El Gobierno destituye a la directora del CNI, Paz Esteban, para calmar a los independentistas

La crisis por las escuchas de Pegasus ya se ha cobrado su primera víctima política. Después de varios días de rumores, el Gobierno ha decidido cesar a la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Paz Esteban, nombrar en su lugar a la actual secretaria de Estado de DefensaEsperanza Casteleiro. El relevo se produce apenas una semana después de desvelar el propio Ejecutivo que los móviles de Pedro Sánchez y de la ministra de Defensa, Margarita Robles, fueron infectados el año pasado, entre mayo y junio, por el software israelí, el mismo con el que han sido espiados mandatarios de todo el mundo y el que en concreto utilizó Marruecos para controlar los teléfonos tanto del presidente de Francia, Emmanuel Macron, como miles de terminales de Argelia.

La propia Robles ha sido la encargada de comunicar el cese en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en la que ha acompañado a la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez. La ministra de Defensa ha negado que se trate de una destitución, sino que, ha dicho, es una simple «sustitución» dentro de una «continuación normal y natural» en los servicios de inteligencia. Rodríguez, por su parte, ha dado cuenta de que ya ha terminado el trabajo de inspección de los móviles de todo el Gobierno por parte del Centro Criptológico Nacional y que se ha detectado una tercera intrusión en el teléfono del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, también en junio del año pasado, coincidiendo con la crisis migratoria en Ceuta provocada por Marruecos. Hubo también un cuarto intento de intrusión en el móvil de otro ministro que fracasó, en este caso en el del titular de la cartera de Agricultura, Luis Planas.

La comparecencia de Robles ha tenido un fuerte carácter emocional y de reivindicación de su puesto, enfatizando en todo momento que la nueva directora del CNI es su hasta ahora número dos y por tanto persona de máxima confianza. «¿A quién ha nombrado el Gobierno directora del CNI?» preguntaba de manera retórica ante la pregunta de uno de los informadores, y se contestaba: «A la secretaria de Estado del Ministerio de Defensa que ha sido mi directora de gabinete. Creo que con eso le he dicho todo». Robles ha evitado especificar el motivo del relevo al frente de los servicios de inteligencia, que se produce a apenas mes y medio de la celebración en Madrid de la Cumbre de la OTAN, un desafío mayúsculo para la seguridad del Estado. La ministra ha llegado a afirmar de manera tajante que «no ha pasado nada», tras ser preguntada si la salida de Esteban (que como funcionario seguirá en el CNI) se debe tanto a la vulnerabilidad detectada en los móviles de Sánchez y dos ministros como a las escuchas a Pere Aragonès y otros diecisiete dirigentes independentistas con autorización judicial de las que la propia Esteban informó la semana pasa ante la comisión se secretos oficiales del Congreso de los Diputados.

El cese de Esteban, una funcionaria con cuarenta años de experiencia en los servicios secretos, se produce precisamente una semana después de esa comparecencia, donde a puerta cerrada mostró a los diputados las autorizaciones judiciales con las que se realizaron escuchas al presidente de la Generalitat, cuando era vicepresidente del Gobierno catalán. También la semana pasada, en una comparecencia en la Comisión de Defensa del Parlamento, la ministra Robles respaldó inequívocamente a Esteban y llegó a decir que por la crisis de las escuchas (tanto las que ha sufrido el Ejecutivo como las realizadas a dirigentes del separatismo en Cataluña) no debería pagar la responsable de la Inteligencia española. Sin embargo, otros altos dirigentes del Gobierno, singularmente la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, comenzaron a desmarcarse de la actuación del CNI, abonando así el terreno para la destitución de su máxima dirigente que se ha producido en el Consejo de Ministros de este martes. «No hubo orden del Gobierno» llegó a decir Calviño el pasado viernes en una entrevista en TV3, mientras que Bolaños se manifestó en términos parecidos.

Precisamente el viernes, Sánchez coincidió con Aragonès en un acto del Círculo de Economía en Barcelona y, tras una breve charla informal a la vista de todas las cámaras, acordaron una próxima reunión. Si bien el presidente catalán manifestó posteriormente que una entrevista «por sí sola» no solucionaría la crisis.