La Agencia Espacial Europea (ESA) ha lanzado este sábado con éxito al espacio el telescopio Euclid desde la estación de Cabo Cañaveral en Florida (EEUU), que tendrá la misión de crear un mapa 3D más grande y preciso del Universo y conocer cómo eran las galaxias hace 10.000 millones de años.
A las 11.12 horas (17.12 hora peninsular española), el telescopio ha despegado de la Tierra a bordo de un cohete Falcon 9 de Space X y ya se dirige a su destino en el espacio. Euclid observará miles de millones de galaxias hasta distancias de 10.000 millones de años luz, midiendo de forma precisa la posición y las formas de las galaxias en luz visible e infiriendo en sus distancias, según ha indicado el Instituto de Astrofísica (IAC) en un comunicado.
«Euclid nos ayudará a explorar cómo se ha expandido el universo y cómo se ha formado su estructura a lo largo de la historia cósmica, lo cual puede revelar más sobre el papel de la gravedad y la naturaleza de la energía oscura y la materia oscura», explicó en declaraciones a los medios el investigador del ICE-CSIC, IEEC y miembro del consejo de dirección del Consorcio Euclid, Francisco Castander.
Según los modelos actuales, estos componentes oscuros representan alrededor del 95% del contenido de materia y energía del Universo, y afectan al movimiento y la distribución de las fuentes visibles, como las galaxias, aunque no emiten o absorben luz. Por este motivo, la ciencia todavía no ha podido determinar qué son.
España ha formado parte del Consorcio que ha impulsado la misión desde su origen y ha participado en el desarrollo instrumental del proyecto y contribuirá a la explotación científica.
Así, varias instituciones españolas, entre las que se encuentra el IAC, han trabajado durante más de once años en esta misión. El Instituto ha colaborado en el diseño, construcción y validación de la electrónica de control de uno de sus dos instrumentos a bordo.
La combinación de sensibilidad, resolución espacial, homogeneidad de datos e información espectral de Euclid pretende ser de utilidad para muchas áreas de la astrofísica.
«Los datos de la misión proporcionarán un extraordinario legado que permitirá ampliar nuestro conocimiento sobre la formación y evolución de las galaxias y, en particular, de los astros menos luminosos de la Vía Láctea», señala el director del IAC y también miembro del consejo de dirección del Consorcio Euclid, Rafael Rebolo.
Tras un mes de viaje por el espacio, el telescopio llegará a su destino para orbitar en el segundo punto de Lagrange (L2) del sistema Sol-Tierra, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra en dirección opuesta al Sol.
Allí, Euclid captará la energía solar para abastecerse de energía y al mismo tiempo apuntará su telescopio hacia el espacio profundo. A continuación, durante cerca de dos meses realizará diferentes pruebas para comprobar que todos sus componentes e instrumentos funcionan correctamente. Finalmente, tres meses después de su despegue, Euclid empezará a cartografiar el universo oscuro durante los seis años que se espera que dure la misión.