Feijóo cierra hoy en Cantabria otra herida territorial que heredó del PP de Casado

Navarra, La Rioja y Asturias siguen sin congreso ni candidatos para la renovación del partido

La red de polvorines territoriales a punto de estallar que dejó en herencia el PP de Pablo Casado y Teodoro García Egea se han ido desactivando poco a poco en los últimos seis meses. Hoy toca el turno de Cantabria, donde su actual presidenta, María José Sáenz de Buruaga, estuvo sentenciada por la anterior dirección nacional y con las maletas preparadas para dedicarse a otra cosa, cuando se produjo la gran explosión interna en el partido, que lo cambió todo. De la noche a la mañana, Buruaga se ganó la total confianza de Feijóo y de su mano derecha, Miguel Tellado, y este viernes será reelegida presidenta del PP de Cantabria.

El PP de Feijóo cierra así otra de las heridas que más supuraban en la estructura territorial del partido hasta hace solo unos meses, junto a otras regiones como Extremadura o la Comunidad de Madrid, cuyos congresos se celebraron también en un ambiente de unidad y normalidad, tras vivir momentos muy convulsos de puertas para dentro.

Buruaga se enteró de que Casado y García Egea no confiaban en ella por la prensa. Su entorno comenta sin tapujos que la situación fue extremadamente desagradable. La presidenta del PP cántabro, sin embargo, mantuvo un perfil discreto y optó por no dar ninguna batalla contra la dirección nacional. Lo que se encontró el actual vicesecretario de Organización del partido, Miguel Tellado, llegado desde Galicia junto a Feijóo, fue una dirigente «muy de partido», «leal», con experiencia y con capacidad de «unir» a los populares en esa región. Además, otro plus para ella era que Casado y García Egea le habían puesto una cruz, y eso en los nuevos tiempos del PP era un punto a su favor.

Unidad, la clave

Tellado tuvo pocas dudas cuando empezó a conocer a Buruaga, y la decisión de que continuara se cerró de forma tranquila. La unidad, término ‘sagrado’ en Génova en la actual etapa, se visualizó cuando Buruaga fue la única candidata para el congreso regional, con un respaldo de más del 99 por ciento en las primarias. Génova se apunta así otro tanto en esta etapa, al apagar uno de los fuegos internos más intensos que tenía en los territorios. Se da por hecho que Buruaga será también la candidata a la Presidencia de Cantabria, ante las elecciones autonómicas del próximo 28 de mayo. Feijóo clausurará esta tarde el congreso del PP de Cantabria en Santander, en un ambiente de cierre de filas y de piña.

Pero Tellado, al que algunos llaman ‘apagafuegos’, tiene por delante otros tres polvorines, que parecen enquistados y para los que la nueva dirección nacional del PP no acaba de encontrar una solución aceptable. Se trata de La Rioja, Asturias y Navarra. En la primera de estas regiones, los populares intentan buscar una salida y ya hay un nombre que empieza a sonar con algo más de fuerza. Se trata de Gonzalo Capellán, exconsejero de Educación y catedrático de Historia contemporánea. Es un perfil que gusta en Génova, con experiencia de gestión, formación y capacidad de unir sensibilidades.

Un perfil «interesante»

En la dirección nacional del PP ni afirman ni desmienten que sea su preferido, pero desvelan su agrado al asegurar que es un perfil «interesante». Eso sí, la última palabra la tendrá el ‘consejo de sabios’ de La Rioja, es decir los expresidentes del partido y otros dirigentes con peso propio, como el de la exalcaldesa de Logroño y actual secretaria general del PP, Cuca Gamarra. La número dos del PP, por cierto, era la candidata preferida por la anterior dirección, pero con Feijóo en Génova su expectativas son otras, y pasan por la política nacional. Eso sí, la posibilidad de que Capellán sea elegido candidato autonómico por una gestora, y no en un congreso, crece. «El formato orgánico es lo de menos», advierten en Génova.

En Asturias es un hecho que no continuará la actual presidenta regional, Teresa Mallada. La división interna del partido ha sido su sentencia definitiva. El problema que tiene Génova es que sigue sin encontrar un recambio que satisfaga a todos, porque solo quiere nombres de unidad, y el tiempo se echa encima. El congreso, que tendría que celebrarse con un mínimo de 30 días de plazo desde su convocatoria, podría sustituirse por una gestora.

En Navarra, mientras, el PP sigue sin definir el modelo con el que se presentará a las próximas elecciones. El presidente de UPN, Javier Esparza, continúa a la espera de una llamada de Feijóo para decidir si se presentan en coalición y con qué condiciones. Desde luego, UPN no está dispuesto a ceder más de lo que cree justo a un partido, el PP, al que considera «residual» en la Comunidad Foral.

Sin debate ideológico

Al margen de las posibles gestoras que puedan constituirse en La Rioja o Asturias para salir del paso y dejar para más adelante la renovación orgánica del partido, la dirección nacional sigue con la idea de convocar todos los congresos de forma urgente y extraordinaria, lo que deja fuera la la posibilidad de ponencias ideológicas. El congreso nacional de abril en Sevilla tampoco tuvo ese debate de ideas, que sectores del PP echan en falta.