El PP se acerca a pactos con el Gobierno tras el choque con Vox en la moción de censura

Los temblores tectónicos que desencadenó en el Congreso de los Diputados el discurso de Pablo Casado en la moción de censura comienzan a producir réplicas en el resto de partidos. La enmienda a la totalidad que le hizo el líder del PP a Santiago Abascal hizo saltar por los aires el relato sobre la derecha que habían construido PSOE, Unidas Podemos y el propio Vox. Y ha colocado a los populares en un camino de no retorno: deben consolidar su distanciamiento para no defraudar.

Si bien Abascal, que se reconoció «perplejo» ante la demoledora crítica de Casado, ha encarecido el apoyo de sus diputados en Andalucía -donde ahora se resisten a negociar los presupuestos de 2021-, en el Gobierno nacional creen que la estrategia de Casado ha acercado las posibilidades de pacto. ¿Le viene bien a Pedro Sánchez el viraje del PP para su labor ejecutiva? «Claro», contestan, categóricas, las fuentes de La Moncloa consultadas por EL MUNDO. «Ganamos todos menos Vox con la ruptura de Casado y Abascal», conceden.

Aunque el discurso de Casado descolocó los planes de La Moncloa y fortaleció al PP como alternativa de gobierno, el equipo de Sánchez ve en el giro de guion una oportunidad de atraer a los populares hacia el «desbloqueo» de algunos de los asuntos más apremiantes para la agenda socialista y morada. Singularmente, la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Y quieren acelerarlo, porque más adelante la presión de Vox será más difícil de soslayar para el PP.

«Primarias en la derecha»

«Empiezan las primarias de la derecha, y ahora es cuando van a competir de verdad», porque Vox se «victimizará» y la batalla en la oposición se antoja cruenta, aseguran en La Moncloa. «Pero estamos muy contentos con el ‘no’ de Casado a Abascal», opinan en el Ejecutivo, donde hacen mucho hincapié en el cordón sanitario del Congreso a Vox: «Ha sido la primera moción de la historia sin abstenciones, y la moción con más respaldo al Gobierno de la historia».

De ahí que en el entorno de Pedro Sánchez zanjen la moción con una victoria doble, salomónica: tanto el presidente del Ejecutivo como el líder de la oposición mejoraron sus posiciones, opinan. «Ganamos todos», insisten. ¿En qué se traducirá este nuevo escenario? El Gobierno cree que los pactos de Estado están más cerca, toda vez que el PP ha dejado de mirar a Vox por el retrovisor, cosa que dan por (casi) definitiva en el PSOE.

Y, según ha podido saber este diario, el PP coincide en la vocación de firmar acuerdos que estén por encima de la refriega política. Y que demuestren a los ciudadanos que, a diferencia de Vox, los populares están por tejer de nuevo «la red de afectos que unen a los españoles». Para la dirección nacional del PP, el «deber» de su partido es «centrarse» en la crisis sanitaria y económica, así como en «despolitizar la justicia».

De esta manera, el PP está dispuesto a llegar a «pactos sensatos» y «con condiciones» en asuntos como el sistema de pensiones, la renovación del CGPJ, la reforma de la legislación sanitaria, la postura de España ante la Unión Europea o la sustitución del Defensor del Pueblo. En Génova reconocen, sin embargo, que la renovación de la cúpula de RTVE ahora no está cerca.

En todo caso, en la dirección del PP recelan del Gobierno y creen que Sánchez va a intentar jalonar las próximas semanas de trampas y «chantajes» al partido, para intentar hacer ver que Casado «sigue» en la derecha berroqueña y que su discurso de la moción ha quedado en meros fuegos de artificio. El primero de esos movimientos se produjo, a juicio de los populares, el viernes, cuando el presidente del Gobierno hizo pública una declaración televisiva sobre la gravedad de la crisis sanitaria, para presionar al PP para que apoye el estado de alarma.

Los dos pactos más importantes para el PP serían el sanitario y el del CGPJ, toda vez que en economía las posiciones están más distantes. Y la filosofía será la misma que en el CGPJ: imponer sus condiciones de partida y desplegar sus tentáculos territoriales, o en Europa. De hecho, el PP ve la marcha atrás de Sánchez al respecto a la Ley del Poder Judicial, tras las críticas de Bruselas, como el paradigma de su estrategia de influencia. «Hemos ganado otra batalla», dijo Casado.

En cuanto al CGPJ, las condiciones del PP son claras: que la reforma no se «congele», sino que se «retire»; que Podemos no decida vocales y que, para las renovaciones futuras, el Gobierno se comprometa a aprobar la ley de despolitización de los órganos judiciales que presentó el Partido Popular la semana pasada.

En materia sanitaria, el equipo de Casado tiene una línea roja: que se apruebe una reforma exprés de la legislación «ordinaria» de sanidad, de manera que las comunidades autónomas puedan confinar o establecer toques de queda sin necesidad de pedir el estado de alarma ni ceder a las presuntas coacciones del Ejecutivo central. En agosto, el PP registró en el Congreso de los Diputados una proposición de ley para reformar la Ley Orgánica 3/1986 de Salud Pública, «de manera que se limiten derechos fundamentales sin necesidad de acudir al estado de alarma».

Lo que quieren los populares es que las autonomías puedan «controlar o limitar las entradas y salidas de la zona afectada o amenazada y controlar o limitar el movimiento dentro de dicha zona, lo cual podrá afectar al derecho a la libre circulación y deambulación por vías públicas, así como al derecho de reunión que podrá estar condicionado en su ejercicio tanto en lugares determinados, como en el número de personas».

De esta manera, se articularía una reforma según indicadores «científicos», y aquellas autonomías que superasen determinados umbrales tendrían potestad legislativa para aplicar restricciones.

A lomos de la euforia que ha desatado en sus filas la moción, los populares van a seguir la senda de las últimas semanas, que ven exitosa. Sobre todo, en la rebelión de los alcaldes ante Hacienda. Ese tipo de acciones territoriales diferencian claramente al PP de Vox: «Gobernamos para todos los vecinos, justo lo que Abascal no sabe hacer ni su partido ha hecho nunca», dijo Casado el jueves desde la tribuna del Congreso.