Las residencias y colegios mayores de Zaragoza no temen a la llegada de los pisos de emancipación

Zaragoza es ciudad de colegios mayores y residencias de estudiantes. Solo en la capital aragonesa se ofrecen 1.382 plazas de residencias entre públicas y privadas, frente a las 125 tiene el Ramón Acín en Huesca o las 181 el Pablo Serrano en Teruel. A ello se añadirán en un futuro más de 2.000 plazas en proyectos de alquiler para jóvenes con los que las administraciones pretenden mejorar la emancipación.

En el presente curso 2021/2022, son tres los colegios mayores gestionados directamente por la Universidad de Zaragoza en Aragón, ya que el Santa Isabel de Zaragoza no abrió sus puertas en septiembre por no poder garantizar en su momento el cumplimiento de los protocolos covid, provocando el traslado de 25 colegiales al vecino Pedro Cerbuna.

El Cerbuna, tras el cierre del Santa Isabel, es el único centro gestionado directamente por la universidad en la capital aragonesa

Las previsiones en el Cerbuna de cara al próximo curso son positivas, «igual que todos los años, con las habituales listas de espera y hasta 200 solicitudes desechadas», según informan desde el centro, aunque el número exacto de interesados no se conoce hasta que finaliza el periodo lectivo en julio.

Presuponen que la puesta en marcha de las iniciativas de vivienda social en la capital no afectará a su demanda, al menos en un plazo inmediato. Se desconoce, por el momento, si el Santa Isabel abrirá sus puertas en septiembre, ya que «depende de los vicerrectorados» y no se han pronunciado.

Otros seis centros vinculados a fundaciones religiosas están adscritos a la universidad, tres de ellos mixtos: Cardenal Xavierre (97 plazas), Virgen del Carmen (200) y Azaila (65). El Colegio Mayor Miraflores, de 45 plazas, es masculino y los dos restantes, La Anunciata, de 56, y Peñalba, con 40, son femeninos.

A la lista hay que añadir los de empresas externas como la Residencia Goya, propiedad de Mi Casa Inn, que cuenta con más colegios y apartamentos para estudiantes en distintas ciudades españolas, y Univérsitas. Acogen respectivamente a 112 y 75 estudiantes.

Por su parte, la gestión de la residencia Ramón Pignatelli, que acoge a 324 estudiantes, corre a cargo de la Diputación de Zaragoza y la Baltasar Gracián (92 plazas) pertenece al Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ) del Gobierno de Aragón.

En este caso, y de nuevo sin poder ofrecer datos concretos respecto al próximo curso, las previsiones son buenas. Desde hace ya varios años se mantiene una tendencia al alza. El gerente del IAJ, Adrián Gimeno, mantiene que las residencias vuelven a ser la opción preferida de los estudiantes que salen por primera vez de sus residencias habituales.

El ambiente familiar que se crea y las facilidades en cuanta a temas de limpieza y alimentación hacen que los estudiantes apuesten por vivir durante algunos cursos dentro de una «pequeña comunidad». Durante los últimos dos cursos y debido al protocolo sanitario, las habitaciones dobles, la gran mayoría, han pasado a convertirse en individuales. Para el próximo curso se espera recuperar las habitaciones dobles y con ellas la capacidad habitual del centro.

En cuanto a las instalaciones, Gimeno asegura que durante los últimos seis años las instalaciones han sufrido una reforma integral y se han adaptado a las necesidades de los residentes.

Los ‘Cacahuetes’, Pontoneros y el alquiler social, entre las alternativas

La residencia de Pontoneros, en la calle Madre Rafols, junto al Paseo de María Agustín, es uno de los últimos proyectos licitados para acoger universitarios. Proyectada por el Ayuntamiento de Zaragoza y la empresa belga Xior Student Housing, está previsto que abra sus puertas en septiembre de 2023 con 351 habitaciones y un precio medio de 548 euros al mes.

Un tercio de esas habitaciones tendrán un precio más reducido, de en torno a 377. Contará con 10 habitaciones para estudiantes becados y otras 12 serán gestionadas por la Universidad de Zaragoza para alojar a investigadores.

A Pontoneros se suman ‘Los Cacahuetes’ en la Expo, del Gobierno de Aragón, todavía a vueltas con el ayuntamiento, y el plan de vivienda de alquiler asequible para jóvenes presentado la semana pasada por el consistorio, que contempla la construcción de 569 viviendas repartidas entre los barrios de Casetas, Las Fuentes, Arrabal, Casco Histórico y Valdefierro. 219 son de un dormitorio (40%) y 42 metros cuadrados útiles, otras 274 de dos habitaciones (50%) y las 76 restantes de tres (10%).

En el Arrabal hay proyectadas 39 con una inversión que ronda los 4 millones de euros, con 1,5 de los fondos europeos. En Las Fuentes, serían 206 con una inversión de 18,1 millones y una ayuda de los fondos de 7,6.

El Casco Histórico acogería otras 30 invirtiendo 3,9 millones,1,2 procedentes de las ayudas. Valdefierro, con 262, es la zona con más viviendas proyectadas y contarían con una inversión de 22 millones de euros, casi 9 procedentes de los fondos europeos.

Por último, en Casetas está prevista la construcción de otras 32. Supondrían una inversión de 3,9 millones, 1,5 procedentes de los fondos europeos. El consistorio quiere presentar el proyecto, valorado en 52 millones de euros, a la convocatoria de los fondos europeos Next Generation abierta por la DGA para financiarlos parcialmente con una ayuda de 20,8 millones e incorporarlos al programa Zaragoza Vivienda, que gestiona 2.364 viviendas de alquiler.

En colaboración con la universidad, Zaragoza Vivienda cuenta también con pisos de alquiler de titularidad municipal para estudiantes en situación de vulnerabilidad y Erasmus, estos últimos en el Casco Histórico, en la zona de San Pablo y la Magdalena