Las iglesias cristianas piden a Israel que no se anexione tierra de Cisjordania

Los líderes de las iglesias de Jerusalén unieron sus voces para denunciar los planes del nuevo gobierno de unidad nacional de Israel «para anexionarse unilateralmente tierra de Cisjordania», una iniciativa que «suscita preguntas graves y catastróficas» para una hipotética resolución pacífica del conflicto entre israelíes y palestinos. Trece patriarcas y presidentes de las Iglesias firmaron un documento para mostrar su «profunda preocupación» por una anexión que Israel planea ejecutar en julio y que supondrá la tercera anexión que realiza tras las de Jerusalén Este, en 1980, y los Altos del Golán, 1981. El comunicado sirvió también para pedir a Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y a Naciones Unidas que «respondan a esos planes con una iniciativa que permita la resolución del conflicto basada en la ley internacional y las resoluciones internacionales».

Los líderes cristianos mostraron de esta forma su malestar por un plan liderado por Benjamín Netanyahu y respaldado por Donald Trump que consiste en la anexión de todos los asentamientos judíos en Cisjordania. El Likud presentó hace una semana ante la cámara el proyecto de ley para poner en marcha la anexión, que es una promesa electoral de Netanyahu, y cuenta con el apoyo suficiente en la cámara para que salga adelante.

El comunicado de las iglesias se suma al rechazo que ya mostraron los embajadores del Reino Unido, Bélgica, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, los Países Bajos, España, Suecia y el Embajador Adjunto de la UE, que informaron al Ministerio de Asuntos Exteriores israelí de su disconformidad con esta medida unilateral. La anexión supone un golpe definitivo a la solución de los dos Estados en la que trabaja desde hace décadas la comunidad internacional.

Frente a las críticas de líderes religiosos no judíos y diplomáticos europeos, Israel cuenta con el respaldo de Trump, cuya llegada a la Casa Blanca ha servido para acelerar la política colonizadora de Netanyahu. Desde noviembre Estados Unidos no considera ilegales unos asentamientos en los que más de 600.000 colonos viven entre unos tres millones de palestinos entre Cisjordania y Jerusalén Este.