Los líderes de la Unión Europea que se reúnen esta tarde en Bruselas planean una respuesta rotunda contra el régimen bielorruso por el desvío forzado de un avión de pasajeros, incluyendo el aislamiento total del país por vía aérea y ferroviaria. La reunión extraordinaria estaba ya prevista de antemano y en ella los jefes de Estado o de Gobierno pensaban hablar de las relaciones con Rusia, también plagadas de tensiones.
En el caso de Bielorrusia, fuentes diplomáticas hablan de «un paquete de medidas, más allá de simples sanciones individuales» que ya están en vigor contra ciertos dirigentes del régimen bielorruso, incluyendo al dictador Alexander Lukashenko. Para empezar, varios países ya han enviado una solicitud a la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI) para que abra una investigación sobre lo sucedido. Los dirigentes comunitarios por su parte trabajan en una suspensión de sobrevuelos del territorio de Bielorrusia por parte de las aerolíneas europeas, así como la prohibición de que la compañía nacional bielorrusa, Belavia, aterrice en aeropuertos europeos. Algunos países como Polonia y Lituania han pedido también la prohibición de que los trenes bielorrusos salgan del país hacia Occidente.
Tensión con Putin
La cumbre debía centrarse en una visión de las relaciones con Rusia, muy tensas debido a la represión política por parte de Vladímir Putin y el arresto del disidente Alexéi Navalny.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se declaró «muy preocupado» por el suceso que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, definió como «un comportamiento escandaloso e ilegal» que tendrá «consecuencias».
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que también está siguiendo de cerca: «Este es un incidente grave y peligroso que requiere una investigación internacional. Bielorrusia debe garantizar el regreso seguro de la tripulación y todos los pasajeros».