“El 44% de los aragoneses colabora con entidades sin ánimo de lucro”

En el Día Internacional del Voluntariado se ha publicado el estudio ‘La acción voluntaria en Aragón’

La Coordinadora Aragonesa de Voluntariado presenta en sus sesiones nuevas causas para colaborar

Se celebran cada tres semanas y las personas interesadas en asistir pueden contactar en el 976 214 938

P: Según el estudio ‘La acción voluntaria en Aragón’, ¿somos una comunidad solidaria?

R: Sí. De hecho, los datos arrojan que casi un 44% de los aragoneses colabora con entidades sin ánimo de lucro, lo que denota que somos una comunidad bastante solidaria y empática con aquellos que tienen más necesidades. Este porcentaje incluye tanto las donaciones como otro tipo de colaboraciones y, por supuesto, entre ellas, están las del voluntariado, en las cuales participa un 11% de la población aragonesa.

P: Esto son unas 145.000 personas, ¿no?

R: Sí. Es cierto que ahí se incluye no solo el voluntariado de continuidad, con compromiso de pertenencia a una organización, sino que también puede haber otro tipo de colaboraciones más puntuales y esporádicas. Estudios anteriores nos enmarcaban entre el 8% y el 9% de la población como voluntaria, recogiendo más actividades de continuidad, y hablábamos de en torno a 100.000 personas. Pero si englobamos y ampliamos estas participaciones más puntuales sí que llegamos hasta estas cifras del 11% de la población aragonesa.

P: ¿Tan amplio es abanico de opciones para que colaboren tantas personas?

R: Sí, nuestra comunidad autónoma tiene un tejido asociativo fuerte y bien asentado, además de muy extendido por todo el territorio y con mucha variedad. El voluntariado está presente hasta en diez ámbitos. Algunos de ellos, como el medioambiental o el deportivo, que no tienen a lo mejor tanta tradición como el voluntariado social, suscitan en estos momentos un atractivo especial para los jóvenes.

P: ¿Cuáles son esos diez ámbitos donde se desarrolla el voluntariado?

R: De acuerdo con la ley aragonesa de voluntariado, que data de 2018, la acción voluntaria pude desarrollarse en todos aquellos ámbitos cívicos, políticos, culturales y económicos que contribuyan a promover la mejora de las condiciones de calidad de vida de las personas o el desarrollo social. El estudio de este año recoge la percepción a la población en general, pero el año pasado se hizo otro dirigido específicamente a personas voluntarias, y recogía que un 35% de quienes lo ejercían participaban en programas de continuidad dentro del ámbito social, que es el mayoritario dentro del voluntariado. El ámbito del ocio y el tiempo libre es el segundo más numeroso. Y la ley recoge otros ocho: internacional de cooperación al desarrollo, ambiental, cultural, deportivo, educativo, sociosanitario, comunitario y de protección civil.

P: ¿Cómo llegan los aragoneses al voluntariado?

R: La manera más extendida es por el boca a boca, o sea, al conocer a gente que ya participa en organizaciones y darse cuenta de que esta está satisfecha con la labor que realiza y de que supone un beneficio para ella.

P: ¿Qué motiva a tantos aragoneses a implicarse?

R: La principal motivación es que las personas piensan que con su labor pueden cambiar las cosas, mejorar la sociedad y combatir las injusticias, y sienten que la participación de todos es importante. Es cierto que existe otra serie de beneficios, como pueden ser los aprendizajes que se obtienen al hacer voluntariado o las competencias que se desarrollan, pero las personas voluntarias no les dan tanto valor. La justicia y la solidaridad son lo que principalmente mueve a las personas.

P: ¿Se puede trazar un perfil tipo de la persona voluntaria en Aragón?

R: Está bastante feminizado. Sería el de una mujer de entre 55 y 64 años, con titulación académica universitaria y una situación económica cómoda. Los grupos en los que encontramos más personas voluntarias es en edades entre los 45 y los 64 años. Y luego les siguen las más jóvenes o las más mayores.

P: Por el contrario, ¿cuál es el grupo menos proclive al voluntariado?

R: La franja entre los 35 y los 44 años es en la que las personas participan menos. Uno de los motivos que plantean es que no hacen voluntariado porque les resulta difícil compatibilizarlo con otra serie de obligaciones o de hábitos. Son las edades en las que las personas pueden plantearse formar una familia y están compaginando el cuidado de menores con la actividad laboral, lo que puede suponer un freno a la hora de participar en organizaciones. Pero hay personas que, si han hecho voluntariado cuando eran estudiantes, después de interrumpir su labor vuelven a retomarla más adelante.

P: ¿Tienen pensada alguna estrategia para acercar a estas personas al voluntariado?

R: El estudio recoge que hay un porcentaje de personas que no conoce lo que es el voluntariado ni todo el tejido asociativo que puede acoger estas acciones. Ahí hay un trabajo importante para las organizaciones, dando a conocer qué tipo de programas desarrollamos y dónde se puede colaborar. Ya hacemos muchas actividades de sensibilización, especialmente dirigidas a jóvenes, pero no solo a ellos. Para ellos tenemos dinámicas que les acercan el voluntariado de una forma más lúdica. También desarrollamos muchas actividades en los centros educativos, como formación complementaria a la curricular, para que sepan que existen programas de reconocimiento y de certificación de las competencias que pueden adquirir los jóvenes con el voluntariado, lo que puede facilitarles el acceso al empleo.

P: ¿Cómo valora la sociedad aragonesa el voluntariado?

R: La mayoría considera que el voluntariado es una buena forma de combatir las dificultades de la sociedad y una forma adecuada de poder colaborar para luchar contra estos problemas.

P: ¿Qué puede aportar el voluntariado a la lucha contra una lacra social como la soledad no deseada?

R: Es un problema social muy en boga y por eso decidimos incluirlo en el estudio, que arroja unos datos que te hacen reflexionar. Normalmente, la soledad no deseada se asocia con las personas mayores, pero descubrimos que afecta a todas las edades, y alcanza su pico entre las personas de 14 a 34 años. Ya tenemos programas de acompañamiento para prevenir la soledad de los mayores. Pero es que otra de las motivaciones para hacer voluntariado es interactuar con otras personas, ya que este siempre se realiza en el marco de organizaciones en las que se interactúa en grupo. Hacer voluntariado es una manera de ampliar tu círculo social.