Pedro Sánchez incumple con su libro el Código Ético del PSOE que él mismo aprobó

El presidente del Gobierno no solo vulneró la ley al firmar el contrato de edición de su libro «Manual de resistencia», sino también el Código Ético de su propio partido. Pedro Sánchez fue elegido secretario general del PSOE en julio de 2014, sucediendo a Alfredo Pérez Rubalcaba.

Apenas tres meses después, el 10 de octubre, Ferraz aprobaba el nuevo Código Ético, impulsado por el propio Pedro Sánchez. El documento, de siete páginas, contiene un artículo que contraviene frontalmente lo que hizo Pedro Sánchez con el libro en el que narra su ascenso hasta La Moncloa. Dentro del epígrafe tercero, «Principios básicos y principios éticos», el artículo 3.4. sostiene que «Los cargos públicos y orgánicos socialistas están obligados a desempeñar sus funciones con austeridad, honradez, ejemplaridad, eficacia y plena dedicación al servicio público y del partido». Para ello, desarrolla varios puntos, y el tercero estipula lo siguiente: «Los representantes en Cortes renunciarán a las actividades privadas. Aquellas relacionadas con la actividad política que eventualmente puedan ser autorizadas no reportarán al representante ningún tipo de asignación económica o retribución».

Pedro Sánchez era diputado en el Congreso cuando vendió a la editorial Planeta -una empresa privada, obviamente- su libro y cobró, en 2018, un adelanto de 16.666,66 euros. Declaró haber donado posteriormente 8.990 euros de los «beneficios del libro después de impuestos», pero el Código Ético es tajante: además de no permitir la actividad privada, no recoge excepción alguna en cuanto al cobro. Está prohibida la remuneración fuera del salario público, sin excepción alguna en cuanto a donaciones totales o parciales.

El Código Ético tampoco recoge permisos especiales para actividades literarias de diputados y senadores en ejercicio, a los que se les exige plena dedicación.

Con su conducta, Pedro Sánchez no solo ha comprometido al PSOE, sino a varias instituciones públicas, como son la Oficina de Conflicto de Intereses (OCI) y el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG).

ABC ha tenido acceso a la respuesta que Conflicto de Intereses dio el pasado 1 de agosto a una denuncia sobre la publicación y venta del libro del presidente del Gobierno. La directora del organismo, Flor María López Laguna, sostiene que Pedro Sánchez no solicitó compatibilidad alguna para esta actividad porque no era «necesaria». Asegura que la autorización la tiene «ope legis», es decir, que la ley se la daba directamente. Para ello echa mano de la Ley 3/2015, que regula el ejercicio de los altos cargos y que permite «la producción y creación literaria (…) siempre que no sean consecuencia de una relación de empleo o de prestación de servicios». Flor María López argumenta que el contrato de edición de un libro no constituye «prestación de servicio alguno».

Lo cierto es que Pedro Sánchez escribió, junto a Irene Lozano, a la que luego nombraría al frente de la Marca España, un libro para una editorial y lo cobró, por lo que, según todas las fuentes consultadas, sí existió la prestación de un servicio.

La directora de la Oficina de Conflicto de Intereses también aduce en favor de Pedro Sánchez que la actividad literaria es «ocasional». ¿Significa esto que un ministro puede asesorar a una empresa si es de forma «ocasional»? La Ley lo prohíbe de forma tajante.

Además, Flor López dice que dado que el libro «se publicó en 2019, los rendimientos obtenidos por los derechos de autor no podían haber sido consignados en la declaración de bienes que formuló (Pedro Sánchez) a la toma de posesión», en junio de 2018. La verdad es que el propio Sánchez ha reconocido haber cobrado un adelanto de los derechos de autor en 2018, y todas las partes se niegan a desvelar en qué fecha exacta. Previsiblemente, seguirá cobrando las liquidaciones anuales. En el archivo de la denuncia, Flor María López no relata gestión alguna para aclarar estos cobros por parte del presidente. Esta decisión de la Oficina de Conflictos está recurrida.

Por otro lado, el 11 de julio de 2019 el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno negó informar sobre el contrato suscrito por Pedro Sánchez. En la respuesta a una petición realizada por ABC, el CTBG argumentó que Pedro Sánchez no había elaborado el libro «en el ejercicio de sus funciones». Es cierto que comenzaron a escribirlo antes de su llegada a la Presidencia del Gobierno, pero también es cierto que «Manual de Resistencia» comienza con Pedro Sánchez y su esposa, Begoña Gómez, cambiando el colchón de La Moncloa, algo que no puedo escribir antes de la moción de censura que lo situó al frente del Ejecutivo. De hecho, la resolución, firmada por Javier Amorós, subdirector general de Transparencia y Buen Gobierno, sí reconoce que, «según varios medios (…) el libro fue escrito en su mayor parte antes de que su autor fuera nombrado Presidente del Gobierno».

Queda claro, por tanto, que al menos una parte la elaboró «en el ejercicio de sus funciones» y es una obviedad que el libro se publicó siendo Sánchez presidente, el pasado febrero, y que ese fue el motivo por el que la editorial adquirió el manuscrito.

Niega todas las peticiones

Además, el Consejo de Transparencia, que ha negado todas las peticiones similares a esta, según desveló ayer Servimedia, cita una resolución previa a una petición sobre «datos académicos» de Pedro Sánchez. El organismo público sostiene que los argumentos esgrimidos para desestimarla son válidos también para la petición sobre el contrato del libro: son «cuestiones de carácter privado». Así, un contrato suscrito por el presidente del Gobierno para publicar y cobrar un libro en el ejercicio de sus funciones -primera y única vez que lo ha hecho un presidente de la democracia- es, según Transparencia, un asunto «privado».