Casado hace un balance «nefasto» del Gobierno por su «arrogancia, incompetencia y mentiras»

La sexta ola del Covid ha llevado a la dirección nacional del PP a cerrar la puerta de Génova a los medios de comunicación, como al inicio de la pandemia, y hacer el balance del año de forma telemática. Después del Comité Ejecutivo Nacional, también por videoconferencia, Pablo Casado ha comparecido a distancia ante la prensa para hacer un balance del Gobierno de Sánchez que ha tachado de «nefasto», por su «arrogancia, incompetencia y mentiras». Casado ha evitado hablar de la crisis del PP de Madrid, algo que ha marcado la vida ineque ha relegado a «cuestión orgánica», y ha querido poner el foco en Alfonso Fernández Mañueco, ante las elecciones autonómicas de Castilla y León del próximo 13 de febrero.

El PP se ha conjurado para que Mañueco sea el barón protagonista en los próximos meses, con las elecciones regionales como rampa de lanzamiento. Es la mejor manera de desviar el foco de atención de Ayuso y la Comunidad de Madrid, que se han llevado ‘demasiados’ titulares en los últimos meses, según lo ven en Génova. De hecho, el presidente de Castilla y León ha sido el único de los barones que ha acudido de forma presencial al Comité Ejecutivo Nacional.

En su balance del año, ya antes los medios de comunicación, Casado ha elogiado la labor de Mañueco y ha subrayado que su decisión de adelantar las elecciones ha sido personal, sin ninguna directriz de Génova. El líder del PP ha elogiado la «magnífica» labor de todos los presidentes autonómicos, pero ha evitado en todo momento singularizar en Isabel Díaz Ayuso y ha esquivado todas las cuestiones sobre la crisis de Madrid. Se trata de una cuestión, a su juicio, que no interesa a nadie. Eso sí, ha señalado que hay un calendario que hasta ahora se ha cumplido en tiempo y forma, pero no ha querido poner fecha al regional de Madrid, aún sin convocar.

«La situación de España es muy mala», ha subrayado Casado, justo después del balance triunfalista que había realizado Pedro Sánchez desde La Moncloa. Según el líder del PP, no hay ningún motivo para ese triunfalismo, ya que la labor del Gobierno ha sido «nefasta», por su «arrogancia, incompetencia y mentiras».

Frente a ese mensaje en negro, Casado ha querido subrayar que hay esperanza, porque «el cambio es imparable». Ha recordado que el PP está primero en las encuestas, que los españoles conocen su alternativa y que su objetivo es ampliar la diferencia que tiene ahora mismo respecto al PSOE.

Uno de los puntos culminantes del año que acaba, según Casado, fue la convención nacional de Valencia, en la que expuso los tres ejes de reformas que quiere ofrecer a los españoles: reforzamiento institucional, crecimiento económico y bienestar social.

Casado se ha referido a la reforma laboral recién aprobada por el Consejo de Ministros. Ha advertido de que el decreto-ley debe tramitarse como proyecto de ley, para que los grupos parlamentarios puedan intervenir e introducir enmiendas. Y si el Gobierno no lo permite, ha asegurado que lo enviará al Tribunal Constitucional.

El presidente del PP ha defendido con ahínco el rechazo a esa reforma aprobada por el Gobierno, sobre el texto que aprobaron los populares en 2012, con el apoyo de CiU en el Congreso. A su juicio, no mejora la situación laboral en España, que necesita más flexibilidad. Y el PSOE lo que persigue es cumplir su pacto con Podemos. «¿Y ahí qué pinta el PP?», se ha preguntado, ante las críticas que ha recibido por rechazar la modificación del Gobierno.

Frente a las discrepancias del PP con la patronal, ha defendido que su partido actúa de forma totalmente independiente y respeta lo que hagan las organizaciones empresariales, a las que nunca, ha dicho, ha dado ninguna indicación.