Volantazo en la organización de la Presidencia española de la UE: Albares toma el control

Moncloa da un volantazo y entrega al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, el mando organizativo de la próxima Presidencia española de la Unión Europea. Una labor que recaerá sobre el Gobierno socialista en la segunda mitad de 2023 y cuya preparación Pedro Sánchez retuvo en noviembre dentro de su propio gabinete de la presidencia del Gobierno. Lo hizo creando la nueva Oficina de Coordinación de la Presidencia española dentro de Moncloa y poniendo al frente a la entonces directora de asuntos europeos en Presidencia, Aurora Mejía. Ese nombramiento apareció publicado en el Boletín Oficial del Estado el pasado 3 de noviembre.

Albares quedó así relegado a un segundo plano pese a tener las competencias diplomáticas en materia comunitaria. El objetivo del presidente es que la legislatura dure cuatro años.

Y que el final del mandato este marcado por este hito que garantiza una fuerte presencia en España de mandatarios europeos y un mayor protagonismo de Sánchez en los debates. Con el movimiento del mes de noviembre parecía consolidarse la idea de que La Moncloa iba a pilotar directamente la preparación de la presidencia española, que en el semestre actual corresponde a Francia.

Mejía dará «asistencia»

Pero la decisión molestó y fue vista como un error en Exteriores, que siempre ha pilotado la preparación de las presidencias españolas de la UE. Fuentes diplomáticas han reconocido a ABC que en aquel momento la decisión generó sorpresa en Exteriores.

El Real Decreto publicado ayer enmienda ahora esa estrategia y da la razón a Albares. El Gobierno constituye, dos meses después, un Comité Organizador de la Presidencia Española que estará dirigido por el ministro de Exteriores y bajo cuya tutela operará la oficina de Mejía. Este nuevo órgano pilotará todos los aspectos: desde la programación del semestre hasta su planificación pasando por la coordinación y la ejecución de las actividades que lleven a cabo todas las administraciones públicas, instituciones y organismos, durante la Presidencia española. La labor de la oficina de Mejía se reduce a darle asistencia.

«El caos sigue en este Gobierno que duplica sin rumbo ni criterio… ¿quién es el verdadero responsable de la organización de la Presidencia española? ¿Quién tomará las decisiones? ¿Albares o Moncloa?»

La presencia de Moncloa, no obstante, no desaparece. En el Pleno del comité se sentarán esta diplomática, el director de Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Óscar López, el secretario general de Presidencia, Francisco Martín, y el máximo responsable de Comunicación, Francesc Vallès. También formarán parte de este órgano los secretarios de Estado para la Unión Europea, Pascual Navarro; Presupuestos, María José Gualda; y Seguridad, Rafael Pérez, así como los responsables de la Representación Permanente de España en la UE y todos los subsecretarios.

Este cambio de estrategia organizativa dos meses después del inicio de los trabajos fue muy criticado ayer por el Partido Popular. Su portavoz de Exteriores en el Congreso, Valentina Martínez. «El caos sigue en este Gobierno que duplica sin rumbo ni criterio… ¿quién es el verdadero responsable de la organización de la Presidencia española? ¿Quién tomará las decisiones? ¿Albares o Moncloa?», cargó a través de Twitter, recordando que «¡hace 2 meses creaban una oficina de coordinación y hoy un Comité Organizador!».

Desde Exteriores descartan pugna o duplicidad de tareas entre los dos nuevos órganos. «Son temas diferentes», señalan. «La Oficina de Coordinación se encarga especialmente de los eventos que afecten al Presidente del Gobierno», subrayan.

«Por otra parte, el Comité Organizador es el principal órgano para coordinar el contenido y prioridades políticas de la Presidencia española del Consejo. Es el mismo modelo de otras Presidencias», sostienen, aunque en otros semestres no se crearon dos estructuras paralelas.

Más peso político

Lo cierto es que cuando Albares llegó al ministerio recuperó la secretaría general para la UE, que había existido precisamente hasta la presidencia de turno del Consejo de la UE que España ocupó en 2010 por última vez. La función era encargarse de preparar ese semestre europeo. Por eso el movimiento de noviembre no se entendió.

Fuentes gubernamentales rechazan que existiese un choque y destacan la «normalidad» de que Albares y su departamento preparen ese semestre europeo. Pero siempre destacando que es un proyecto que compete a «todo el Gobierno». Se destaca incluso por otras fuentes que el traspaso del control al ministro de Exteriores responde a la necesidad de dar más peso político a la preparación de un periodo crucial para Sánchez en el final del mandato, a imagen y semejanza de la estrategia que está siguiendo el líder francés Emmanuel Macron.