Ursula von der Leyen y Monika Hohlmeier: la noble ‘novia’ de Sánchez y su reverso tenebroso

Poli bueno, poli malo. La UE parece haber adoptado la clásica estrategia policial para sonsacar información a España, que como todo miembro destinatario de cantidades ingentes de fondos comunitarios para mantener a flote su economía debe someterse a inspecciones periódicas sobre la gestión de los euromillones post-covid llovidos desde Bruselas.

El poli bueno es Ursula von der Leyen, 64 años y presidenta de la Comisión Europea. El malo, Monika Hohlmeier, 60 años y presidenta de la Comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo. La primera, flor y nata de la alta sociedad germana, regala zanahorias y lisonjea a Pedro Sánchez en sus discursos para marcarle el camino a seguir: «Querido Pedro, estoy muy contenta de verle aquí…».

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La segunda, nieta de carnicero, es el «pitbull» de la Eurocámara y no se corta un pelo a la hora de repartir palos y amedrentar al Gobierno español, Nadia Calviño incluida, como en su reciente visita a Madrid. Que si falta de transparencia, que si filtraciones inaceptables, que si le preocupa dar dinero mientras se rebajan las penas por malversación.

Ambas son alemanas, cristianodemócratas, ambiciosas e hijas de políticos más que prominentes. Ambas, también, cargan con algunas sombras del pasado que frenaron hasta cierto punto carreras que parecían imparables.

El padre de Hohlmeier era Franz Josef Strauss, legendario primer ministro cristianodemócrata en la región de Baviera de 1981 a 1988, aparte de ex ministro alemán de Defensa, de Finanzas, de Asuntos Especiales y hasta de Asuntos Atómicos en diversos periodos en los años 50 y 60. El padre de Von der Leyen, Ernst Albrecht, igualmente cristianodemócrata, fue primer ministro en Baja Sajonia de 1976 a 1990.

Strauss, el hijo del carnicero, era bávaro hasta la médula. Todo en él rezumaba Baviera: su acento, su tenacidad, la afición a la cerveza, la inquebrantable confianza en sí mismo… Su punto débil era una evidente tendencia a la obesidad, que solía combatir con frecuentes visitas a clínicas de adelgazamiento en la Costa del Sol, especialmente antes de elecciones. Cuando murió, en noviembre de 1988, se le enterró con tanta pompa como si hubiese sido lo que nunca llegó a ser: canciller de la República Federal. Lo intentó en 1980, pero fue derrotado por el socialdemócrata Helmut Schmidt.

Madre de siete hijos, Von der Leyen pertenece a la 'aristocracia' de Hamburgo. Como ministra de Defensa de Alemania fue acusada de nepotismo. Su tesis doctoral , bajo sospecha.
Madre de siete hijos, Von der Leyen pertenece a la ‘aristocracia’ de Hamburgo. Como ministra de Defensa de Alemania fue acusada de nepotismo. Su tesis doctoral , bajo sospecha.ARABA PRESS

Durante toda aquella campaña electoral, a su lado estuvo Monika, 17 años entonces. Strauss había reparado en que tenía más talento e instinto político que sus dos hermanos mayores, Max y Franz, y la preparaba ya para que siguiese su camino. Aunque en realidad ella siempre supo lo que quería. A los 10 años, por ejemplo, decidió aprender francés. Sin que sus padres se enteraran, cogió sola el recién abierto S-Bahn, el servicio de trenes de Múnich, y se presentó en una escuela de idiomas local ante el asombro de su director.

La esposa de Strauss, Marianne, murió en un accidente de automóvil en 1984. Monika, recién diplomada en dirección de hoteles y recién casada con Michael Hohlmeier, un asesor fiscal seis años mayor que ella, empezó a ocupar en actos oficiales el lugar de su madre. La política sustituyó definitivamente a la hostelería.

LA FAMILIA DE URSULA

Los Albrecht, en cambio, eran algo así como los Von Trapp de Hannover, la ciudad a cuya élite burguesa pertenecen desde hace siglos. Como los Von Trapp de Sonrisas y Lágrimas, Ernst y su esposa, Adele, tuvieron siete hijos (con la feliz diferencia respecto a la película de que él no era viudo) y, como los Von Trapp, eran muy aficionados a cantar todos juntos. Hasta publicaron un álbum en 1978, bajo el nombre de Die Albrecht Familie, titulado Wohlauf in Gottes schöne Welt (más o menos «Bien, vayamos al hermoso mundo de Dios»). En YouTube se les puede ver en un programa de televisión de la época con una Ursula todavía adolescente como parte del coro familiar.

A diferencia de Hohlmeier, Von der Leyen no necesitó coger el transporte público para aprender francés. Lo aprendió, prácticamente al mismo tiempo que el alemán, en un colegio internacional de su Bruselas natal, donde su padre fue en los 50 y primeros 60 un alto funcionario de la incipiente burocracia comunitaria.

Ursula sustituyó el apellido Albrecht por el aristocrático Von der Leyen al casarse con Heiko, estudiante de medicina como ella y descendiente de una estirpe nobiliaria que construyó un imperio mercantil en torno al negocio de la seda en la ciudad de Krefeld, donde prácticamente la mitad de sus habitantes trabajaban en sus fábricas y donde aún hoy la plaza del ayuntamiento se sigue llamando Von-der-Leyen-Platz.

Ursula se convirtió en médico y madre, como Mónica García. Eso sí, siete veces madre. Entre 1987 y 1999 tuvo cinco chicas y dos chicos. Justo al revés que sus padres, que tuvieron cinco hijos y dos hijas. En ese mismo periodo, Von der Leyen se las apañó incluso para obtener un doctorado en, obviamente, Ginecología. Más comedida, Monika Holheimer se conformó con la típica parejita.

POLÉMICAS

Las carreras de ambas mujeres no han sido, sin embargo, ajenas a polémicas y sospechas que quizá hayan impedido que llegasen aún más lejos de lo que lo han hecho. Hohlmeier dimitió en 2004 como jefa de la sección muniquesa de los cristianodemócratas bávaros por amenazar presuntamente a miembros críticos con revelar aspectos comprometedores de sus vidas privadas. Apenas un año después dimitió como ministra de Educación y Cultura de Baviera entre acusaciones de nepotismo y de que había permitido la falsificación de votos en elecciones internas del partido. .

Más recientemente se ha visto implicada en un escándalo de cobro de comisiones en la compra de mascarillas para entidades públicas alemanas durante la pandemia del coronavirus. Andrea Tandler, hija de Gerold Tandler, fiel colaborador de Franz Josef Strauss en los 70, se habría embolsado hasta 50 millones de euros gracias a su labor de intermediaria. ¿Quién la puso en contacto con el Ministerio de Sanidad alemán? La hija de Strauss, o sea Hohlmeier, que asegura que fue simplemente «un favor» y que ella no ganó nada.

Nieta de carnicero, su padre fue ministro de Defensa, entre otros cargos. Hohlmeier está envuelta en su país en un asunto de cobro de comisiones por la venta de mascarillas anti covid.
Nieta de carnicero, su padre fue ministro de Defensa, entre otros cargos. Hohlmeier está envuelta en su país en un asunto de cobro de comisiones por la venta de mascarillas anti covid.ALBERTO DI LOLLI

Von der Leyen también se ha visto salpicada por acusaciones de nepotismo durante su muy criticada etapa como ministra de Defensa de Alemania, entre 2013 y 2019, debido a que firmó lucrativos contratos con asesores externos supuestamente elegidos por la estrecha relación que mantenían con ella. Uno de ellos fue a parar a McKinsey, la influyente consultoría estadounidense donde han trabajado dos de sus hijos.

Otro caso desafortunado, con curiosos ecos de Pedro Sánchez, se refiere a su tesis doctoral, que contenía pasajes plagiados, o al menos -como concluyó la Universidad de Hannover- con pasajes con «errores obvios» en las citas de las fuentes. Le salvó que «el patrón de plagio» no denotase «tentativa de fraude».