Muere César Alierta, el líder empresarial que paseó el nombre de Aragón por el mundo

El empresario zaragozano ha fallecido a los 78 años, en Zaragoza, arropado por su familia.

Aragón se queda huérfano de uno de los empresarios que ha llevado el nombre de la Comunidad por todo el mundo. César Alierta ha fallecido en Zaragoza este miércoles a los 78 años de edad, a consecuencia de las complicaciones de una dolencia cardiaca que sufría y por la que estaba ingresado desde hace días.

Alierta nunca dejó de mostrar su orgullo por su Zaragoza natal, el que le infundió su padre Cesáreo Alierta (el que fuera alcalde de la ciudad y presidente del Real Zaragoza). No había discurso en el que no aparecieran sus inolvidables recuerdos de infancia en Villanúa, la pequeña localidad jacetana que le nombró Hijo Adoptivo y que siempre llevó en el corazón.

Licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza, dejó la capital aragonesa para hacer un máster en Administración de Empresas en la Universidad de Columbia (Nueva York) y empezar una trayectoria de éxito en la que siempre tuvo a su lado a la que sería su compañera de vida durante 50 años, Ana Cristina Placer, licenciada en Derecho, también zaragozana, que falleció en 2015.

La trayectoria profesional de César Alierta

Los valores y la defensa de su tierra le acompañaron en todos los cargos que ocupó en su dilatada y fructífera trayectoria profesional, desde sus primeros pasos como director general de mercado de capitales del Banco Urquijo de Madrid (1970-1985) a las posteriores responsabilidades en la presidencia de Tabacalera (1996-2000) y después en el más alto cargo en Telefónica, compañía que lideró durante 16 años hasta que en 2016 cedió el testigo a José María Álvarez Pallete. No dejo, sin embargo, su vinculación con la compañía, cuya fundación presidió durante varios años.

Su carrera profesional le llevó lejos, pero siempre tuvo a Aragón muy cerca. A Zaragoza viajaba con regularidad, tanto para impulsar proyectos y participar en actos empresariales como para compartir momentos familiares y encuentros con sus amigos Agustín Lueña, Luis Ros y José Luis de Jaime.

El Real Zaragoza, una de las pasiones de César Alierta

Apasionado del fútbol y comprometido con el Real Zaragoza, no quiso negar su apoyo al club en sus momentos más difíciles.

Maestro de empresarios, hizo grandes las compañías que dirigió, sin abandonar nunca esa vertiente humanista y pedagógica de enseñar lo que sabía a jóvenes y universitarios, lo que le llevó a presidir el Consejo Social de la Universidad Nacional de Educación a Distancia en España y a ser parte del Columbia Business School Board of Overseers.

Su capacidad de entrega y de no reblar le hizo merecedor de los más importantes galardones a ambos lados del Atlántico, pero lo que más agradeció fue ser profeta en su tierra. El Premio Empresario Español Global en 2005 –otorgado por la Cámara de Comercio de España-Estados Unidos– supuso el espaldarazo a su carrera por la gestión desarrollada en Telefónica, que permitió la entrada del Grupo Telefónica en el índice bursátil Dow Jones Global Titans 50 de Nueva York. Un año después recibía el Premio Basilio Paraíso de la Cámara de Comercio de Zaragoza y la Medalla de Aragón 2006, el máximo galardón que entrega el Ejecutivo autonómico el día 23 de abril.

En 2010, el prestigioso Thomson Extel Survey lo eligió como mejor presidente ejecutivo de España. Y ese mismo año su ciudad natal le obsequió con la Medalla de Oro. Al recoger el galardón en el Ayuntamiento de Zaragoza, César Alierta volvió a recordar, como hacía siempre, que Aragón ha sido siempre su referencia, fuera el que fuera el lugar en el que se encontrara. Porque, según sus palabras, el paseo por Central Park le recordaba el Parque Grande de Zaragoza y el río de la Plata de sus estancias en América Latina le transportaba al galacho del Ebro.

Fue también en 2010 cuando Alierta viajó en junio a Nueva York a recoger la Medalla de Oro de la America Society en reconocimiento a su importante contribución al crecimiento y desarrollo de Latinoamérica. Dos años más tarde, el Premio HERALDO a los Valores Humanos y el Conocimiento reconoció su compromiso con la región.

Apenas unos días después de dejar la presidencia de Telefónica, en julio de 2016, recibió el Premio Empresario de Aragón de CEOE, un reconocimiento que recibía arropado por su familia y por unos 600 representantes del mundo de la política, la empresa y las finanzas. Una vez más, un emocionado Alierta volvía a sacar pecho de su región, del «potencial espectacular de esta tierra por su posición geoestratégica» y de su capacidad como campo de pruebas «ya que el producto que funciona en Aragón funciona en todo el mundo».