cristo de los Alabarderos, que data del siglo XVII y tiene su sede en la Catedral Castrense de la calle Mayor de Madrid, es una de las más antiguas de la capital. Cada Martes Santo, la imagen se traslada desde su sede hasta el Palacio Real, desde donde sale la tarde del Viernes Santo por la puerta del Príncipe para procesionar durante cuatro horas por las calles del centro de la capital.
Con la Legión en Málaga
Ayer, doña Sofía presidió el desembarco en el puerto de Málaga de la Legión para el tradicional traslado del Cristo de la Buena Muerte y Ánimas, titular de la Cofradía de Mena, a su casa hermandad. Miles de personas se acercaron al puerto para recibir a los miembros del Tercio Don Juan de Austria de la Legión, que atracaron poco antes de las diez de la mañana a bordo del buque Contramaestre Casado de la Armada Española, antes de desfilar por el centro de la ciudad para llegar hasta la casa hermandad de la Cofradía de Mena y llevar a cabo el traslado del Cristo.
La reina emérita fue la encargada de pasar revista a las tropas entre aplausos y vítores del público. Ella y su hermana estuvieron acompañadas, entre otras autoridades, por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), General Amador Enseñat y Berea. También estuvieron presentes el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida y su prometida, Teresa Urqujo, y el actor Antonio Banderas, que tuvo oportunidad de charlar brevemente con doña Sofía.
Ha sido la primera ocasión en la que doña Sofía ha acudido al traslado del Cristo de Mena, ya que acostumbra a pasar estos días en Palma de Mallorca. De hecho, asistió el pasado lunes junto a su hermana al tradicional concierto benéfico de Semana Santa que organiza Proyecto Hombre en la Catedral de Mallorca, antes de trasladarse el miércoles a Málaga.
Espetos, vítores y un perro de concurso
Finalizados los actos protocolarios, la reina y su hermana acudieron a almorzar al Rocamar, un popular chiringuito malagueño situado en el barrio de Huelin, a pie de playa. Allí fue recibida con aplausos y conversó animadamente con los responsables del local. Ambas comieron fritura, lenguado al horno y sardinas espetadas, el plato más típico de Málaga, y dijo que eran las mejores que había probado, tal y como ha explicado al diario Sur la propietaria del local y tocaya de la reina, Sofía Lucas. La madre de Felipe VI felicitó al espetero encargado de hacer las sardinas a la brasa.
«Una vez más ha vuelto doña Sofía a degustar nuestros platos, los cuales le encantan, haciendo especial mención a nuestros espetos de sardinas y dándole personalmente la enhorabuena a nuestro espetero.Eternamente agradecidos y encantados de que nos haya vuelto a elegir. ¡¡Que viva doña Sofía!!», ha escrito el restaurante Rocamar en su perfil de Instagram.
Doña Sofía, de 85 años, se mostró también muy cercana con el resto de comensales y se aproximó a algunas mesas para hablar con ellos. No dudó en felicitar a un cliente que celebraba su cumpleaños y también se interesó por un pequeño perro presente en el local. Es muy bueno, no se mueve», comentó doña Sofía, que se agachó para acariciar al perro, de nombre Cairo, tal y como se ve en otro vídeo publicado en el perfil en redes del animal.
Doña Sofía y su hermana se marcharon del restaurante a media tarde entre aplausos y vítores de «viva la reina de España». Tras su paso por Madrid, previsiblemente volverán a Palma para asistir a la misa del Domingo de Resurrección en la Catedral. Una cita que solía reunir a toda la familia pero que no se ha vuelto a repetir desde 2019, un año después del controvertido encontronazo entre Letizia y su suegra con la princesa Leonor de por medio.