La catedral de Alcalá acoge la primera consagración de su obispo desde hace doce siglos

El cordobés Antonio Prieto es, desde este sábado, el nuevo pastor de la diócesis

La celebración ha sido presidida por el cardenal Carlos Osoro, arzobispo metropolitano de la sede, en su último acto público antes de su relevo el próximo lunes

El cardenal Osoro será sustituido en Madrid por José Cobo, uno de sus auxiliares

Antonio Prieto Lucena es, desde este sábado el nuevo obispo de Alcalá, el cuarto en la historia reciente de la diócesis, desde que fue refundada en 1991, y el primero en ser consagrado en su catedral desde hace doce siglos. Prieto, que era vicario general de la diócesis de Córdoba cuando fue nombrado por el Papa Francisco, ha sido consagrado como obispo el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, en el que ha sido su último acto público antes de que este lunes se anuncie su relevo al frente de la archidiócesis, por quien, hasta ahora es us obispo auxiliar, José Cobo.

El nuevo obispo ha entrado en la catedral de Alcalá, en procesión, acompañado por el nuncio apostólico, Bernardino Auza, y acompañado por cerca de una cuarentena de obispos españoles, entre los que se encontraban el arzobispo emérito de Madrid, el cardenal Antonio Mª Rouco, y sus antecesores en la sede alcalaína, Jesús Catalá, actual obispo de Málaga y Juan Antonio Reig, ahora emérito.

La celebración ha tenido un carácter especial al ser la primera consagración episcopal desde el año 850, cuando fue ordenado el obispo mozárabe Venerio, en la antigua catedral de la sede alcalaína. La antigua diócesis perduró durante la dominación árabe, hasta que en 1099 fue anexionada a Toledo. En 1991 fue refundada, tras desgajarse de la hasta entonces archidiócesis de Madrid-Alcalá. Todos los obispos que ha tenido desde esa fecha, provenían de otras diócesis y ya estaban consagrados, por lo que Antonio Prieto ha sido el primero en recibir las órdenes episcopales en la catedral desde hace doce siglos.

En su homilía, Carlos Osoro, como arzobispo de Madrid y metropolitano de Alcalá, ha recordado la importancia de la «sucesión apostólica», que supone una «una continuidad histórica de los ministros que se debe entender también en sentido espiritual». Al nuevo obispo le ha indicado que tiene la misión «de abrir esta Iglesia particular de Alcalá a la Iglesia universal, a la totalidad de la Iglesia, haciendo una Iglesia que esté viva».

Además, también ha insistido en que, como pastor, su misión debe «evitar que el ser humano se empobrezca, hacer que el hombre no pierda su esencia, su capacidad para ver la verdad y para vivir el amor, hacer que el hombre llegue a conocer a Dios, que no se pierda en callejones que ni tienen ni dan salidas, que no se meta en el aislamiento, sino que permanezca abierto al conjunto, que permanezca en su esencia».

Imagen principal - Arriba, el nuevo obispo, postrado en el suelo, escucha las letanías durante la ceremonia. Debajo a la izquierda, Antonio Prieto recibe la felicitación de su antecesor en Alcalá, Juan Antonio Reig. A la derecha, el nuevo obispo se dirige a sus fieles, al finalizar el acto.
Imagen secundaria 1 - Arriba, el nuevo obispo, postrado en el suelo, escucha las letanías durante la ceremonia. Debajo a la izquierda, Antonio Prieto recibe la felicitación de su antecesor en Alcalá, Juan Antonio Reig. A la derecha, el nuevo obispo se dirige a sus fieles, al finalizar el acto.
Imagen secundaria 2 - Arriba, el nuevo obispo, postrado en el suelo, escucha las letanías durante la ceremonia. Debajo a la izquierda, Antonio Prieto recibe la felicitación de su antecesor en Alcalá, Juan Antonio Reig. A la derecha, el nuevo obispo se dirige a sus fieles, al finalizar el acto.
MOMENTOS DE LA CONSAGRACIÓN EPISCOPAL HISTÓRICA Arriba, el nuevo obispo, postrado en el suelo, escucha las letanías durante la ceremonia. Debajo a la izquierda, Antonio Prieto recibe la felicitación de su antecesor en Alcalá, Juan Antonio Reig. A la derecha, el nuevo obispo se dirige a sus fieles, al finalizar el acto. PABLO HERNÁNDEZ

Al finalizar la eucaristía, el nuevo obispo se ha dirigido por primera vez a sus fieles para agradecer su acogida y con el deseo «de iros conociendo, poco a poco, y de poner toda mi persona y mis pobres recursos a vuestro servicio». Además, también se ha dirigido a las autoridades para ofrecerles su «cercanía y colaboración, para trabajar juntos, cada uno desde nuestro ámbito, en la defensa de la dignidad humana, la búsqueda del bien común y la construcción de una sociedad cada día más fraterna».

Monseñor Antonio Prieto no ha querido olvidar el carácter histórico de la ciudad y la diócesis y se ha manifestado «orgulloso de venir a vivir a la ciudad de Cervantes, foco incomparable de cultura, convertida por el cardenal Cisneros en una auténtica ‘Civitas Dei’, cuna de santos, de humanistas, de científicos y literatos. Una ciudad en la que la fe se ha hecho cultura, y la cultura se ha convertido en un camino privilegiado de acceso a la fe». Una especial referencia a la relación fe-cultura que parece indicar la que puede ser una de las líneas del pontificado que ahora comienza.

El nuevo obispo de Alcalá nació en La Rambla (Córdoba) en 1974. Estudió dos cursos de la licenciatura de Medicina antes de ingresar, en 1996, en el seminario conciliar de Córdoba. Fue ordenado sacerdote en el año 2000 y es licenciado en Teología del Matrimonio y de la Familia y doctor en Teología Moral. Su ministerio sacerdotal se ha desarrollado en la diócesis de Córdoba, donde desempeñó varios cargos en el ámbito pastoral y académico, hasta que en 2018 fue nombrado vicario general y moderador de la curia por el obispo Demetrio Fernández. El 1 de abril se hizo público que el Papa Francisco le había nombrado obispo de Alcalá.