La gesta española de la primera vuelta al mundo, a toda vela en el Museo Naval de Madrid

Quinientos veranos han pasado ya desde que Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano levaron anclas e iniciaron, el 10 de agosto de 1519, un viaje cuyo objetivo era descubrir una nueva ruta para arribar hasta las islas Molucas. El resultado es bien conocido: tras un tortuoso trayecto de más de mil días, la expedición consiguió circunnavegar el mundo por primera vez, descubrió el Estrecho de Magallanes y puso un pie en el Pacífico.

Es por ello que España se encuentra este año de celebración y por lo que, este jueves, el Rey Felipe VI ha inaugurado la exposición temporal «Fuimos los primeros. Magallanes, Elcano y la vuelta al mundo». Una muestra que alberga el Museo Naval y que promete convertirse en una de las más detalladas, documentadas y memorables de nuestro país al contar con un sin fin de piezas de época traídas a Madrid desde medio mundo.

El monarca ha sido uno de los primeros en disfrutar de una exposición que, tal y como ha confirmado durante su presentación el almirante Juan Rodríguez Garat (director del Museo Naval de la Armada), busca «dar voz» a todos los personajes que hicieron posible el viaje y evitar que este se convierta en una de las «hazañas que bostezan en los libros». Ni más, ni menos. «Con el título no pretendemos reivindicar la españolidad de la expedición, algo que está suficiente y convincentemente hecho por otros organismos como la Real Academia de la Historia», ha explicado.

Entre las figuras a las que se refiere se hallan desde sus organizadores, quienes partieron bajo la tutela de la Monarquía Hispánica, hasta el propio Carlos I o la Casa de Contratación de Sevilla. Aunque, como es normal, la muestra (que estará abierta hasta el 19 de enero de 2020) guarda un lugar especial para Elcano. «Fue el que tomó la difícil decisión de navegar hacia el oeste para regresar. Esta convirtió una travesía comercial de dudosos resultados en la gesta histórica que hoy conmemoramos», ha añadido.

Tesoros de época

En palabras de Garat, la premisa de los organizadores ha sido «que la exposición esté a la altura de la gesta». Y vaya si lo han conseguido. Así lo atestiguan las 89 piezas cedidas por 23 instituciones diferentes (nacionales e internacionales) que han sido ubicadas en un espacio aproximado de 1.100 metros cuadrados. Todas ellas, organizadas de «forma cronológica», como bien han señalado los comisarios Enrique Martínez RuizSusana García Ramírez y José María Moreno Martín. Los responsables han tenido en cuenta hasta el más mínimo detalle para lograr que el espectador recorra, sin salir del centro de Madrid, las 14.000 leguas que navegaron aquellos marineros de nueve nacionalidades diferentes. Un ejemplo es el color de las salas.

La exposición comienza con una cúpula geodésica en la que un vídeo resume la expedición. A continuación empieza el viaje. Y no lo hace el 10 de agosto de 1519, sino varias décadas antes. «La primera sala muestra, entre otras cosas, los instrumentos de navegación que se usaban en la época», ha señalado Martínez. Un rápido vistazo a sus vitrinas permite vislumbrar lo difícil que fue para aquellos marinos orientarse.

Las salas contiguas guardan, entre otros tesoros, un busto llegado desde Gante de un joven Carlos I. «Cuando recibió al marino portugués solo tenía veinte años», añade el comisario. También destaca el «Kunstmann IV», una reproducción del siglo XIX del mismo mapa que Magallanes enseñó al monarca para demostrarle que las Molucas se hallaban en sus aguas, y no en las portuguesas. «Está copiado del original, que se quemó en la Segunda Guerra Mundial, es un vestigio único», añade.

A partir de ese momento se suceden una serie de galerías en las que es posible encontrar auténticas joyas cartográficas como el Planisferio Salviati (el segundo mapa de la historia que representó el mundo tal y como lo conocemos hoy en día) o el plano de las Molucas de Nuño García de Toreno. «Se elaboró en 1522 y tiene el honor de ser la primera carta que se levantó con la información procedente de la expedición», completa Moreno.

Aunque al comisario le resulta difícil seleccionar una pieza en concreto, no ha querido olvidarse de tres misivas que «recogen la correspondencia establecida entre Carlos I y Elcano entre septiembre y noviembre de 1522». Unos documentos en los que ordena al vasco que viaje a Valladolid para narrar lo que había ocurrido en el trayecto. Tenía mucho de lo que informar, pues, el 6 de septiembre de 1522, apenas regresaron 18 hombres y una nave de los casi 240 tripulantes y cinco bajeles que partieron.

Y joyas actuales

Pero no todos los objetos de «Fuimos los primeros» tienen siglos de antigüedad. El broche de oro lo ponen dos obras que, en palabras de Moreno, no estaban terminadas cuando comenzó la organización de la exposición. La primera es un modelo a escala de la nao Victoria elaborado tras una ardua labor de documentación histórica. La segunda es «Primus Circumdedisti Me», el lienzo que Augusto Ferrer-Dalmau pintó para conmemorar el V centenario de la primera vuelta al mundo. «El cuadro demuestra que, cinco siglos después, la gesta sigue siendo causa de inspiración para artistas y estudiosos», ha confirmado.