Consignas del Campamento X: Ser tolerante, ser solidario, ser amigo

Hoy se habla mucho de la tolerancia como un valor necesario en nuestra sociedad muchas veces criticada por la radical actitud de alguno de sus miembros.

Las actitudes intolerantes llevan con frecuencia a la violencia y ello asusta a los ciudadanos que no quieren que nada altere su tranquilidad y bienestar.

En una sociedad hedonista e individualista no es fácil pensar en el otro sino es como un adversario y un rival para el logro del triunfo personal.

Y así se pide a los grupos mayoritarios y mas poderosos que sean tolerantes con las minorías ya que todos tenemos derecho a vivir sin ser discriminados por razones de raza, credo, sexo, opinión…

Hay que ser tolerante, lo contrario no es políticamente correcto.

Un paso más adelante en este camino está en lograr que seamos solidarios y que compartamos con los mas desfavorecidos algo de lo que nosotros poseemos.

La solidaridad es un valor de mayor calado pues supone ceder algo de lo que consideramos nuestro.

Pensar en los demás como personas que tienen el derecho de vivir junto a nosotros con los mismas posibilidades que nosotros es un avance en este nuestro mundo

Luego está eso de ser amigos… Este es un planteamiento cristiano que nace de la convicción de que por ser hijos de Dios todos somos hermanos.

Por ello no sólo hemos de ser tolerantes y solidarios sino que hemos de procurar que los demás no sólo estén bien y compartir con ellos lo que poseemos sino que hemos de procurar que ellos cada día estén mejor que crezcan como personas. (Querer el bien de los demás ).

El amigo comparte con sus amigos todo lo que tiene : sus bienes materiales, sus bienes intelectuales (sus conocimientos) y sus bienes espirituales (sus convicciones y creencias).

El mejor amigo es Jesús que nos quiere mas que nadie y ha entregado su vida por nosotros. El no falla nunca y además lo puede todo. El nos enseña a que nos queramos unos a otros como el nos quiere. La verdadera amistad es aquella que nos lleva a querer a nuestro prójimo desinteresadamente como Jesús nos ama a nosotros.