Irene Montero se ‘bunkeriza’ en Igualdad mientras el PSOE la desacredita

Voces en Podemos creen que la ministra sale fuerte del choque y constatan la falta de sintonía de Díaz con ella y Belarra

El choque por el ‘sí es sí’ eclipsa a Yolanda Díaz: el PSOE cuestiona su liderazgo y Podemos gana espacio

Irene Montero se convirtió en la protagonista política de una semana que se cierra con la coalición de Gobierno en un punto de no retorno. La convivencia es «insoportable» -palabras de una ministra socialista- y solo se alimenta para sacarle el máximo rendimiento al acuerdo de Gobierno y ganar tiempo para que Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda, y Podemos se entiendan para reunir a la izquierda.

La ministra de Igualdad asistió el martes a una desautorización nunca antes vista por parte del PSOE, socio mayoritario del Ejecutivo, que aprobó con el Partido Popular la toma en consideración de la reforma a la conocida como ley del ‘solo sí es sí’ –proyecto estrella de Montero- y sin un acuerdo con Podemos. Por delante queda la tramitación parlamentaria y una negociación con poco margen para que PSOE y Podemos cambien posiciones.

La ministra tiene el apoyo cerrado del departamento de Igualdad y de Podemos, liderado por la que también es ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. Pero fuera de ese búnker, hace frío. En el PSOE, la desacreditan y la responsabilizan de una ley débil que ha permitido la rebaja de condenas a delincuentes sexuales con la entrada en vigor de la nueva horquilla de penas. Y en Unidas Podemos tampoco cuenta con la complicidad de Díaz, Izquierda Unida o En Comú, a pesar de que todos votaron lo mismo el martes.

«Irene ya está curtida», explican a ABC fuentes de la dirección de Podemos, que reivindican que un día después de la votación del PSOE junto al PP, la ministra de Igualdad asistió a la manifestación del 8-M donde le exigió a los socialistas rectificar. Una voz del grupo parlamentario de Unidas Podemos celebra que el Día Internacional de la Mujer mostró que el mensaje del movimiento feminista sintoniza con el del Ministerio de Igualdad, lo que considera positivo para Montero. Un dirigente autonómico del partido morado resalta como un punto a favor de la ministra que «una parte importante del movimiento feminista valora la ley de Igualdad como muy positiva y novedosa». Y desde la Comisión 8-M, organizadoras de la manifestación también critican la reforma del PSOE.

Montero no va a dimitir a pesar de la presión que le llega de circuitos socialistas y de la oposición y cuenta con la tranquilidad de que el presidente, Pedro Sánchez, no tiene capacidad de decisión sobre el flanco morado. «Va a seguir desplegando su agenda feminista», aseguran desde Podemos: «Y negociando en el trámite de enmiendas para el ‘sí es sí’».

El viernes, viajó a Nueva York al debate general de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU. Pero fuera de Alcalá 37 y la sede de Podemos, está aislada. Se visibilizó durante el debate del martes. Solo Belarra -compañera y amiga- la acompañó en el Pleno más duro de su vida.

El equipo de la vicepresidenta Díaz justificó su ausencia en que tenía una reunión importante del Estatuto del Becario, por lo que llegó para la votación. Pero desde la dirección de Podemos apuntan a que ya están «habituados» a defender solos las posiciones más «complicadas». La fotografía de Montero y Belarra solas contra el mundo también fue buscada y usada por Podemos.

La ruptura de PSOE y Unidas Podemos debilita en lo electoral al Gobierno al exponer su inestabilidad y, sin embargo, Podemos amplificó el choque para que Montero saliera reforzada del mismo. El PSOE se negó a moverse de su posición desde diciembre. E Igualdad dejó de negociar con el PSOE hace tres semanas para explotar el conflicto en la semana del 8-M. En Podemos vieron una ventana de oportunidad para relanzar el perfil de candidata electoral de Montero.

Igualdad dejó de negociar con el PSOE para explotar el conflicto el 8-M. Vieron una ventana de oportunidad para relanzar el perfil de candidata de Irene Montero

La negativa de Igualdad a ceder a la presión del PSOE para reformar la ley como ellos querían la situó bajo el foco mediático e impulsó su perfil mostrando mayor autonomía. Todo mientras Díaz guardó un calculado perfil bajo para evitar que su proyecto en construcción quedase dañado.

Como viene contando ABC, esto generó dos situaciones. Por un lado, Moncloa y Ferraz criticaron que la vicepresidenta Díaz se limitara a defender un acuerdo pero demostró no tener capacidad sobre Podemos para liderar una salida al atolladero. Y al quedar Díaz eclipsada, por otro lado, quien asumió el espacio de liderazgo fue Irene Montero.

Podemos usó este conflicto de materia prima para moldear su perfil candidata. Aunque la estrategia vaya acompañada del desgaste del ruido les merece la pena por dos cosas: por si no hay acuerdo con Sumar o por si tienen que negociar la coalición.