Angela Merkel, ovacionada en el congreso de la CDU: «Queremos una Alemania fuerte en una Europa fuerte»

Tres mujeres cristianas y poderosas por un «centro político fuerte» en Alemania y por una Europa poderosa, respetuosa con el medio ambiente y digitalizada. La presidenta electa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; la canciller alemana, Angela Merkel, y su sucesora en la Presidencia de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), Annegret Kramp-Karrenbauer, marcaron hoy en la ciudad de Leipzig la pauta del 32 congreso federal de ese partido con el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, entre los invitados. Mencionado explícitamente por Von der Leyen, Casado recibió el aplauso de los 1.200 delegados que asisten al congreso por sus resultados electorales.

Von der Leyen dedicó buena parte de su intervención a repasar su carrera y dejar claro que, aunque su sitio está en Bruselas, su casa política es la CDU. Y adelantó que tiene la intención de hacer de la lucha contra el cambio climático una de sus prioridades porque «es una obligación moral ante nuestros hijos y una oportunidad para Europa».

Merkel defendió el trabajo de la coalición de Gobierno y adelantó que en los dos años que restan de legislatura trabajará intensamente por lo que, a su juicio, son los dos grandes desafíos a los que se enfrenta Alemania y Europa: el cambio climático y la digitalización.

«Queremos una Alemania fuerte en una Europa fuerte», afirmó la canciller, que pidió mirar al futuro y buscar el equilibrio entre valores e intereses. Eso significa «interés por lo que está sucediendo en Hong Kong sin olvidar que China es nuestro mayor socio comercial».

El mismo ejemplo con Rusia. Condenar la invasión de Ucrania, pero pactar con Moscú un gaseoducto a través del Mar del Norte que garantiza a Alemania el suministro directo de gas. Y por esa misma regla de tres, aunque sin citar explícitamente al consorcio chino Huawei, Merkel ha dicho que no se va a excluir «por principio a nadie del desarrollo de la red 5G porque somos una economía abierta».

La eventual concesión a Huawei del desarrollo de red 5G será uno de los grandes debates en el congreso, ante la negativa de una buena parte de los delegados a poner esa infraestructura sensible en manos de la empresa de un país dictatorial y, según EEUU, pilar del espionaje chino.

Merkel ha adelantado que como canciller se limitará a «tomar nota» de lo que decida el congreso. En víspera de la reunión, se barajaba cambiar en la resolución a votación dictatorial por antidemocrático, pero sin olvidar ese equilibrio entre valores e intereses.

El temario a debatir en estos dos días de congreso es arduo, aunque toda la atención gira en torno a la figura de Kramp-Karrenbauer y su valía como eventual candidata a la Cancillería. AKK, como se la conoce en Alemania, da por hecho de que la cancillería y la Presidencia del partido deben estar en las mismas manos, y ha hecho lo imposible para posponer el debate. Ciertamente su balance no es brillante. Buena parte del partido cuestiona su capacidad, muy especialmente el ala económica, al frente de la cual está Friedrich Merz.

Merz perdió por un muy escaso margen la votación contra AKK el pasado año, pero el bajo perfil de ésta y las derrotas electorales del último año, le mantienen como alternativa. El ex presidente del grupo parlamentario de la CDU en épocas de Helmut Kohl, un jurista marcado perfil económico y excelente oratoria, cuenta con muchos apoyos y está mejor valorado en las encuestas.

Merz había solicitado a la mesa del congreso tiempo para dirigirse a los delegados. Su discurso se espera con expectación, pero la organización le ha reducido tanto el tiempo que su paso por estrado quedará en intervención. El aparato se ha asegurado de que nadie le haga sombra a Annegret Kramp-Karrenbauer, obligada a demostrar en este congreso que es una líder fuerte, el caballo ganador que necesita la CDU tras la salida de Merkel. Su discurso duró 90 minutos. Fue ovacionada