Diputados gitanos: cuatro nuevos rostros en el Congreso para acabar con el antigitanismo

Han entrado cuatro diputados gitanos en el Congreso. Nuevos rostros que lucharán en favor de una etnia «discriminada a lo largo de la Historia» y que, en 2019, está integrada por cerca de 750.000 individuos en nuestro país. Estos políticos representarán, a partir del próximo martes 21 (día en el que se constituyen las nuevas Cámaras), a los cuatro partidos más votados y comparten muchos puntos comunes: los principales prejuicios y escollos a los que se enfrentan por pertenecer a esta comunidad, su alta tasa de abandono escolar, las dificultades a la hora de acceder a una vivienda, «la mezquindad» de los chistes de Rober Bodegas… Hoy les conocemos más en profundidad.

JUAN JOSÉ CORTÉS (PP)

La cara más reconocible de los cuatro nuevos diputados lo tiene claro. «El resto de partidos nos han copiado. Ellos sabían que mi nombramiento se iba a producir de manera inminente. Querían cubrir ese posible voto de la ciudadanía gitana. Somos 750.000 individuos que ayudamos al funcionamiento de este país y que aportamos mucho a la Cultura y al resto de sectores», apunta Cortés (49) en una conversación telefónica con LOC.

Activista desde los 14 años, participó enérgicamente en asociaciones sociales que luchaban por los derechos del pueblo gitano. Se afilió al PSOE, donde estuvo tres años, hasta el asesinato de su hija, Mari Luz Cortés. A raíz de ese momento, abandonó todos sus negocios (siete tiendas de ropa, un restaurante y una empresa de construcción con 45 trabajadores). Se centró en la búsqueda de la prisión permanente revisable. Una causa que le separó del Partido Socialista, que no le apoyó, encontrando complicidad en el Partido Popular.

Juan José CortésJ. YAÑEZ

Comenzó a asesorar en el Congreso y en el Ayuntamiento de Sevilla, primero en materia de Justicia y más tarde en temas relacionado con viviendas sociales. Ahora, como diputado, se centrará en fomentar planes de empleo, de vivienda y de educación: «Son los puntos fundamentales para la integración del pueblo gitano».

Cortés nació en Huelva, ciudad por la que es diputado, y creció en un barrio humilde de casas bajas y techos de uralita. No recuerda haber vivido episodios de discriminación, aunque eso no quiere decir que no los haya visto. «El rechazo, en mayor o menor medida, siempre va a existir. En una sociedad de culturas diversas, lo diferente puede parecer extraño o amenazante».

¿Por qué el abandono escolar entre los adolescentes gitanos es tan elevado?

«Nosotros maduramos muy pronto, antes que el resto de la sociedad. Nuestros chicos se casan jóvenes y no tienen la posibilidad de desarrollarse en el sistema educativo. En el PP estamos desarrollando la formación dual, que permite trabajar y estudiar al mismo tiempo. Eso posibilita que si un chico con 15 o 16 se casa joven, no tenga que saltar a un oficio como la venta ambulante, que al final les lleva al fracaso. Podrán desarrollar una profesión y mantener su vida familiar», dice Juan José Cortés.

Ante las voces que hablan de que la comunidad cañí no se quiere adaptar, Cortés no duda: «Llevamos 500 años adaptados. Otra cosa es que el patrón que marca la sociedad no sea el que muchos gitanos quieren. Para formar parte de ella no tenemos que abandonar nuestros principios y costumbres… No somos borregos a los que conducir«, comenta el onubense, quien no se olvida del humorista Rober Bodegas, ni de sus chistes sobre la etnia calé. «Últimamente se emplea el humor y los memes para ofender a las personas y luego decir que es una broma… Me parece un error y se debería condenar. La Justicia debería haberle obligado a retractarse públicamente».

BEATRIZ CARRILLO (PSOE)

Tampoco esconde su enfado contra Bodegas por su famoso monólogo. Beatriz Carrillo (43), diputada por Sevilla y presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas (Fakali), denunció al cómico ante la Fiscalía por delito de odio. «El humor es la expresión más inteligente del ser humano. Si se utiliza contra el poder, para reírse de él, está muy bien. Pero si se usa para burlarse de los oprimidos es un acto mezquino y ruin«, detalla a LOC.

Beatriz Carrillo.E. M.

Para esta diputada cordobesa, en el momento en que un gitano o gitana estudia en la universidad o se convierte en ejecutivo de una gran multinacional, automáticamente escucha: «Ah, pero tú no pareces gitano». «Te están negando. Siempre se nos asocia a lo negativo, a que somos analfabetos… a mí me pasó, la gente se sorprendía. Y cuando se sorprenden es porque algo falla».

Carrillo, quien se autodefine socialista desde la cuna, se vio muy influida por su padre, político y militante del PSOE en la época de la clandestinidad. Aunque su infancia fue «corriente», no esconde que sufrió, junto a sus hermanas, algún que otro insulto. «Las madres de otras niñas decían a sus hijas que no se acercaran a nosotras por el hecho de ser gitanas. Eso puede afectar mucho a tu desarrollo, pero en mi casa nos enseñaron a ser fuertes».

«La comunidad gitana no hace todo lo posible por integrarse», dicen algunos

«Sí, lo he escuchado muchas veces. Primero, no me gusta eso de integrarse. Yo he nacido en un país donde no tengo que integrarme porque formo parte de él. Es la sociedad quien no ha querido integrar a la población gitana. De ahí que arrastremos esos datos escandalosos en empleo, educación, salud, vivienda… ha habido una violaciones de derechos escandalosas. Esa historia la han mantenido en secreto. Eso provoca que siempre estemos en manos y en boca de los racistas, que son quienes inventan todos los mitos y las leyendas. Estamos en una situación de desigualdad y no dejan de criminalizar hasta la pobreza. No podemos dejar a las minorías que más rechazo sufren tiradas en la cuneta, como ha ocurrido», apunta Beatriz Carrillo.

Más tarde se licenciaría en Trabajo Social y en Antropología, pero siempre teniendo claro que la única manera de liberarse de los estereotipos y de los prejuicios hacia los gitanos era entrando en los espacios de poder: «Todos los partidos, pero sobre todo el PSOE, tienen una deuda con la comunidad calé«. Por ello, quiere desarrollar distintas medidas como reforzar el Consejo Estatal del Pueblo Gitano (máximo órgano de interlocución con el Estado) y fortalecer el emprendimiento de la venta ambulante, uno de los oficios que más ejerce esta ciudadanía.

SARA GIMÉNEZ (CS)

«Desde pequeña vi lo que era la discriminación. Los problemas de mi familia por el hecho de ser gitana a la hora de alquilar una vivienda o buscar empleo. Experiencias que me marcaron… Por eso decidí estudiar Derecho«, cuenta Sara Giménez (42), abogada que, tras pasar 18 años en la Fundación Secretariado Gitano, ha fichado por el partido de Albert Rivera saliendo diputada por Madrid.

De padres vendedores ambulantes, se convirtió en la primera persona gitana licenciada en Derecho en Aragón: «Eso de que no hemos hecho todo lo posible por adaptarnos, como dicen algunos, es mentira. Deberían tener en cuenta cuál es nuestra trayectoria histórica. Entramos en 1425 en España y, hasta la Constitución del 78, hemos sufrido una persecución muy fuerte«.

Sara GiménezJAVI MARTÍNEZ

Giménez, casada y con dos hijos, compara la situación de la mujer gitana con la de la mujer rural. «Todavía se espera que seamos cuidadoras, o las encargadas del hogar… pero eso está cambiando a pasos agigantados. Cada vez somos más las pioneras que queremos provocar cambios acompañadas por el hombre gitano, evitando así los enfrentamientos de género», destaca.

Para Giménez, los estereotipos y los prejuicios son los principales responsables del rechazo social que sufre la ciudadanía gitana. «Programas como Los Gipsy Kings o Palabra de gitano no ayudan nada. Hacen un reality a costa de exagerar determinadas cuestiones culturales. Potencian los tópicos sin ofrecer una imagen heterogénea. En estos programas, la imagen de la mujer gitana me decepciona e indigna».

La vivienda sigue siendo uno de los principales retos a los que se enfrentan

«Queremos potenciar la vivienda social y erradicar el chabolismo. Actualmente, en España, hay más de un 2% de chabolismo, más de 9.000 viviendas familias que viven en situación de infravivienda. Es una gran oportunidad para cambiar las cosas. Tener cuatro diputados gitanos no sólo hace que estemos ante un momento histórico, demuestra que ha crecido nuestra salud democrática», anota Sara Giménez.

El fracaso escolar es otro de los puntos que más le preocupan. Desde C’s abogan por trabajar directamente con las familias. «Los niveles educativos y los apoyos en casa son bajos. Hablamos de la educación secundaria obligatoria, que es un derecho de todos los menores. Hay una corresponsabilidad, por una parte de los padres y por otra del Estado, que no puede mirar hacia otro lado«, sostiene esta diputada.

ISMAEL CORTÉS (PODEMOS)

Uno de los fichajes más in extremis de esta nueva legislatura. Ismael Cortés (33) nunca fue militante ni ha estado inscrito a ningún partido. En Comú Podem le fichó 10 días antes del cierre de listas, para su candidatura por Tarragona. «No me lo esperaba, yo me dedicaba al análisis político a nivel europeo y ejercía, también, como profesor e investigador universitario», nos revela. Su conexión con la formación morada llegó gracias a un par de trabajos técnicos que había hecho para ellos, de forma puntual, en temas de igualdad e integración.

Ismael CortésE. M.

Ilusionado con esta nueva etapa, asegura que su programa lleva las medidas más ambiciosas en pro de la ciudadanía gitana. «La primera es una comisión legislativa que revise las formas en las que el Estado, desde los Reyes Católicos hasta la actualidad, ha generado 212 leyes antigitanas. La segunda es llevar a cabo una ley que nos incluya como grupo vulnerable y que registre el antigitanismo dentro del Código Penal en el apartado de delitos de odio«, detalla Cortés.

Este diputado barcelonés, de familia humilde e infancia con recursos limitados, reconoce que nunca sufrió discriminación debido a que, «pese a pertenecer a una minoría étnica, no obedece al canon del estereotipo que la sociedad tiene de los gitanos». Se licenció en Filosofía y Antropología. También tiene un máster gracias al cual ha trabajado sus últimos seis años en el extranjero.

Un bagaje que le permite precisar al hablar del rechazo que sufre su comunidad. «En una escala del 1 al 7, el grado de discriminación es 5. Pertenecer a esta etnia afecta de manera determinante a la hora de buscar empleo o al ser tratados ante la Justicia. Y ésta no es mi percepción, lo digo como experto y doctor en estudios de conflictos».

¿Cuáles son los principales prejuicios contra los que lucháis?

«El principal es el de la vagancia, que pervive desde los Reyes Católicos. Otro, y muy peligroso, es el ligado a la suciedad. Pero no sólo física, también moral. La RAE, a día de hoy, recoge como una acepción de gitano la palabra trapacero, alguien que hace trampas, un pícaro que si no te la hace a la entrada, te la hace a la salida. También habría que añadir el prejuicio que nos vincula al crimen, sobre todo al pasional», desarrolla Ismael Cortés.

Cortés, que no tiene parentesco alguno con su homólogo del PP, cree que se deben enfrentar a un proceso similar al que vivió la población afroamericana en los años 60 y 70 en Estados Unidos. «Que en la televisión, en el ejército, en el cine o en la política existan modelos positivos de esta identidad», dice. Y añade que, de aquí a 20 años, ve posible que esto llegue a suceder en nuestro país.