Las dimisiones dejan tocado el grupo de expertos de Montero para la reforma fiscal

El ministro de Hacienda de Luis XIV, Jean-Baptiste Colbert, sostenía que «el arte de los impuestos consiste en desplumar al ganso de forma que se obtenga la mayor cantidad de plumas con el menor ruido». En el grupo de expertos de María Jesús Montero para la reforma fiscal coinciden en que la recaudación debe aumentar, pero el cómo es un problema. Y ruido, en este caso, hay… y mucho, después de las dos últimas dimisiones en el comité.

Ignacio Zubiri y Carlos Monasterio, dos de los expertos encargados de realizar un informe que allane el camino a la revolución fiscal que quiere el Gobierno, han abandonado su cargo. Primero Zubiri y hace escasos días Monasterio, mostrando que las tensiones en el grupo son más que evidentes. Las razones de su salida, según las fuentes consultadas, son varias, pero todos coinciden en que los choques se han convertido en insalvables.

Es por ello que ambos optaron por marcharse del grupo de expertos en lugar de presentar un voto particular al informe. Es más, fuentes cercanas al grupo señalan que en el caso de Monasterio llegó a tener enfrentamientos directos con el presidente del comité, Jesús Ruiz-Huerta, principal directivo de la Fundación Alternativas, el laboratorio de ideas del PSOE. «La imagen de la comisión ha quedado dañada», indican las fuentes consultadas, más teniendo en cuenta que las dos dimisiones son de miembros de prestigio en el mundo académico.

Los miembros de la comisión que han accedido a hablar con ABC bajo el requisito de la confidencialidad muestran un punto de abatimiento por una situación que temen pueda emborronar el trabajo realizado durante estos meses y arrojar dudas sobre el informe que ultiman estos días.

Un pulso permanente

«Hacer un trabajo a 36 manos (hay 18 expertos en el comité) siempre es difícil», explica uno de los expertos del grupo bajo el requisito de la confidencialidad. «Hay diferentes puntos de vista sobre los asuntos y se generan tensiones. Algunos las llevan mejor y otros peor, y eso es lo que ha ocurrido». Los trabajos de la comisión se han estructurado a través de ponencias temáticas. Cada experto ha ido preparando una propuesta sobre el ámbito que le correspondía y luego esa propuesta se ha discutido y enmendado en grupo. Según las fuentes consultadas, la de Ignacio Zubiri se centró en las medidas contra el fraude fiscal y la de Carlos Monasterio en las eventuales reformas a abordar en el IRPF.

Las fuentes consultadas admiten que ambas fueron de las más discutidas dentro del grupo. «La salida de Zubiri la esperábamos porque nunca estuvo a gusto dentro del comité, pero la de Monasterio nos sorprendió». Al parecer, la ponencia de Monasterio no habría conseguido suscitar un consenso amplio dentro del comité «pero es difícil saber si ese fue el motivo porque esas discrepancias siempre pueden resolverse con un voto particular», aseguran.

Las fuentes consultadas coinciden en que los debates y las discrepancias dentro del grupo han sido habituales, pero que ha habido una suerte de pacto para evitar que su propuesta de reforma fiscal termine como la propuesta de reforma de la financiación autonómica de 2017, en la que los votos particulares ocuparon más espacio que la propuesta en sí. Una de las fuentes consultadas admite que es posible que alguno de los expertos haya interpretado ese acuerdo como una restricción, pero que dentro del grupo «hemos podido trabajar con total libertad y no ha habido injerencias externas, al menos hasta ahora».

El comité de expertos apurará los plazos habilitados por el Gobierno y entregará el próximo 28 de febrero su informe de propuestas para la reforma fiscal, en el que Hacienda promete inspirarse para diseñar la tan publicitada fiscalidad del siglo XXI. El informe tendrá una perspectiva amplia y pretende plantear propuestas sobre todas las figuras del ámbito fiscal, más allá del mandato del ministerio centrado en la fiscalidad sobre la riqueza, la armonización de Sociedades y la financiación autonómica.