Para los hombres de buena voluntad cada día es como una nueva Navidad

La Anunciación y  Encarnación fue el inicio de una verdadera Esperanza. Culminó con la Noche Buena que hizo surgir una estrella. Que nos va acompañando a lo largo de cada día e  inintirrumpidamente durante todos y cada uno de sus años. Porque con Jesús nos llegó el Camino, la Verdad y la Vida. ¡Por eso siempre es Navidad!

Algunos pensarán que esto son niñerías o una locura que dura ya muchos siglos. Parece mentira que casi en un cuarto de siglo y veinte siglos después siga vigente este sueño oriental. Y ello es porque, sin Él nada tiene sentido pues vino a traernos promesas de Eternidad, de una vida de Paz donde reina la Felicidad. ¿Cómo puede ser eso? Solo hay una cosa que lo explique el Amor. Tanto amó Dios al mundo que envió a su único Hijo para salvar a los hombres, a todos los hombres, de su propia iniquidad.

Es que el Amor es algo eterno. Trasciende la temporalidad. Es la esencia del hombre desde que su alma inmortal, por Amor fue creada y por ende, añora la eternidad. Dios es Amor y, al otorgar alma al hombre, le dotó de eternidad.

Pero no paró ahí el Amor del Padre que quiso amarnos como hijos suyos y entregó a su amado Hijo para hacernos Hijos y pertenecer así a su familia. Somos hijos de Dios. En ella hizo morada Su Espíritu y la misma Vida de Dios habita en aquellos en que permanece, mientras su Amor en ellos está.

Pero, es verdad que Él nos amó primero  y que hay que aprender a amar. No es posible participar de ese Amor si el alma esta manchada. Es decir, hay que ser capaz de dejarse invadir del infinito amor de Dios, hay que estar purificado y solo el dolor de amor es capaz de limpiar.

Esto quizás puede arrojar un poco de luz para tratar de comprender el sufrimiento y la muerte de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios. El sin pecado, que asume todos los pecados de los hombres para con su sufrimiento y muerte manifestar la grandeza del Amor de Dios Padre. Con Él por Él y en Él  entendemos el sufrimiento de los hombres, incluso de los inocentes, y podemos abrazarnos al dolor y a la muerte con la dignidad que da la misericordia y el Amor de Dios.

Por eso, hemos empezado este articulo diciendo, que para los hombres capaces de aprender a Amar siempre es Navidad

A María le dijo el Ángel:  Dios te saluda María llena eres de Gracia. El Señor es contigo. Bendita tu eres entre tadas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús

Miguel Ángel Albás Mínguez