Nuestra Señora del Tejo y de las Nieves

Nuestra Señora del Tejo y de las Nieves,
nueva advocación para llamar
a la Madre que quiere, al escuchar
de tus labios y los míos la plegaria,
reavivar al cariño
y la conciencia en nuestras vidas,
de su Amor y Su presencia.

Que quiere hacer sentir la permanencia
de un amor casi olvidado.

Caminar, pasito a paso, a nuestro lado
y hablarle a Él con insistencia
de ti y de mí, de nuestros días;
de los afanes y luchas que vivimos;
de las penas y alegrías que sentimos;
de todo aquello, que sin querer,
nos va forjando.

Nuestra Señora del Tejo y de las Nieves,
que quiere muy quedo, casi callando,
susurrarnos al oído, con voz de Madre,
con suavidad de mando:
“Haced lo que Él os diga”
“Llenad a tope el jarro”
“Seguid vertiendo, gota a gota,
con afán, vuestro trabajo”

“Que si al hacerlo creéis
que agua es y, no vale algo
Él dirá que lo probéis,
y al confortaros.
Hará os crezca el Amor
y aumente la Fe de muchachos”.

Nuestra señora del Tejo y de las Nieves,
Madre de “buenos y malos”
que no entiende de fracasos,
de cobardes…,  marginados.

Ella que es Madre de todos,
a todos quiere a su lado
y por guapa y buena
nos tiene a todos ganados.

A ella que es nuestro refugio
le pedimos un milagro
que, por sus Hijos, nos haga
a ti, a mí, y, a todos
más hermanos.

Miguel Ángel
15 de Mayo de 1.977