Calviño aprueba la fusión de Caixabank y Bankia y entierra el sueño de una banca pública de Podemos

Era lo último que faltaba y por fin ha llegado. El Ministerio de Asuntos Económicos de Nadia Calviño ha autorizado la fusión de Caixabank y Bankia para crear el primer banco en España por volumen de activos (alrededor de 630.000 millones). Una operación que se ejecutará, en términos legales, este viernes 26 de marzo.

« La solicitud de la operación de fusión fue presentada el pasado 14 de octubre por parte de las entidades participantes, fecha en la que se acordó solicitar los informes preceptivos a los organismos correspondientes. La aprobación de la operación se produce recibidos dichos informes sin objeciones del Banco de España, del Servicio Ejecutivo de la Prevención de Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias (Sepblac), de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), y de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones», señala Economía en un comunicado, un día después de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) también diera su ‘OK’ a la unión, aunque con condiciones para Caixabank en 86 localizaciones por el riesgo de monopolio y exclusión financiera.

Lo cierto es que fue la propia Calviño la que capitaneó buena parte de la fusión dado que el Estado, a través del FROB, controla el 61,8% de Bankia. Isidro Fainé, presidente de CriteriaCaixa, primer accionista de Caixabank, se acercó a la vicepresidenta para proponerle la operación y todo terminó por ir rodado. El anuncio de las conversaciones entre entidades (entre sus principales accionistas, más bien) llegó a principios de septiembre.

Pronto aparecieron los reproches desde el ala morada del Gobierno. Unidas Podemos, a través de Nacho Álvarez y Alberto Garzón, mostró su rotundo rechazo a la operación. Se la llegó a calificar de «preocupante para la economía española», por un presunto riesgo de oligopolio en el sector que la CNMC ha despejado casi en su totalidad. Y todo ello entra en relación con las viejas aspiraciones de la formación de instaurar Bankia como banca pública permanente.

Con la aprobación de la fusión, que deja la participación estatal en el 16,1% del nuevo Caixabank, Calviño entierra la posibilidad de perpetuar Bankia como entidad estatal. En el propio banco, y en Bruselas también, rechazaban esta posibilidad, pero las injerencias gubernamentales siempre amenazaban con materializarse. Finalmente Economía ha terminado por autorizar la unión que la propia vicepresidenta había tejido, dando portazo al sueño de Podemos.

La única ‘ventaja’ que saca el Gobierno de la operación, más allá de que se vende como la única opción de maximizar la recuperación del rescate (más de 24.000 millones de euros se inyectaron en total), está en que ahora tendrá voz y voto en el consejo de administración de un banco, a través del FROB. Teresa Santero, quien fuera secretaria general de Industria con José Luis Rodríguez Zapatero, representará al Estado en el órgano de máximo dirección de la entidad de origen catalán, aunque el holding de Fainé seguirá siendo el principal accionista con un 30% del capital social.