Más de 500 organizaciones provida reclaman la «defensa de la vida» frente al aborto y la eutanasia

Miles de personas toman las calles de Madrid en apoyo «de los más inocentes y débiles» frente a las últimas reformas legislativas que les amenazan

Los errores de la reforma del aborto que convertirán la nueva ley en otro «sí es sí»

Tras el lema «¡Sí a la vida!», arropados por un sol intenso y en un ambiente a medias entre la reivindicación y lo festivo, una marea verde ha inundado el centro de Madrid este domingo. Decenas de miles de personas (23 mil según la delegación de Gobierno y 50 mil de acuerdo a los organizadores) han ocupado el trayecto que discurre desde la confluencia de las calles Serrano y Goya hasta la plaza de Cibeles con un grito unánime contra el aborto y la eutanasia y los recientes cambios legislativos que los han facilitado y promovido.

«Urge un fuerte ‘sí a la vida’ por los más inocentes y débiles —a quienes se considera un derecho quitarles la vida—, por las madres que necesitan ayuda en su embarazo, por quienes necesitan cuidados especiales en cualquier momento de su vida, por todos…» ha explicado, al arranque de la marcha, la presidenta de la Federación de Asociaciones Provida y portavoz de la plataforma organizadora, Alicia Latorre.

Para Álvaro Ortega, presidente de la Fundación +Vida —otra de las organizaciones convocantes— «hoy es el día en el que España entera alza la voz por los que no tienen voz». «Ponemos en valor lo bonito, lo bueno y la verdad: la vida, la familia, la maternidad. Los jóvenes de toda España estamos mostrando que somos una gran mayoría los que defendemos la vida en todas sus fases«, ha añadido.

Para poner en contexto la magnitud de la marcha, conviene comparar las cifras de participación con otros eventos similares cercanos en el tiempo, como las manifestaciones del 8M de esta misma semana. Entonces la Delegación del Gobierno de Madrid, planteó que la marcha organizada por la comisión 8M reunió a 17.000 personas, mientras que la alternativa, convocada por el Movimiento Feminista de Madrid, congregó a 10.000.

Este domingo, el mismo organismo oficial ha cifrado en 23.000 los asistentes a la marcha «Sí a la vida». Eso sí, los organizadores del evento provida han sido más modestos a la hora de ‘inflar’ o ‘maquillar’ los resultados oficiales, aumentándolos hasta los 50.000. La comisión 8M llegó a ofrecer este miércoles la exagerada e inverosímil cifra de 700.000 personas, frente a los 17.000 oficiales de una Delegación del Gobierno, que se presume afín a aquella marcha.

Más allá de esta polémica, la manifestación ha discurrido en un ambiente festivo y aunque no han faltado consignas contra «las leyes que atentan contra la vida y la naturaleza humana», desde la organización se ha evidenciado un esfuerzo por trasmitir un mensaje positivo, en consonancia con el lema «sí a la vida». Así, han agradecido el trabajo de los sanitarios como «los enfermeros, los médicos y cuidadores, que defienden la vida cada día». «¡Todos sois muy valientes!», gritaban unos jóvenes desde los altavoces con los que animaban musicalmente el evento.

«Nada podrán detenernos, porque estamos convencidos y la vida vencerá», es otra de la consignas que se han podido escuchar. Tampoco han faltado los coreaban su «sí a la vida» con un rotundo «¡Viva la madre que me parió!».

Recuerdo de «los no nacidos»

La manifestación había dado comienzo al mediodía, cuando la cabecera de la marcha se ha encaminado hasta la plaza de Cibeles, donde, en los aledaños, se ha ubicado el escenario desde el que se han ofrecido varios testimonios y se ha leído el manifiesto final.

Se ha cerrado el acto, en continuidad con ese ambiente festivo, con un breve concierto para celebrar el «Día de la Vida». También ha sido el lugar elegido para el simbólico recuerdo «de los no nacidos y todas las víctimas de la cultura de la muerte», a través de un minuto de silencio y la suelta de centenares de globos que han teñido el cielo madrileño de color «verde esperanza».

Varios manifestantes portan globos verdes, el color oficial y carteles en defensa de la vida BELÉN DIAZ

Entre el público muchas familias, abuelos, niños y jóvenes matrimonios, como el de Alberto y Marta, acompañados por la madre de ella, Marijose, y sus cinco hijos. Hasta la calle Serrano les ha llevado el «defender la vida, en este momento en que está tan complicado». Sus cinco hijos pequeños revoleteaban alrededor de su madre mientras nos respondía.

«A la mayor, que tiene nueve años, anoche se lo explicamos todo. Les traemos para que vean que hay alegría en estas marchas. Por supuesto, hay que hablarles claro de estos problemas, pero queremos que sean muy optimistas y positivos, que no vean que sus padres se quejan, que no participen de la cultura de la queja, sino que vean que defendemos la verdad, la libertad y sobre todo la alegría y el amor, eso es la familia», ha explicado Marta a ABC.

Alberto y Marta con sus cinco hijos y Marijose, la abuela de los pequeños BELÉN DÍAZ

Ya al final del recorrido, frente a Cibeles, ha sido el momento para la lectura del manifiesto y los testimonios. Entre estos últimos ha destacado el de Pablo Delgado de la Serna —@untrasplantado en su cuenta de Instagram—. Enfermo desde los 16 años, lleva 31 operaciones, está amputado de una pierna, tiene tres trasplantes de riñón y está a la espera de un cuarto, que le permita abandonar la diálisis a la que está apegado desde hace ocho años.

Delgado de la Serna es fisioterapeuta y profesor en la Universidad Francisco de Vitoria. En declaraciones a ABC, ha explicado que con presencia en la cabecera de la marcha ha buscado «animar a todos a defender la vida». «Yo soy un ejemplo de que, cuando se presentan alternativas, la gente no opta por la muerte en la eutanasia», ha añadido.

El manifiesto final, pactado por las organizaciones convocantes ha reivindicando que «todo ser humano tiene derecho a la vida y a ser tratado como merecer su especial dignidad, desde sus concepción hasta la muerte natural«. Además, han querido «mostrar la grandeza de la cultura de la vida», que es «generosa, acogedora, constructiva, alegre, que cura heridas, que no se rinde».

Además, también han mostrado su repulsa ante las «leyes y prácticas que atentan contra la vida y la naturaleza humana en cualquier momento de su existencia». También han rechazado a los «negocios e ideologías que las sustentan» [estas normas], en una velada alusión a las clínicas abortistas y a algunos partidos políticos.

La celebración del Día Internacional de la Vida se instauró en 2003, durante el primer Congreso Internacional Provida, a partir de una encuesta mundial contestada por más de 20.000 grupos y asociaciones de más de 20 países de Europa y América. El día elegido fue el 25 de marzo, aunque este año, los organizadores han decidido adelantar la celebración al día 12, para «facilitar la asistencia desde todas las ciudades de España hasta Madrid».