Los problemas sin resolver de Ceuta: cinco años con Sánchez y sin aduana pese a las concesiones a Marruecos

La normalización del paso de mercancías por la vía terrestre no es un acontecimiento menor, porque aparte de reactivar el comercio en la zona, supondrá un reconocimiento de la soberanía

La Ministra de Defensa, Margarita Robles, visitó ayer la Comandancia General de Ceuta para felicitar la Navidad a una parte de las tropas destinadas allí. Se trata de la primera ministra que acude a la ciudad autónoma durante esta nueva legislatura, y donde ya estuvo en noviembre de 2022. Su visita, la segunda que hace como ministra de Defensa, de momento, no ha provocado ninguna respuesta de Marruecos, que reclama de manera histórica la soberanía de Ceuta y Melilla.

Las ciudades autónomas no son sólo la frontera Sur de España, sino que son la última frontera de Europa con África. Es por todos esos motivos por los que Ceuta y Melilla son los enclaves con mayor densidad de militares por habitantes. Son en torno a unos 2.700 destinados en cada una de las ciudades, que Robles definió como «ese pedazo de España en el que nos sentimos muy queridos y cercanos a todo el mundo» y dio las gracias a la guarnición por su profesionalidad, entrega y humanidad y por dejar «muy alto el pabellón español». Aunque ayer no hizo ninguna referencia a la soberanía de las ciudades, Robles ha defendido sin rodeos la soberanía española de Ceuta y Melilla en numerosas ocasiones.

En esta última visita aprovechó también para apoyar el plan de liberalización del suelo de Ceuta para poder construir más viviendas para los ceutíes. Esto pasa por un Plan Integral de Desarrollo Socioeconómico de la ciudad en el que destacó el «protagonismo muy grande del Ejército de Tierra para que los ceutíes tengan más suelo disponible y nuestro Ejército pueda vivir en mejores condiciones».

Robles visitó también el Regimiento de Caballería Montesa nº3, en el Acuartelamiento Coronel Galindo. En su Sala de Honor se reunió con los familiares de los soldados Darío Duzmán Abdel-lah Dal-Louh Ahmed, del cabo Driss Amar y de la dama legionaria Nayra Solero, todos ellos fallecidos. Allí, les dijo que «en el Ejército siempre estaremos a vuestro lado. Siento vuestro sufrimiento y sólo puedo animaros a seguir adelante. Los que faltan seguro que se sienten orgullosos del legado que dejaron. Que ese ejemplo nos ayude a ser mejores».

Ceuta y Melilla continúan esperando a que Marruecos resuelva los «problemas técnicos» que el reino alauita asegura que impiden abrir con normalidad la aduana comercial. La aduana de Melilla la cerró Marruecos de manera unilateral en 2018. Hizo falta un cambio en la política española sobre el Sáhara para que Marruecos retomara las relaciones diplomáticas con España y se firmara una nueva hoja de ruta. Ahí, el país vecino aceptó la apertura de la aduana de Melilla y la instalación de una nueva aduana comercial en Ceuta. A pesar de que eso se firmó en abril de 2022, de momento las aduanas sólo han tenido ensayos con cruces de mercancías puntuales. En el caso de Ceuta cuya aduana suponía un éxito para España, en concreto, sólo se han producido tres cruces.

La normalización del paso de mercancías por la vía terrestre no es un acontecimiento menor, porque aparte de reactivar el comercio en la zona, supondrá un reconocimiento de la soberanía española de las ciudades autónomas por parte de Marruecos. El ministro Albares visitó Rabat hace dos semanas, en un viaje en el que por primera vez un ministro español pernoctó en el país. En la rueda de prensa posterior al encuentro con su homólogo marroquí, Nasser Burita, Albares explicó: «Por nuestra parte ya no es necesario hacer ningún tipo más de prueba técnica y todo está listo para que las aduanas de Ceuta y Melilla puedan abrir mañana».

El jefe de la diplomacia española dejó claro que depende sólo de la voluntad de Marruecos abrir esos pasos comerciales, «España lo tiene todo listo para empezar ya a atravesar esas aduanas con mercancía y por parte de Marruecos se trasladó claramente que la decisión está tomada y falta simplemente resolver esos problemas técnicos». Sin embargo, Marruecos continúa sin resolver esos inconvenientes.