Aragón cuadruplica su endeudamiento en la última década

Aragón ha cuadruplicado su endeudamiento desde el 2009, según los datos aportados por el presidente de la Cámara de Cuentas de Aragón, Alfonso Peña, en la presentación del informe de fiscalización de las operaciones de endeudamiento entre el 2010 y el 2016, que se hizo público en noviembre del 2018, pero que está «de actualidad» por la importancia de conocer de qué situación económica partía la comunidad cuando llegó la crisis del coronavirus. Peña ha comparecido esta mañana en la ponencia de relaciones con la Cámara de Cuentas de las Cortes de Aragón para presentar estos datos.

Según ha explicado, Aragón parte ante esta nueva crisis con un volumen de endeudamiento a 31 de diciembre del año pasado de 8.315 millones de euros (6.306 euros por aragonés), lo que supone que se ha multiplicado por 4,4, en términos absolutos, desde el 2010, cuando el endeudamiento inició su escalada con motivo de la anterior crisis económica. Una cuantía que representa el 21,7% del PIB aragonés, mientras que en el 2009 el endeudamienot era el 5,6 %, con 1.890 millones (1.408 euros por aragonés). También ha señalado que «en los tres últimos años el déficit se ha venido manteniendo estable en torno al 22% del PIB de Aragón»

La Cámara de Cuentas ha abierto un estudio «intenso» de las medidas adoptadas por las administraciones aragonesas para combatir el covid-19, su impacto económico y los mecanismos para su puesta en marcha, en algunos casos «muy flexibles», con contratos por procedimientos de emergencia o sin los controles preceptivos.

«Estamos analizando todo el paquete de medidas, sus costes y el sistema de gestión que se ha autorizado» con el fin, según ha avanzado Peña, de preparar las auditorías sobre la gestión de esta crisis sanitaria, cuyo impacto, en el caso del Gobierno de Aragón, supera los 400 millones. «Eso va a necesitar que la Cámara de Cuentas tenga muy en cuenta todo este paquete de estímulos para fiscalizarlos y poder llevarlo a la Cámara», ha incidido.

Un informe muy oportuno, ha apuntado, porque permite tener una visión en un periodo de crisis económica de la evolución de la deuda a la que ahora también se recurrirá para afrontar la crisis sanitaria.

Sin embargo, el presidente de la Cámara de Cuentas ha asegurado que todavía es «prematuro» saber a cuánto ascenderá la deuda aragonesa tras la implementación de las medidas para luchar contra el virus porque estas «todavía se están fraguando» y ni siquiera se han terminado de reflejar todavía en los presupuestos. «Esta es la situación de partida y es bueno que la tengamos en cuenta para poder valorar el impacto de las nuevas medidas», ha aseverado.

Y aunque ha insistido es pronto para saber cuánto crecerá la deuda por el virus, ha recordado los datos y las estimaciones más conservadoras de algunas agencias y organismos de evaluación, que prevén que la deuda nacional representará el 125% del PIB nacional, y de ésta, las de las comunidades autónomas vienen a representar el 25%.

En la intervención de los grupos, la diputada del PP Ana Cristina Sainz ha hecho hincapié en que la deuda es un problema estructural por la constante insuficiencia presupuestaria, «un impuesto diferenciado que pagarán nuestros hijos» que complica aún más la salida de esta crisis, y ha criticado que Aragón no haya logrado reducirla en estos años de crecimiento económico.

Oscar Galeano, del PSOE, ha considerado que la deuda no en es en sí misma buena o «el diablo» y ha replicado a Sainz que el Gobierno de Aragón ha conseguido al menos «aplanar la curva» y su descenso precisa de más tiempo y otros escenarios, ya que el actual no es el más propicio.

José Luis Saz, de Ciudadanos, ha incidido en que hubo un crecimiento notable de la deuda en el periodo maduro la anterior crisis por los déficit producidos, en concreto de la Corporación Empresarial Pública de Aragón (CEPA), que provocó sus «daños colaterales», y había cerca de 500 millones de facturas impagadas de varios años.

Marta Fernández, de Vox, ha apelado a la utilidad de este tipo de informes para «corregir el rumbo», porque «hay una inercia a gastar más de lo que se ingresa y a incumplir compromisos y reglas fiscales», las administraciones están «sobredimensionadas» e impiden que los recursos lleguen a los servicios públicos y a una inversión generadora de riqueza y afrontar la crisis de la COVID-19 sería muy diferente si las cuentas estuvieran «saneadas».

Por su parte, Álvaro Sanz (IU), Carmen Martínez (CHA) y Erika Sanz (Podemos-Equo) han coincidido en que el aumento de la deuda responde a unos ingresos insuficientes frente a los gastos y afrontarlos requiere revisar las herramientas de ingresos y por tanto abrir el debate del modelo fiscal para el futuro.. “La deuda va a ser mucho mayor ahora mismo y tendríamos que poner encima de la mesa por qué siempre hay que acudir a ella”, ha señalado Martínez. Por su parte, Álvaro Sanz ha manifestado que el informe deja patente “cómo se recurrió a la deuda durante los años de la crisis anterior” y ha insistido en que “debemos hacer una lectura crítica para analizar si sirvieron o no algunas políticas de gasto, de austeridad y de endeudamiento”. Erika Sanz, parlamentaria de Podemos, ha hecho hincapié en que “en el informe presentado ha habido un problema estructural de endeudamiento”. “Mientras no haya algo que permita aumentar los ingresos, tendremos el mismo problema”, ha sentenciado.

Finalmente, Jesús Guerrero, del PAR, ha reiterado que el crecimiento de la deuda en los años del informe se debe al sector público, en el que creció más de 3.000 millones.