La intención del ministro de Seguridad Social de ampliar los años que se tienen en cuenta para calcular la pensión de 25 a 30 años ha sido muy criticada por sindicatos y empresarios, y ha provocado también críticas en el seno del Gobierno. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, llegó a decir que la medida «supone un recorte de derechos«. ¿Pero supone realmente ampliar el cálculo un recorte de las futuras pensiones? Si se analiza la medida de forma aislada, sin tener en cuenta otras patas de la reforma que pudieran dulcificarla, el recorte de la prestación se produciría en la mayoría de los casos. Tradicionalmente los trabajadores logran mejores salarios al final de su carrera, y si se computan más años de la vida laboral para calcular la pensión, se incluirán salarios inferiores, lo que, a su vez, provocaría que las pensiones luego fueran más bajas. De cualquier forma, el impacto sería muy distinto según las carreras laborales de los trabajadores.
Las mujeres también se verían afectadas de forma negativa por una ampliación del periodo de cálculo de la pensión, normalmente con carreras laborales más cortas, justificadas en la mayoría de los casos por el cuidado de los hijos. Pero para paliar este impacto negativo, la reforma de Escrivá plantea un mejor tratamiento de las lagunas de cotización.
¿Quién saldría más beneficiado? Claramente, beneficiaría a aquellos trabajadores que han sido expulsados del mercado de trabajo en los últimos años de su carrera laboral, una situación que fue recurrente en la crisis financiera de 2008 y que aún arrastran muchos futuros pensionistas. Con la propuesta de Escrivá a estos trabajadores se les tendrían en cuenta años anteriores, con mejores cotizaciones, para el cálculo de su pensión.
Salarios menguantes
Esta situación suele producirse con los trabajadores de más edad, normalmente mayores de 50 años. Cuando quedan en paro es más difícil que encuentren empleo, por lo que suelen estar más años en el desempleo. Y cuando logran encontrar un puesto de trabajo el sueldo que se les ofrece es con frecuencia inferior al que tenían antes de quedar en el desempleo.
Organismos como el Banco de España han puesto cifras a esta ampliación. La institución que dirige Pablo Hernández de Cos estimó en un 5% el recorte de la cuantía de las pensiones iniciales tras el aumento de 15 a 25 años acometido de manera progresiva entre 2013 y 2022. También Enrique Devesa, una de las voces más autorizadas en el análisis del sistema de la Seguridad Social, cuantificó el impacto. Según los cálculos de este profesor de economía financiera y actuarial de la Universidad de Valencia aumentar de 25 a 35 los años que se tienen en cuenta para el cálculo de las pensiones, la idea inicial del Gobierno, mejorará la sostenibilidad, porque en promedio la pensión inicial disminuirá en un 8,8%.
El lado más positivo se encuentra en la propuesta de Escrivá para que de los 30 años que servirían para calcular la pensión, medida que se aplicaría entre 2025 y 2038, se puedan descartar los dos peores de cotización. Para el trabajador esta opción podrá mejorar su pensión, para la Seguridad Social supondrá más gasto.