Nadal doblega la fe de Carreño y alcanza las semifinales

Rafael Nadal ya está en semifinales de París tras ganar a Pablo Carreño en dos horas y cuarto de partido con un partido en el que fue de menos a más y en el que aguantó el chaparrón al que le sometió el asturiano en el primer set para aprovechar después las pocas oportunidades que se fue trabajando conforme Carreño bajaba la intensidad.

En ocasiones, Nadal gana porque siempre está ahí. Siempre. Por mucho que el marcador vaya en ontra, por mucho que el rival esté jugando de diez, él sigue ahí. Y esa persistencia, muchas veces es lo que acaba por desequilibrar al rival. Este partido de cuartos del Masters 1.000 de París-Bercy es un ejemplo perfecto. Porque Pablo Carreño jugó un partidazo, un primer set superior, impecable, ayudado también con ciertos errores de Nadal, es verdad, pero nada que quitarle de mérito al asturiano. Y aún así, Carreño acabó hincando la rodilla, desbaratada su estrategia, su juego y su moral. De ahí a ese 6-1 del tercer set cuando estuvo tan cerca de hacer de este París de nuevo aciago para el balear.

Jugó rapidísimo, impoluto, con golpes ganadores tras cuatro o cinco intercambios. No más. Es lo que se necesita para doblegar, si se puede, a Nadal, que ya había subido el nivel contra Thompson y se le ve fresco y con ganas de morder por fin este París inédito. Fue una lección de tenis del asturiano: derechas diabólicas que dejaron clavado al rival, saques potentísimos, ideas acertadas, piernas dispuestas. Todo para ganar. Salvo una cosa: seguir ahí.

Y Carreño no siguió ahí en la segunda parte del segundo set. Ya había desaprovechado un 0-40 en el primer juego y contra Nadal estas cosas se acaban pagando muy caras. Es verdad que el nivel que expuso en el primer parcial era complicado mantenerlo. Y las dudas fueron haciéndose más grandes en la cabeza del asturiano. Igual que hacía el balear, colándose en esas grietas, en esas pequeñas dudas, sobre todo al resto, que fueron minando la fortaleza del 15 del mundo.

Si en el primer set era Carreño quien apenas sufría con sus servicios, en el segundo las tornas cambiaron y comenzó a sentir el aliento, cada vez más peligroso de un Nadal que, a pesar de los errores, fue adentrándose en la pista hasta adueñarse de ella.

Un error, en el duodécimo juego, fue suficiente para que el balear sentenciara. Un error de Carreño a la hora de decidir subir o no a la red, que Nadal solventó con un passing precioso, perfeco y que valió el segundo set a su favor. Y a partir de ahí, Carreño desapareció. Nadal ya era enorme y la desesperación por haberlo hecho casi todo tan bien y sin que tuviera premio pesó demasiado.

Nadal juega el sábado las semifinales del Másters 1.000 de París-Bercy con tres grandes partidos a cuestas: sabe sufrir, sabe entoncarse cuando debe, la derecha ya funcionó de maravilla contra Thompson y el revés cortado ya es letal.