Ganadora del concurso nacional de oratoria: «No nos pueden representar personas a las que les escriben los discursos»

«Si dices lo que tú piensas, lo dices mucho mejor». Y no lo dice cualquiera. Son palabras de Susana Gacías Aperte, una zaragozana de 16 años que acaba de ganar el concurso nacional de oratoria que organiza la Fundación Activa-T. Es el colofón de un trabajo de meses, que comenzó antes de la pandemia como parte de la asignatura de Lengua que cursa en el colegio Jesuitas.

A partir de una premisa, en este caso ‘No todo lo que se enfrenta puede ser cambiado, pero nada puede ser cambiado hasta que se enfrenta’, Susana y sus contrincantes tuvieron que elaborar un discurso con fuste que, después, había que defender en público de manera convincente. Ojo, porque en no estamos en el terreno del debate, sino del discurso: «El objetivo es persuadir, llegar a la gente, que reflexione».

Así, con este «tema tan amplio», Gacías trabajó primero en el contenido, para que estuviera bien estructurado. Después llega la escenificación, la hora transmitirlo con convicción, una tarea que, debido al confinamiento tuvo alguna dificultad extra. «En febrero, en las semifinales, di el discurso ante un auditorio, lo cual es muy importante, porque miras las caras de la gente, y te puede dar pistas sobre cómo está siendo recibido lo que dices», explica Susana. Pero con la pandemia, la final nacional se hizo por videollamada: «Tuve que decir mi discurso a un punto, era un poco raro».

El obstáculo no impidió que Susana se llevara la victoria y una experiencia que le ha enseñado mucho. Para ella, la oratoria debería estar en todas partes. Aunque falta, incluso, donde más debería hacerse presente: «No nos pueden representar personas a las que les escriben los discursos», dice preguntada por el nivel de la oratoria parlamentaria en España. «No se trata de aprender un papel que te ha escrito tu jefe de prensa», sostiene.

A ella, esta experiencia con la oratoria le ha servido en muchos aspectos. Primero, ha aprendido a «tener seguridad en mí misma, creces mucho personalmente porque pierdes esos pequeños o grandes miedos a expresar tu opinión». Le ha ayudado a «saber dar las gracias, para tener respeto en el supermercado, para mostrar desacuerdo con un profesor…«. «No es una herramienta, como mucha gente cree, solo para políticos o periodistas. Yo quiero ser médico y la oratoria me parece fundamental para transmitir confianza a la gente, para explicarles las cosas».