Diálogos sobre la Fe: Caminar para ir creciendo

Nos preció que para iniciar esta sección de diálogos sobre la Fe una manera podría ser la de hacernos unas preguntas. ¿Yo creo que tengo Fe?…… ¿no tengo Fe?… ¿no sé, si tengo o no tengo Fe?… Salvo que decidamos no hacernos estas preguntas, pienso que de alguna manera, nos podemos encuadrar en alguna de las respuestas posibles. En todo caso, es una manera de comenzar a pensar sobre el tema y, desde la reflexión, poder entablar un diálogo sobre ello.

Si tengo Fe, ¿en qué creo?, o mejor, ¿a Quién creo? Si es a Jesús de Nazaret entonces soy cristiano, seguidor de Cristo. Puesto que si le creo, lo hago también en el Dios que Jesús me propone. Pero hay diversas maneras de creer en Jesús: la católica, la protestante –con sus diferentes credos-, la ortodoxa…, incluso puedo creer en Jesús, pero a mi manera, sin enmarcarme en ningún credo concreto… ¿No te parece?, que en el fondo, -todos- incluso los que nos encuadramos dentro de una religión concreta, creemos “¿a nuestra manera?”.

Si no creo en Jesús y creo que tengo Fe puede ser que crea en Mahoma o Buda. Hay múltiples creencias que nos relacionan con Dios a todos los creyentes y al menos parece conveniente conocer lo mejor posible “nuestra” religión porque ello redundará en una Fe, no sólo más ilustrada, sino también más coherente. Se cree mejor lo que se conoce bien, y como te he dicho antes, siempre creemos “a nuestra manera”. Por eso, nadie tiene la verdad absoluta y andamos buscando un mejor conocimiento de nuestra Fe para mejorar “la manera personal” con que creemos.

Otra posibilidad es que creamos que no tenemos Fe. Entonces nuestra existencia se fundamenta en la convicción de que Dios no existe y tratamos de vivir de acuerdo con nuestras ideas. También, entonces, tendremos que ahondar en nuestras convicciones e ideas para poder vivir de acuerdo con ellas. ¿No te parece? Porque vivir una vida humana sin pensar no parece muy humano. ¿O sí?

Y por último, se da la posibilidad de que no sepamos si creemos o no. Agnósticos se dice de los que así se proclaman. Y esta tercera posibilidad, sin perjuicio de que existan otras que ahora se me escapan, nos pone ante el dilema de la búsqueda de una de las dos opciones antedichas. Y ello, por lógica consecuencia, de que todos queremos tener conocimiento, queremos saber y asentar, de acuerdo con nuestras ideas y creencias, los proyectos de nuestra vida.

Es cierto que podemos renunciar a buscar la “verdad”, que podemos caminar sin seguir ningún “camino”, y limitarnos a vivir la “vida” resignados a que esta se acabe y así, no complicarnos la misma. Pero entonces esta sección de “Noticias Jóvenes” no tiene sentido por lo menos para ti, amable lector, que has tenido la paciencia de llegar hasta aquí. De todas formas, si te apetece, puedes comunicarnos tus ideas, porque queremos contar con todos y no queremos que nadie se sienta excluido por nuestra inquietud.

Porque como dice la cantante del grupo Chambao, “No merece la pena andar por andar, es mejor caminar para ir creciendo”.