El Ministerio de Exteriores acaba con la excusa habitual del presidente del Gobierno y revela a El Debate la enorme factura de un viaje en ese avión
La famosa foto de Pedro Sánchez en mangas de camisa y con gafas de sol a bordo del Falcon presidencial tenía otro protagonista, José Manuel Albares. Entonces, era uno de sus principales asesores en relaciones internacionales y de ahí dio el salto a ser ministro de Exteriores, con parada previa en la Embajada española en París. Sin embargo, ahora, ha sido el encargado de revelar uno de los secretos mejor guardados del Gobierno, el coste del Falcon.
De hecho, los viajes en la aeronave presidencial han sido uno de los asuntos más polémicos del Gobierno de Pedro Sánchez, pues ya comenzó su residencia en la Moncloa acuciado por las críticas tras acudir a un concierto en Benicàssim, junto a su esposa, a bordo del Falcon y desde entonces, se ha afanado en ocultar cuántos viajes realiza y con quién los realiza.
Ahora, Albares ha despejado una de estas incógnitas, el coste aproximado del vuelo en la aeronave dependiente de las Fuerzas Armadas. Lo ha hecho, a través de un documento, propiedad de El Debate, rubricado por su director de Gabinete, Diego Martínez Belío, en el que rinde cuentas sobre uno de los viajes del ministro a Ucrania en el que hacía entrega a las autoridades del país de 30 ambulancias.
Según explica, el ministro se desplazó hasta Ucrania a bordo del Falcon y «debido a las excepcionales circunstancias de seguridad en las que se encuentra el país y por indicación de las autoridades ucranianas», la comitiva se desplazó en tren hasta Kiev.
Además, y en contra de lo que suele hacer el presidente, Albares ha remitido un listado de los integrantes de dicha comitiva, que estuvo conformada por el propio director de Gabinete del ministro; el director de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo; el director general de Comunicación, Diplomacia Pública y Redes; una asesora de comunicación, el consejero técnico del Gabinete del ministro, además de un periodista y un fotógrafo.
Así, una vez que ha sido cuestionado por el importe total del viaje, desglosando cada uno de los conceptos, ha desvelado que el «importe aproximado» del avión oficial fue de 19.000 euros, a lo que habría que añadir 2.222 euros del trayecto en tren, más 1.165 euros en alojamiento y 967,40 euros en manutención.
Condenado por la Audiencia Nacional
Sin embargo, esta revelación de Albares contrasta con el modo en el que Sánchez gestiona todo lo que tiene que ver con su uso de la aeronave oficial, algo que ha revestido de ‘secreto de Estado’ hasta que la propia Audiencia Nacional le obligó a dar explicaciones acerca de sus innumerables vuelos, incluso para asuntos no oficiales.
De hecho, a instancias de El Debate, Sánchez se convirtió en el primer presidente en sufrir una sentencia en contra de la Audiencia Nacional por ocultar el uso indiscriminado de recursos públicos e ignorar reiteradas resoluciones adversas del Consejo de Transparencia.
Así, el Gabinete de Sánchez tuvo que cumplir con la ley y terminó por justificar tal derroche argumentando que «la condición de presidente del Gobierno se ejerce de forma continua e íntegra durante todo el lapso de tiempo que discurre entre su nombramiento y cese, sin contemplar ningún periodo determinado, o determinable, en el que el Jefe del Ejecutivo no ostente esa condición», por lo que, a su parecer, tiene carta blanca para utilizarlo cuando le plazca.
Sánchez incumple el Código Ético del PSOE
Pero ahora, con la cifra desvelada por Albares se podría hacer una estimación del coste de cada uno de los vuelos del presidente, con la salvedad del combustible utilizado: un precio aproximado de 19.000 euros, que bien podría reducirse si cumpliera con su propio Código Ético.
De hecho, el propio documento obliga a los dirigentes socialistas a que «cuando deban desplazarse lo harán preferiblemente utilizando la tarifa que resulte más económica para el erario público o el partido y solo se admitirán excepciones cuando esta tarifa no esté disponible o cuando el empleo de otros medios sea el único disponible para garantizar la asistencia a reuniones, o en su caso, la representación del Partido.»
Y va más allá, al señalar que «los cargos públicos y orgánicos socialistas actuarán siempre bajo los principios de eficacia, eficiencia y austeridad, limitando los gastos del presupuesto público o del Partido generados en el ejercicio de sus funciones y evitando cualquier uso impropio de los bienes o medios puestos a su disposición». Sin embargo, Sánchez sigue subido al Falcon.