La vieja guardia revive al Real Madrid: «Chacho se coló por la ventana»

Pese al lavado de cara a la plantilla el pasado verano, Rudy, Llull y el base canario fueron los héroes ante el Partizan

Crónica: El Madrid firma la madre de todas las remontadas

«El Real Madrid». Esa fue la sencilla respuesta que Mario Hezonja mandó a los periodistas cuando le preguntaron por cómo se había gestado la ilógica victoria ante el Partizan, un triunfo que ya pertenece a los libros de historia, que engrandece la competición y lo más importante: da un billete a los blancos para viajar a Kaunas, Lituania, donde lucharán una vez más por ser los campeones de Europa y alcanzar la deseada, la número 11.

Fueron muchos los rostros de la épica blanca en el quinto y decisivo duelo ante los serbios, desde las incisivas actuaciones de Hezonja y Musa, ambos pura raza balcánica, hasta el sacrificio de Ndiaye, el benjamín del grupo, que se convirtió en esponja para liberar de faltas en defensa a Tavares. «Ha sido un trabajo coral», explicó Chus Mateo, otro de los grandes vencedores de la noche, asediado por las críticas desde hace meses y ahora con una sonrisa perpetua.

Sin embargo, el técnico madrileño quiso tener un reconocimiento especial con los sospechosos habituales, los veteranos, que una vez más y pese a contar con mucha más competencia tras el ajetreado mercado de fichajes, cogieron el balón cuando era un ascua y lo transformaron en un objeto dócil y obediente a sus locuras. Fueron el ChachoRudy y Llull los principales artífices de una de las noches más increíbles del baloncesto.

El mejor Chacho

El base canario, a sus 37 años y tras una campaña muy irregular en cuanto a minutaje (solo promedió 8 minutos en los dos primeros partidos de la eliminatoria), fue el hombre que se llevó todos los elogios una vez sonó la bocina. Su aportación fue de 19 puntos, seis asistencias y ninguna pérdida, además de sumar 26 de valoración, la máxima del partido y solo empatado por Kevin Punter, estrella de los de Belgrado. Números brillantes que, sin embargo, no representan todos los intangibles que vienen de la mano cuando él es el director de orquesta.

El juego blanco cobra vitalidad si es el isleño quien mueve los hilos y fue con el aumento de su tiempo en pista (más de 18 minutos en los últimos tres duelos) cuando las victorias comenzaron a multiplicarse. Además, tanto en Belgrado como en Madrid, fue el encargado de echar la bronca de turno a sus compañeros durante el descanso, cuando peor pintaban los partidos. «Sergio vio una ventana y se coló para animar al equipo», reconoció Mateo.

Si el ataque fue del Chacho, la defensa estuvo monopolizada por Llull (35 años) y Rudy (38). El escolta, además de anotar dos triples en el último cuarto que dejaron muy a favor la victoria blanca, se convirtió en una lapa para Punter. Rudy, como es habitual, se dejó el físico en varias jugadas: en una acabó estampado contra las vallas publicitarias mientras que en otra forzó tres tiros libres tras un amago ante Exum, que cayó con dureza ante el mallorquín, quedando el alero dañado del hombro, aunque no incapacitado para acabar el enfrentamiento. Tres líderes que han necesitado que las cosas se les pusieran muy feas para poder demostrar que aún les queda mucho baloncesto por dar. Por suerte, siempre estarán ahí.

Exum carga contra Yabusele

Si hay un vencedor, también debe de haber un derrotado, y Dante Exum, escolta del Partizan, aprovechó el fin de la serie contra el Madrid para soltar toda la frustración en forma de palabras. «Creo que es gracioso cómo el Madrid controla la narrativa y la historia. Salieron en los medios con todas esas disculpas, pero no recibí ninguna directamente de Yabusele. Eso demuestra cómo son», disparó el australiano, quien también tuvo críticas para la Euroliga por los castigos tras la pelea del segundo partido: «Es injusto que Yabusele solo recibiera cinco partidos de sanción. Esto es baloncesto, no estamos en la WWE».