Putin va hacia una «derrota devastadora» y verá «uno de los fracasos más espectaculares de la historia contemporánea»

Es probable que la guerra en Ucrania se dirija hacia una «derrota rusa devastadora», según un experto en política económica en la región de Europa del Este. En un artículo de opinión publicado en ‘Foreign Affairs’ la semana pasada, el economista sueco Anders Aslund, quien trabajó como asesor económico de los gobiernos de Rusia y Ucrania en el pasado, predijo que es probable que el presidente ruso, Vladimir Putin, vea «uno de los fracasos más espectaculares de la historia contemporánea», mientras sus tropas continúan luchando para lograr una victoria.

La resistencia del pueblo ucraniano ha asestado un golpe inesperado a Putin, prolongando la guerra mucho más allá de lo que el Kremlin estaba preparado para afrontar cuando se ordenó la invasión el 24 de febrero.

Cuando la guerra entra en su cuarto mes, la determinación del pueblo ucraniano, junto con la ayuda militar de sus aliados occidentales, apunta a un final desfavorable para Putin, cuyas propias tropas han comenzado a buscar caminos para ir contra su líder y abandonar Ucrania, según apuntan distintas informaciones. Aslund indicó que el final de la guerra no solo será un fracaso militar para Putin, sino una derrota económica, una que no se parece a nada que el país haya visto y que repercutirá en todo el mundo.

«Hoy, Rusia se enfrenta no solo a una derrota humillante, sino también a un horrendo colapso económico, del que Putin es totalmente responsable», escribió Aslund. Citando las fuertes sanciones occidentales que se impusieron rápidamente a Rusia en respuesta a la guerra, Aslund dijo que «en un solo día, Putin eliminó la mayoría de las ganancias económicas que Rusia había logrado desde 1991».

El economista advirtió que la gravedad de la economía de Rusia ha llevado a la élite del país al límite y sugirió que Putin podría ser derrocado por quienes alguna vez estuvieron en el círculo íntimo del presidente, si la indignación pública no derroca primero a su gobierno.

«En agosto de 1998, después de seis días de una crisis financiera mucho menos severa, el presidente ruso Boris Yeltsin destituyó a su gobierno. Putin, por el contrario, no ha permitido que nadie en su gobierno renuncie, obligando a todos a estar con él hasta el amargo final. Aslund escribió: «No hace falta decir que el miedo parece prevalecer entre la élite del gobierno ruso».

«El malestar social no ha sido generalizado en los últimos años, pero ocurre, y el nivel de declive previsto en la producción y el nivel de vida no se ha registrado desde principios de la década de 1990», agregó Aslund. «Una reacción popular natural sería un malestar social generalizado, lo que agravaría las tensiones entre los servicios de seguridad».

«Cualquiera que sea el resultado, Occidente debe comenzar a planificar el colapso y el refuerzo del régimen de Putin», concluyó Aslund, y señaló que «esta no sería la primera vez que Moscú lanza una ambiciosa aventura militar en busca de territorio adicional, solo para encontrarse superado y humillado».