El Ministerio de Sanidad acuerda con las comunidades la retirada de la última protección de la pandemia y da el paso al fin de la crisis sanitaria
«Mantenerla más tiempo puede ser perjudicial, cada vez se usa peor»
A un mes de las elecciones generales, el Consejo Interterritorial de Salud donde están representadas las comunidades y el Ministerio de Sanidad, ha acordado eliminar la medida estrella de la pandemia. Ya no será necesario llevar la mascarilla al entrar en una farmacia, ni durante la visita a una residencia de mayores ni en todos los espacios de los centros sanitarios. De la obligación se pasa a la recomendación de utilizarla. Por ejemplo, en las zonas donde pueda haber pacientes vulnerables o inmunodeprimidos como las unidades oncológicas, en las salas de urgencias o en los quirófanos y UCIs donde siempre se han utilizado.
Los consejeros de Salud, la mayoría aún en funciones, han acordado eliminar por completo su utilización en espacios públicos. La decisión supone acabar con una de las últimas medidas de protección del Covid y volver a la situación prepandemia para dar paso al fin de la crisis sanitaria.
La retirada se ha debatido tras conocer el informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), que dirige Fernando Simón.
Pero para que entre en vigor aún queda un paso más. Este viernes el Ministerio de Sanidad ha compartido con los consejeros el informe de los expertos, ahora tiene que ser el Gobierno quien decida el día en el que decae esta medida de protección. Será en un próximo Consejo de Ministros donde se decida.
La noticia era esperada desde hace tiempo. La Comunidad de Madrid fue la primera en solicitarla el pasado mes de febrero ante la buena situación epidemiológica. También expertos en Inmunología y Salud Pública aconsejaban la retirada. El uso permanente de las mascarillas tampoco es inocuo y se obligaba a personal que trabajaba lejos de pacientes (cocina, mantenimiento..) a mantenerla durante toda la jornada laboral.
El Ministerio de Sanidad argumentaba que no las retiraría hasta que los expertos lo aconsejaran sin avanzar ninguna medida. Podría ser «de forma prolongada, definitiva o escalonada», explicó hace una semana el ministro de Sanidad, José Miñones, quien manifestó su preocupación por la seguridad de los mayores. Finalmente se ha optado por proponer su eliminación completa. La decisión se ha adoptado por unanimidad.
«Una medida electoralista»
La decisión, a cuatro semanas de las elecciones, ha sido calificada de «electoralista». El exconsejero de Sanidad en funciones de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, denunció la semana pasada que se podía haber tomado desde el mes de febrero con los mismos datos epidemiológicos y asistenciales. Ayer, antes de entrar en la reunión, insistió en que se trataba de una convocatoria absolutamente «irregular de principio a fin» con doce consejeros en funciones. «No nos sorprende porque esta ha sido la táctica y la estrategia del Ministerio durante todos estos años: instrumentalizar con fines políticos el consejo interterritorial». Pese a las críticas y a que la decisión «llega tarde», Ruiz Escudero está de acuerdo con el fondo de la decisión.
Ante las criticas, el ministro de Sanidad defendió la oportunidad del momento. «Se ha hecho por responsabilidad», dijo. «En dos semanas comenzará un nuevo proceso electoral, y después entraría en funciones y agosto quedaría como inhábil». Hasta septiembre no se podría tomar esta y otras decisiones acordadas en la reunión con las autonomías. El ministro se refería al plan para la mejora de la Atención Primaria.
La mascarilla se impuso en 2020 en lo peor de la pandemia, cuando las cifras de muertos y afectados por Covid estaban fuera de control y parecían imposibles de doblegar. Pero a lo largo de estos tres años, el Gobierno ha ido relajando su uso, primero en exteriores, después en transporte público y ahora en centros sociosanitarios.
¿Dónde se recomienda?
No habrá obligación, pero sí recomendaciones de uso. El Consejo Interterritorial de Salud aconseja seguir los consejos de la Ponencia de Alertas en el documento del pasado mes de mayo. Así se recomienda utilizar la mascarilla en:
Hospitales y centros de salud: Se aconseja usarla a todas las personas con síntomas sospechosos o confirmados de infección respiratoria cuando esté en un espacio compartido. También a los profesionales sanitarios que atienden casos de pacientes afectados, en unidades de cuidados intensivos y en zonas con enfermos vulnerables. Asimismo se aconseja su uso en las urgencias hospitalarias y en las salas de espera de los centros de salud.
Residencias de ancianos o de personas con discapacidad: Al tratarse del entorno con personas más vulnerables, se pide proteger a los residentes para evitar brotes. No se recomienda el uso universal de la mascarilla para evitar barreras que dificultan la audición y la comunicación con los mayores.
Recomendaciones generales para la población: El ciudadano es el último responsable y juega un papel fundamental en la transmisión de infecciones respiratorias. Por eso los expertos, piden mantener la cultura de responsabilidad adquirida en la pandemia. Se alienta a utilizar mascarillas en caso de infección respiratoria y cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado al toser o estornudar. Además de lavarse con frecuencia las manos.
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Los expertos de la Ponencia de Alertas recuerdan que las mascarillas podrían volver si el contexto epidemiológico volviera a ser desfavorable. Insisten en que es «una de las medidas más eficaces de control».