La crisis toca suelo y la economía aragonesa empieza a levantar el vuelo

La crisis generada por el covid-19 ha tocado suelo y la economía española y aragonesa ya está en modo de recuperación, salvando el bache temporal que ha generado la segunda ola de la enfermedad, según ha constatado este miércoles el director financiero de Ibercaja, Antonio Martínez, en la presentación del número 71 de la revista Economía Aragonesa. Según su informe de previsiones macroeconómicas, Ibercaja estima que ya ha concluido la caída del PIB, que ha sido global en Europa pero con impactos «muy heterogéneos» en los distintos países, dependiendo de su estructura productiva, del éxito de las medidas de control de la pandemia y de la magnitud de las ayudas públicas.

En este contexto, según Martínez, España no sale muy bien parada en la comparación, con una caída del PIB hasta septiembre de este año del 22%, la mayor de la UE, y muy superior a la registrada en la crisis económica de 2009 a 2013, cuando la economía española se contrajo un 9%.

El Producto Interior Bruto (PIB) de Aragón sufrirá los efectos de la pandemia durante los próximos años y no será hasta 2022 cuando recupere los niveles que alcanzó a principios de 2020. Así lo reflejan las perspectivas del último número de la revista Economía Aragonesa de Ibercaja, que calcula una fuerte caída del 10,3% para este 2020, y repuntes del 6,3% en 2021 y del 5,9% para 2022, siendo, en todos los casos, unos datos más optimistas que la previsión para el conjunto nacional.

En cualquier caso, ya se ha alcanzado el suelo de la caída, a pesar de que los rebrotes de la pandemia del verano han rebajado las estimaciones de crecimiento para 2021 que Ibercaja hizo en mayo, aunque también se han incrementado las expectativas para 2022. A finales de ese año se habrán recuperado los niveles de 2019, según Antonio Martínez.

En el informe se asegura que esta crisis no tiene un componente estructural como sí tuvo la «gran recesión» anterior, porque en este caso «no hay ningún exceso previo que purgar» y la economía española en 2020 es «más sana y competitiva» que en 2008.

Se constata esa diferencia en el «muy diferente comportamiento del empleo», ya que mientras entre 2009 y 2013 el paro aumentó un 16 %, en esta ocasión ha crecido un 8,7 % hasta septiembre, considerando incluso los ERTE.

El control de la pandemia, ha agregado Martínez, se ha demostrado como un factor «determinante» y cuando este se produzca, con las vacunas, la recuperación será «rápida».

En el caso de Aragón, dentro de la «debacle» del PIB español, el comportamiento de la comunidad ha sido mejor por dos factores: la estructura productiva con un mayor peso de la industria que los servicios (el sector que más ha sufrido con la pandemia), y que es una economía «más abierta y competitiva» que la nacional, algo que se demuestra en que ha tenido un mejor comportamiento en casi todos los sectores.

A pesar de todo ello, por culpa de los rebrotes de la covid la crisis va a ser más larga, y entretanto el papel de los bancos centrales y de los gobiernos va a ser «absolutamente clave» para minimizar los daños.

La revista incluye un estudio sobre la evaluación del impacto de la crisis sanitaria en la economía de Aragón y el análisis de cómo está afectando el virus a sus principales sectores productivos, desde su propia experiencia.

Los cuestionarios planteados a los empresarios, ha dicho Martínez, «rezuman optimismo», desde el realismo, y solo piden «un marco amigable y favorable para la inversión.

La crisis, además, ha dejado algunos cambios que van a perdurar, como el impulso a la digitalización de las empresas, el empuje a la innovación, que «no es un lujo, sino una necesidad», y la revisión exhaustiva de procesos para ser más eficientes.