La defensa blanca impulsa a Ancelotti

Los laterales son los futbolistas que más sufren en un sistema de Ancelotti. Les exige atacar muy bien y defender mejor, dos cosas intrínsecamente imposibles cuando se pierde el balón y el rival comienza un contragolpe instantáneo, porque sencillamente no pueden estar arriba y abajo en tres segundos.

Los jugadores del italiano transforman el imposible en éxito. Realizan el más difícil todavía. Dos defensas del Real Madrid, un lateral y un central, decidieron con sus goles un partido tan complicado como el clásico en el Camp Nou.

Alaba y Lucas Vázquez firmaron el triunfo en cancha azulgrana, en una demostración de ambivalencia extraña, pues el «allenatore» tiene como premisa del esquema la solidez defensiva.

Con este santo y seña, se antoja extraordinario que Alaba se atreviera a subir hasta el final y marcar un golazo en una jugada que él mismo comenzó con un robo en el medio campo madridista y que finalizó con un trallazo con la zurda desde el borde del área barcelonista que Ter Stegen no pudo ni rozar. Es la primera diana del austríaco como madridista, en el partido más importante.

En la misma dirección, es un hecho único que, con la ventaja de 0-1 en el marcador y en los estertores del encuentro, fuera Lucas Vázquez, el lateral derecho, quien acudiera a rematar el segundo tanto visitante, tras un disparo de Asensio , que había sustituido a Vinicius, que Ter Stergen despejó y que el gallego remató. Es su primer tanto de la temporada.

«Los goles los han marcado dos defensas, esto significa que teníamos ganas de atacar, lo hemos hecho muy bien», destacaba el técnico madridista. El italiano apostó otra vez por Lucas Vázquez, un extremo reconvertido a defensa, porque buscaba la tendencia atacante por las bandas. No planteó en el Camp Nou un partido cobarde, al contrario, quiso un duelo en busca de los goles y lo consiguió. Era su primera victoria como «allenatore» en la cancha barcelonista.

Las subidas de Alaba, bien elegidas, las cubría Casemiro en retaguardia. Militao tapaba las acciones ofensivas de Lucas Vázquez, que eran más arriesgadas por su repetición. Lo fácil habría sido alinear a Nacho, un seguro de vida como defensor, pero optó por colocar un extremo y le salió muy bien.