Sánchez redobla su ofensiva para Cataluña: «No hay nadie enfrente»

GRAF2099. MADRID, 17/06/2021.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sale a recibir al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, antes de su primer encuentro oficial desde que ambos ostentan los cargos actuales celebrado este jueves en el Palacio de la Moncloa. EFE/ J.j. Guillén

La Moncloa asiste con satisfacción a los últimos acontecimientos en torno a su plan para Cataluña. Y acelera el paso. Tras la zozobra de los primeros compases, una vez Pedro Sánchez, reconoció que apostaba firmemente por los indultos, los socialistas sienten que todo empieza a girar a su favor. Para el Gobierno fue fundamental la carta de Oriol Junqueras. Además, Susana Díaz ha sido derrocada definitivamente. La combinación de ambos elementos ha desarticulado cualquier tipo de oposición interna. La Moncloa, además, diagnostica que la foto de Colón ha servido, más que para caldear la oposición al Gobierno, para que el PP haya pasado días ocupado y despistado en cuitas internas.

El denominado «reencuentro» que Sánchez pregona como hoja

de ruta de su proyecto político tiene en los indultos la piedra de toque fundamental. No se niegan los costes, pero también se interpreta que hay margen para revertir el inicial rechazo por parte de la sociedad: «Ya está sucediendo», apunta un alto cargo del Ejecutivo.

En el Ejecutivo ha cambiado el estado de ánimo. Las palabras ayer del líder de la CEOE y de la iglesia catalana, unidas a las más esperadas de los sindicatos de la pasada semana, completan para el Gobierno el mapa de acción. Su obsesión es presentar su vía como la única posible: «No hay nadie enfrente explicando un proyecto alternativo para Cataluña».

Siendo claros, no hay nadie en el Gobierno que pueda asegurar que esta estrategia va a resultar bien o va a lograr cristalizar una salida. «La solución es ya alejar cualquier atisbo de ruptura unilateral», dice un miembro del Ejecutivo. Lo que en fútbol se denomina dormir el partido.

Lejos de llevar los indultos a un anodino Consejo de Ministros de agosto, Sánchez acometerá esta decisión probablemente este próximo martes. Aunque hay margen para que se retrase una semana más. El presidente y su equipo llevan semanas desplegando su argumentación, que ellos llaman pedagogía, para que cale gota a gota. Hasta el punto de que la decisión quede amortizada. Y que haya espacio para presentarla como una medida fruto de la magnanimidad. Los preparativos pasan también por erosionar al PP, situando al anterior Gobierno como responsable de la ruptura que tuvo su punto álgido en 2017.

Todos los focos: el lunes y el martes

Es el mensaje que quiere vender Sánchez: recomponer lo que encontró roto. Su estrategia es esa y no hay otra. El presidente del Gobierno multiplica su presencia en Barcelona estos días. La Moncloa anunció ayer que el próximo lunes el presidente del Gobierno celebrará una conferencia en el Liceu bajo el título «Reencuentro: un proyecto de futuro para toda España». Se espera «una amplia representación de la sociedad civil». Desde el Gobierno se aspira a que haya representación de figuras de muy alto nivel ligadas al mundo convergente. Se esperan reunir a más de 300 personas.

Hoy mismo clausura las jornadas del Cercle d’Economía. Después celebra un encuentro bilateral con el primer ministro italiano, Mario Draghi. Almorzarán juntos y después ambos acudirán al foro de diálogo España-Italia que vuelve a celebrarse en Barcelona.

Pero todos los focos quedan ya reservados para el lunes y el martes. La Moncloa alimenta la idea de que el mensaje del lunes será muy importante. La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, insistió en que van a persistir en su «voluntad inequívoca de dar gestos, de avanzar pasos que permitan la convivencia, la concordia y el diálogo con Cataluña». Y se aprovechó de las palabras iniciales de Antonio Garamendi para defender que se «necesita normalidad, tranquilidad, alejarse de la crispación política para generar confianza en los inversores».