Ayuso arrasa a Sánchez: se coloca a 27 escaños del PSOE

La carrera por la Comunidad de Madrid entra en su recta final. Esos últimos metros que suponen las semanas oficiales de campaña, porque el pistoletazo de salida se dio mucho antes, cuando se anunció la convocatoria anticipada de comicios. Tras los golpes de efecto iniciales, con la irrupción de nuevos candidatos y el protagonismo de los líderes nacionales, existen tendencias que se van consolidando y que se han materializado en los últimos días.

  • Editoriales.El tirón de Ayuso marca la diferencia

El avance sostenido o el desgaste de algunas formaciones quedan de manifiesto en la última encuesta de NC Report para LA RAZÓN, que evalúa semana a semana la evolución de la pugna electoral en la región. Si hoy fuera 4 de mayo, Isabel Díaz Ayuso sería la vencedora sin discusión, con 27 escaños de ventaja sobre su principal competidor, el PSOE.

La presidenta madrileña podría revalidar el Gobierno y superar holgadamente la mayoría absoluta apoyándose en Vox, que toma aire y rentabiliza el «efecto Vallecas» y la irrupción de Abascal en la campaña. Se vería obligada a un cambio de socios, porque –por primera vez en los trackings de este diario– Ciudadanos se quedaría sin representación, al no superar la barrera del 5 por ciento.

Más desigual es la evolución de las fuerzas en el espectro de la izquierda. El empuje del desembarco de Iglesias se diluye y tanto los socialistas como los morados se estancan. Solo Más Madrid consigue aglutinar el voto y crece en los últimos días. Quedan dos semanas para dibujar el escenario político madrileño (y nacional) para los próximos dos años.

Ayuso, 15 escaños más desde que convocó elecciones

Isabel Díaz Ayuso se consolida como la fuerza más votada el próximo 4 de mayo. El PP ganaría los comicios con el 41,9% de los votos y 1.374.239 electores. Doblaría su actual representación en la Asamblea, con hasta 61 escaños, y se quedaría a ocho diputados de alcanzar la mayoría absoluta. La fórmula del éxito de Díaz Ayuso es su capacidad de atraer votantes de una forma transversal.

El PP tiene un efecto aglutinador en el espectro de la derecha: capta el 62,2% de electores de Ciudadanos y el 31,6% de Vox, pero también se convierte en la principal fuga del PSOE (10 por ciento) después de la abstención.

La hegemonía generacional de los populares también se aprecia en que es el partido de referencia para todos los votantes de más de 30 años. Solo el segmento más joven, de 18 a 29, se le resiste.

El PP es la formación con mayor fidelidad de voto, el 92,9% de los que apoyaron a una desconocida Ayuso en 2019 repetiría ahora, y solo Vox supone una mínima amenaza, que le roba el 4,2% de los votantes de hace dos años. La decisión de convocar elecciones ha tenido un efecto rebote en las expectativas electorales de la líder madrileña. Desde el pasado 14 marzo, Ayuso ha subido 8,7 puntos y 15 escaños, tres de ellos en la última semana.

Sánchez no suma votos

En este contexto, el PSOE –que fue la fuerza más votada en 2019– quedaría relegado a la segunda posición y solo aspira a conseguir movilizar lo suficiente a su electorado como para llegar a gobernar, aunque no gane en las urnas. Este escenario se antoja complicado, porque los socialistas, lejos de despegar, se van desinflando a medida que pasan las semanas. Han perdido cuatro escaños en el último mes y dos puntos en la última semana. La irrupción en campaña de Pedro Sánchez no parece conseguir el efecto buscado y su confrontación directa con Díaz Ayuso está apuntalando la estrategia del PP, en lugar de la de los socialistas. Ángel Gabilondo conseguiría 34 diputados –tres menos que en 2019– y el 23,6% de los votos, si hoy hubiera elecciones.

Los socialistas no son la primera opción para ningún rango de edad. Consiguen fidelizar al 70,7% de quienes les apoyaron hace dos años, pero su escasa visibilidad como principal partido de la oposición ha hecho que sus fugas de voto a otros partidos se centren en el PP (10%) y Más Madrid (4,4%) por delante de Podemos (2,7%).

El puntal de la estrategia de Gabilondo durante esta campaña consiste en tratar de ensanchar su base electoral por el centro. Intenta atraer voto de Ciudadanos renegando de las subidas de impuestos, apostando por no cerrar la hostelería –como señaló en una entrevista en este diario– o descartando pactar con Iglesias. Sin embargo, sus planes no acaban de fraguar y apenas capta el 4,8 por ciento de ex votantes naranjas.

Más Madrid se convierte en la opción refugio de la izquierda. Mónica García rentabiliza su labor de oposición a Ayuso durante la campaña y asciende a tercera fuerza, con menos representación que en 2019 por la desaparición de Ciudadanos. La formación no solo aguanta el tipo, obtendría el 12,7% de los votos y 18 escaños, sino que es la única fuerza de izquierdas que sube en estas semanas: 3,2 puntos en los últimos 14 días. Más Madrid fue el partido que más sufrió la irrupción de Pablo Iglesias como candidato en los comicios madrileños, pero ha conseguido sobreponerse al impacto inicial y ya se encuentra en la situación electoral anterior a que se anunciara su salto a Madrid. Sin embargo, Podemos sigue siendo la principal fuga de votos de la formación de García (15,3%), seguidos de la abstención (11,6%) y los socialistas (5,7%).

El “efecto Iglesias” se diluye

La irrupción de Pablo Iglesias en la candidatura de Podemos a las elecciones del 4-M fue un salvavidas para la formación, que se enfrentaba al riesgo cierto de quedarse sin representación, al no superar el 5% de los votos. Sin embargo, el revulsivo que supuso se va apagando día a día y al inicio de la campaña electoral oficial ya acusa el desgaste. Si bien los morados mejorarían cuatro escaños su resultado de hace dos años, con 11 actas y el 8,2% de los votos, se dejan un punto en dos semanas y un escaño estos últimos siete días. El principal nicho de votantes morados se encuentra entre los menores de 29 años, rango en el que son la opción preferente.

Configurado el espectro de la izquierda, que se queda en el 44,5% del voto y en los 63 escaños, queda por armar el de la derecha, que queda reducido a dos partidos. PP y Vox suman 73 diputados –rebasando la mayoría absoluta de 69– y el 54,8 por ciento. De la ecuación queda excluido Ciudadanos, al no lograr –por primera vez en los trackings de este diario– representación en la Asamblea. La candidatura de Edmundo Bal se queda en el 4,8% y pasaría de los 26 escaños de 2019 a ser extraparlamentario. Los votantes perciben que apostar por Ciudadanos no es útil (su principal valor en anteriores elecciones) y esto hace que su deriva de las últimas semanas se torne en tragedia.

El “efecto Vallecas” de Abascal

Por su parte, Vox consigue reponerse en los últimos días. La formación de Santiago Abascal intenta estirar el «efecto Vallecas», tras su enfrentamiento con violentos en un mitin en este barrio. Rocío Monasterio, que había quedado opacada por Díaz Ayuso –su principal fuga de votantes es el PP: 31,6%–, coge aire y sube dos escaños en la última semana que le permiten igualar el resultado que obtuvo en 2019.

Lograría 12 diputados y un 8,1% de los votos. En cuanto a la participación, ahora se ubicaría en el 64,4%, lejos todavía, del 68,08% que se dio en 2019.