Los héroes del 4×4 que llegan donde no llegan las ambulancias: “He dormido una hora”

Jacobo Ruiz atiende al teléfono a El Confidencial mientras atraviesa Bravo Murillo. “Aquí solo hay nieve, no se ve el pavimento. La gente que me vea en este coche no sé qué se debe pensar, que soy el tonto que se va de cañas”. Nada más lejano de la realidad. Jacobo es uno de las decenas de conductores voluntarios que se han ofrecido a echar una mano en plena congestión de la capital, trasladando a sanitarios a los hospitales que han quedado aislados por la nieve o ayudando a ONG a transportar provisiones a las zonas más desfavorecidas.

“Ayer recibí el mensaje de que se necesitaba ayuda, y yo tengo una berlina con neumáticos de invierno, así que me ofrecí voluntario”, explica en mitad de una jornada que iba a abarcar solo por la mañana pero que pinta que va a ser larga. Por lo menos, hasta las 22:30 de la noche, cuando ha quedado con una enfermera que trabaja en La Paz para llevarla a su casa, la misma que ha dejado esta mañana. “ Tres Cantos, Colmenar, y por la noche otra vez, La Paz”, enumera. La siguiente parada para Jacobo es, no obstante, la Cañada Real vía Fundación Madrina, para intentar llevar alimentos y mantas a los niños. “A ver si puedo llegar. La gente necesita mucha ayuda”.

«He quitado la nieve con la bandeja del horno y he ido a llevar enfermeras a La Paz»

Jacobo se ha sumado a la llamada canalizada a través de SOS 4×4, una organización de rescate ‘off the road’ que lanzó ayer una llamada de auxilio a todos los conductores con vehículos capaces de desplazarse en condiciones adversas para realizar traslados de extrema necesidad. Una convocatoria que les ha desbordado y que ha provocado que abran un grupo de Telegram para cada hospital madrileño. Jacobo no conocía la organización de antemano: “Mi mujer y yo tenemos un bebé de 9 meses que nació en plena pandemia y que he tenido que llevar esta semana a urgencias y sé que si no hay enfermeras y médicos no hay nada que hacer”. Así que se ha lanzado a la carretera.

Por eso se sentía tan frustrado esta mañana cuando, al levantarse, ha visto que no podía sacar el coche de su garaje en Montecarmelo. “Me he dado la vuelta y mi mujer me ha dicho que lo intentase”, recuerda. “He quitado la nieve que he podido con la bandeja del horno, y gracias a que dos y tres personas me han ayudado, he podido salir una hora después”. Qué menos para corresponder la predisposición de las enfermeras de La Paz a ayudar a sus compañeras. “Me metí en el grupo de La Paz y vi que había muchas enfermeras que no podían salir y otras que no podían llegar y querían darle el relevo a sus compañeras para que descansasen”.

Jaime Guinea, de Arganda del Rey, es otro de los conductores que responden desde la carretera. “Ayer fue una locura”, explica. “Todo empezó porque antes de ayer fui a echar una mano a mi hermana y la nevada ya era monumental. La M30 colapsada, la A3 igual, no había forma de moverse. Aprovechando que tengo un todoterreno alto y con neumáticos de invierno aproveché, y cuando volví a las 3 de la mañana escuché en la radio la existencia de SOS 4×4 rescate. Me fui a la cama dándole vueltas y el sábado al levantarme pensé que en lugar de estar sentado en actitud un poco egoísta, me puse en contacto con ellos y me dijeron que lo más fácil era que me acercase al hospital más cercano y preguntase cómo podía ayudar. Fui al hospital de Arganda y ahí me dijeron que su principal problema era que no tenían personal médico y si podíamos echarles una mano. Lo más fácil era que se acercasen al metro hasta Arganda y desde ahí, llevarles”.

Guinea no se ha dedicado tan solo al transporte de sanitarios y pacientes, esencial para evitar que el hospital se saturase. Entre viaje y viaje, su automóvil también ha conocido otros pasajeros, como “una chica que tiene una protectora con más de 50 animales que llevaban más de dos días desatendidos en Fuentidueña o un chico que se había quedado sin manera de llegar al pueblo de su padre, que vive en un pueblo perdido al lado de la A3”.

“Si pudiese ir a Madrid, iba”

Lo más difícil es coordinar tal avalancha de peticiones y mensajes. Jaime Brotons Llorca lo está haciendo desde Benidorm, coordinando a los hospitales y creando lanzaderas para el transporte del personal sanitario. “Se ha hecho algo súper viral, ayer por la tarde en el grupo de SOS 4X4 Madrid, que es el que ramifica todo nos entraron 5.000 personas de golpe”, explica. La saturación ha llegado también a los grupos de los hospitales, donde los mensajes se suceden sin que haya suficientes conductores para hacer frente a tanta demanda.

En unas horas, Jaime consiguió coordinar una lanzadera que une Ifema y el Zendal

Su manera de poner un granito de arena es la gestión. Tanto es así que esta noche apenas ha dormido una hora, confiesa, y planea mantenerse en pie todo lo que pueda. “Yo me iría a Madrid, pero no puedo hacerlo porque tardaría demasiado”, añade. “Pienso aguantar todo lo que sea necesario”. Lleva organizando grupos desde el sábado por la tarde. A las siete y media consiguió coordinar una lanzadera desde el hospital Isabel Zendal, con la ayuda de la UME, que ha abierto un camino entre el metro de Ifema y el hospital de pandemias.

“Es la que mejor está funcionando ahora”, explica algo más de doce horas después de su puesta en marcha. Mientras nos atiende, intenta crear otra línea entre el hospital Puerta de Hierro y Moncloa, gracias a su experiencia como organizador de eventos deportivos. “Esto demuestra que por mucho que se diga, cuando hace falta, los españoles nos unimos”, añade.

Un sentimiento que se hace eco del vivido durante los primeros meses de la pandemia y que comparten los otros conductores. “Es una cuestión de sentirte útil”, coincide Guinea. “Me han ayudado muchas veces y esta era la ocasión perfecta para mí. Tenía tiempo y tenía los medios. Ha sido todo un éxito y lo volvería a hacer”. El mayor miedo no es a los accidentes y la nieve, que salvan con los neumáticos de invierno, sino al coronavirus, como en el caso de Jacobo. “Pero con mascarillas y las ventanas bajadas vamos marchando, lo importante es que la gente vaya llegando”.

Ha escalado rápidamente

SOS 4×4 existe desde hace varios años como grupo de rescate ‘off the road’, pero entre los planes de sus creadores y colaboradores tal vez no se encontraba una campaña tan ambiciosa que ha desbordado cualquier previsión. “Siempre hemos hecho lo de si te quedas colgado con tu 4×4, avisa y te vamos a recoger, pero no un servicio como lo de ayer”, explica Brotons. El nombre de las distintas asociaciones ya había parecido en los medios de comunicación, por ejemplo, por su trabajo con más de 50 vehículos en el Baix Empordà o en la sierra madrileña durante la gran nevada de 2018.

No solo se han disparado las peticiones, también los conductores dispuestos a ayudar

“Tras cinco años en el ejército y por cosas de la vida, y a raíz de mi motivación de no dejar a nadie tirado, hubo un momento en el que disfrutando del 4×4 y sus aventuras se me ocurrió crear un grupo de 20 personas con experiencia en recuperación allá por 2008 para realizar rescates cuando tenemos problemas en la montaña”, explicaba en un antiguo mensaje su fundador, Sergio/Frosty. “A raíz de eso lo fuimos extendiendo tanto en gente como en territorio, empezando por Cataluña que es donde residía. Pasamos de un único grupo de wasap a más de seis grupos únicamente en Cataluña. De ahí se decidió trasladar la plataforma entera a Telegram donde tenemos grupos con 1.500 voluntarios y donde todos tenemos acceso rápido a la info básica para el rescate pudiendo unirse o no y viendo la progresión de dicho rescate por si necesitaban más ayuda”.

Hoy ya hay un canal de Telegram por cada hospital, como puede consultarse en el Mas Que Makers creado a tal efecto, con aluviones de mensajes y recordatorios, como que se trata de un grupo de ayuda gratuita y que todo aquel que pretenda cobrar por el servicio será expulsado. Pero la saturación de mensajes no ha provocado solo que haya más personas necesitadas, sino muchos más conductores dispuestos a ayudar. “Gracias a los medios de comunicación, que han conseguido que hoy haya muchos más locos sobre ruedas que quieran colaborar”, agradece Guinea. O, como concluye Ruiz, “lo malo es que no podamos ser 20.000 más ayudando”.