El PP rechaza la treta del PSOE para vetar a Vox en la Mesa del Congreso

Empiezan a moverse las negociaciones para el reparto de cargos en la Mesa del Congreso ante la constitución de la Cortes Generales, prevista para el próximo día 3 de diciembre. Hay nueve puestos a repartir y desde la izquierda plantean asegurarse la mayoría y dejar cuatro para PP y Ciudadanos, con la condición de que excluyan a Vox del órgano de gobierno de la Cámara. Es un planteamiento muy discutible y bastante tramposo por grandes que sean las diferencias con el partido de Santiago Abascal. Con sus 52 escaños, les corresponde, como mínimo, un puesto de los 9 en liza, simplemente aplicando la regla democrática de atender al número de votos. De quedarse alguien fuera, dentro del bloque del centro derecha debería ser Ciudadanos. Socialistas y Podemos proponen echar a los de Abascal de la Mesa del Congreso sin atender al criterio de representatividad y de mayorías para que a cambio de ese veto la derecha, en cualquier caso, siga estando en minoría.

Vox exige dos puestos, y por votos, como mínimo, le corresponde un miembro, pero todo está en manos del juego político y de los pactos. Aunque tal y como ha quedado el reparto de escaños es difícil que llegue a ejecutarse el veto salvo con la alianza de la izquierda con todas las minorías y los independentistas. Y aun así la jugada es arriesgada por los votos cruzados que tradicionalmente se utilizan. Atendiendo estrictamente al criterio del reparto de manera proporcional a los resultados electorales, lo lógico, sin florituras numéricas, es que el PSOE tenga tres puestos. Podemos, dos. Otros dos el PP, y dos más Vox. PSOE y Podemos suman 155 escaños, lo que dividido entre 3 da 51. Vox tiene 52 diputados. Así que es difícil que, sin sumar votos de otras formaciones, y aun así es muy arriesgado, prospere el veto que propugna la izquierda.

La dirección popular, como adelantó este diario, rechaza de partida esa exclusión de Vox en respeto, alegan, a lo que han votado los españoles. Pero además es que la propuesta que empiezan a airear los socialistas tampoco implica que les concedan ningún trato de favor a cambio de marginar a Vox en el reparto de sillas en la Mesa del Congreso.

Aislar a los de Abascal

De momento, PSOE y Podemos han anunciado su disposición a trabajar conjuntamente para lograr que Vox se quede fuera. En la pasada Legislatura ya buscaron aislar a este partido con decisiones como promover su ubicación en el gallinero del hemiciclo y también su exclusión de los órganos de gobierno de la Cámara. La diferencia es que antes Vox tenía 24 escaños y ahora 52. La propuesta de la izquierda es dar entrada a Ciudadanos, con 10, para dejar fuera a los que tiene cuatro veces más diputados que la formación naranja. Vox es el tercer grupo de la Cámara. En la pasada legislatura, Ciudadanos con 57 escaños consiguió dos «sillones».

En la práctica, todo puede quedar en una maniobra del PSOE para seguir distrayendo la atención con la bandera de que el PP apoya a la «extrema derecha». Cuando la realidad es que ha sido la repetición electoral y la estrategia de confrontación socialista, más la crisis catalana, la que ha dado alas a Abascal. Los socialistas apelan al modelo alemán, donde los grandes partidos se han aliado durante años para aislar a los radicales de Alternativa para Alemania (AfD).

Casado ya ha anunciado que rechaza participar en un «cordón sanitario» frente a partidos constitucionalistas. En la pasada legislatura el PP ya se negó a aplicar ese veto a Vox en las comisiones parlamentarias y facilitó que ocuparan puestos en sus mesas. El PP gobierna en comunidades autónomas y en ayuntamientos gracias a los votos de Vox, cuestión no menor a la hora de valorar la posición de cada parte.

La Mesa del Congreso y del Senado son los órganos que organizan el trabajo parlamentario, aceleran o bloquean iniciativas. Tradicionalmente los partidos se votan de manera cruzada para conseguir sacar adelante sus pactos. La Presidencia se elige en una votación por mayoría absoluta, donde los 350 diputados escriben un solo nombre. Si no la logra nadie, se celebra una segunda votación a la que solo pasan los dos más respaldados y se puede ganar por mayoría simple. Las cuatro vicepresidencias se eligen en una sola votación y los cuatro asientos (vicepresidencia primera, segunda…) se designan según los votos conseguidos por cada aspirante. La designación de las cuatro secretarías se hace utilizando el mismo sistema.