El Banco Central Europeo sube de nuevo el precio del dinero un 0,25%, hasta el 3,75%

La institución acomete un nuevo incremento, el séptimo desde julio, para intentar domar la inflación y pese a las turbulencias financieras

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Christine Lagarde ha repetido la fatídica frase: «Todavía queda terreno por cubrir», que se traduce como un aviso de que seguiremos viendo sucesivas subidas de tipos de interés, después de esta, la séptima, de un 0,25% y que deja los tipos de referencia en el 3,75%. Un incremento que se produce, además, pese a los últimos episodios de turbulencias financieras, con la caída del First Republic Bank americano.

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE) ha admitido que la fortaleza de la inflación en el sector servicios y el notable aumento de los salarios nos condenan a nuevas subidas de tipos, al menos hasta el verano. «La inflación en los servicios continúa aumentando debido a la reapertura y al aumento de los salarios… Nuestra política monetaria garantizará que las tasas alcancen niveles suficientemente restrictivos para que la inflación regrese a la meta del 2%», ha garantizado.

Ha insistido en que la previsión de la inflación es «demasiado alta durante demasiado tiempo» y ha advertido de que el hecho de que esta vez la subida haya sido de tan solo 25 puntos básicos, un movimiento inferior al de las subidas anteriores (las tres últimas fueron de 50 puntos básicos), no significa que estemos al final de la escalada. «No estamos iniciando una pausa», ha dicho Lagarde durante su intervención, que se ha desmarcado así de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Lo cierto es que en el seno del consejo de gobierno del BCE ha habido debate sobre la cuantía más recomendable de este último movimiento y finalmente ha triunfado la moderación. Pero el mensaje sigue siendo claro: mientras la inflación no llegue a la meta del 2% seguiremos viendo subidas de tipos, y para eso seguramente no baste con la política monetaria.

Lagarde ha vuelto a hacer un llamamiento desesperado a los gobiernos de la zona euro para que utilicen su política fiscal de forma más eficiente y retiren las medidas de apoyo que amenazan con aumentar la inflación a medio plazo y contrarrestan los esfuerzos del BCE. Ha reconocido que la inflación se ceba especialmente en los alimentos «y esto es lamentable porque afecta más a los más vulnerables, puesto que son ellos los que gastan mayor proporción de sus recursos en la alimentación».

Productos con precios subiendo

Si bien las consecuencias de la crisis energética del año pasado están desapareciendo lentamente de las tasas de inflación, todavía hay muchos productos en el supermercado cuyos precios siguen subiendo. Por ejemplo, mientras que las frutas y verduras se abarataron en comparación con marzo, los precios del pan y otros productos de granos continuaron aumentando. En cualquier caso, la gente no tiene la impresión de que se acabó la inflación. «Está bajando, es lo que vemos en los últimos datos, y me gustaría poder decirles que seguirá bajando en los próximos meses, pero tenemos que seguir observando con la máxima atención porque puede revertir y porque puede ser engañosa: no es lo mismo la inflación de los alimentos frescos que la de los alimentos procesados, todo eso debemos tenerlo en cuenta».

«De Finlandia a Portugal, de los países bálticos a España, sabemos que hay muchas familias que lo están pasando mal como consecuencia indirecta de las subidas de tipos de interés que hemos decidido aquí. Desafortunadamente eso no es algo que podamos aliviar o atenuar porque nuestro mandato es sólo uno y se refiere a la estabilidad de los precios, a la inflación, y la herramienta que tenemos son las tasas de interés», ha expuesto, para añadir que «hay gobiernos que están tomando medidas, instituciones financieras que están estableciendo determinadas moratorias… y lo mejor que podemos hacer nosotros es rebajar la inflación lo más rápida y efectivamente posible».

Demanda débil

Otra de sus preocupaciones es que la demanda doméstica europea y el consumo permanecen débiles en combinación con la inflación, que no cede. «La inflación de alimentos sigue siendo muy alta, mientras que la presión de los precios sigue siendo muy alta, aunque la inflación subyacente se ha moderado ligeramente y los precios al productor han comenzado a caer. Pero la inflación de servicios continúa aumentando y tememos que aumente aún más debido al estancamiento de la demanda y el aumento de los salarios«, ha insistido.

También ha admitido que las empresas han aumentado significativamente sus márgenes de beneficio, lo que ha provocado un nuevo aumento de los precios en los últimos meses. «Un aumento sostenido en las expectativas de inflación por encima de nuestro objetivo, o aumentos de salarios o márgenes de ganancias mayores a los esperados, también podrían impulsar la inflación al alza, incluso en el medio plazo. Los recientes acuerdos salariales negociados han aumentado los riesgos al alza de la inflación, especialmente si en las ganancias los márgenes siguen siendo altos», ha dicho, y ha subrayado que las subidas de tipos acumulados «han comenzado a tener un impacto en la economía: «Estamos viendo condiciones financieras más duras y una menor demanda de crédito, lo que sugiere que el crédito podría debilitarse aún más y con ello el crecimiento de la oferta monetaria».