¿Por qué es necesario que los niños de 5 a 11 años se vacunen del Covid-19?

Este miércoles 15 de diciembre comienza en España la vacunación frente al Covid-19 en un rango de edad, el de 5-11 años, donde la enfermedad en general es leve cuando no asintómatica. Por eso, los padres se preguntan si realmente es necesario vacunar a los pequeños y si el beneficio de inmunizarles supera al riesgo, como pasa con los mayores.

«Es igual de necesario que en los adultos», afirma con rotundidad la doctora María José Cilleruelo Ortega, secretaria del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (Aep). En palabras de esta experta, aunque la infección en los pequeños «es generalmente más leve, se han dado casos de niños ingresados en UCI y hemos tenido fallecimientos».

«La enfermedad existe y pueden ponerse malos. Tienen el mismo derecho que los adultos a protegerse», afirma la doctora Cilleruelo.

A los padres que tienen dudas sobre si vacunar o no a sus hijos, la secretaria del Comité Asesor de Vacunas de la Aep les recomienda que consulten con su pediatra de cabecera para tomar una decisión informada. «Hay que acudir a fuentes fiables y no dejarse llevar por informaciones erráticas. Con millones de dosis administradas en el mundo, es evidente que las vacunas nos van a permitir salir de esta pesadilla y que son seguras. ¿Por qué tenemos que impedir la vacunación en los niños?», se pregunta la experta, quien advierte de que, como pediatras, están viendo problemas psicológicos graves en niños porque llevan dos años con encierros, mascarillas, cuarentenas, restricciones, etc.

La vacunación no es obligatoria, por lo que cada padre y madre tomará la decisión que le parezca más apropiada, pero desde el Comité Asesor de Vacunas la recomendación es la vacunación de los niños para «protegerlos». «Es verdad que es más leve y la mayor parte son asintomáticos, pero estamos viendo todos los días pacientes adultos ingresados que no se han querido vacunar y se arrepienten. Que no le pase eso a nadie con su hijo teniendo disponible una vacuna», señala la doctora Cilleruelo.

Sobre la seguridad de la vacuna de Pfizer, no duda: «Llevamos vacunando más de un año a millones de personas y se han evitado miles de fallecimientos por Covid-19. Se han registrado efectos secundarios, pero graves muy pocos». Con respecto al preparado infantil, se muestra igual de convencida: «En el ensayo clínico en niños no hay efectos secundarios graves o importantes. Y también lo estamos viendo en la vacunación del tramo de 12-16 años. Es una vacuna extremadamente segura». En los resultados del ensayo publicados en « The New England Journal of Medicine», los efectos indeseados más descritos son fiebre de bajo grado, dolor e inflamación en el lugar de la inyección y sensación de malestar en las 24-48 horas posteriores al pinchazo.

Respecto a si el objetivo de vacunar a los niños menores de 12 años tiene más que ver con alcanzar la inmunidad global de rebaño que evitarles una enfermedad que en la mayoría de los casos es leve, la doctora Cilleruelo afirma que desde la Asociación Española de Pediatría se recomienda la vacuna para la «protección individual del niño». «Podemos tener el efecto añadido de aumentar la protección de grupo, pero lo que se busca es la protección individual del niño», asegura.

Aunque es una enfermedad habitualmente benigna, «hay niños en intensivos y no siempre tienen patologías previas o factores de riesgo», advierte la experta, que apunta a los casos de síndrome inflamatorio sistémico que se han dado en algunos menores como consecuencia de la infección por Covid. «Se trata de un síndrome imprevisible. Recientemente, hemos tenido un paciente con seis meses con este cuadro. Necesitan un tratamiento agresivo y vigilancia en cuidados intensivos. La evolución es buena, pero ¿tenemos que aceptar ese riesgo teniendo vacunas?», se pregunta la doctora.

Así es la vacuna infantil

La dosis infantil de la vacuna es una tercera parte de la dosis para adultos porque «se consigue una eficacia similar y disminuyen los efectos secundarios», aclara la secretaria del Comité Asesor de Vacunas. Para evitar confusiones, se envasa en viales con la tapa naranja en lugar de la morada de la versión para adultos.

Los pequeños recibirán dos dosis con una diferencia de ocho semanas, en lugar de los 21 días de los adultos. La razón es que la eficacia es mayor si las dosis se espacian. «Con 21 días es suficiente para surtir efecto y hace meses teníamos niveles altísimos de infección y se quería proteger rápido. Ahora no estamos en esa situación», aclara.

¿Y si mi hijo tiene 11 años, pero le toca la segunda dosis con 12? La doctora explica que la primera inoculación será con la vacuna pediátrica y la segunda dosis con la de adulto.

Además, si por la circunstancia que sea, en cualquier niño, la segunda dosis se tiene que adelantar o retrasar más allá de las ocho semanas seguiría siendo efectiva. El mínimo de intervalo son 21 días, explica la experta.