Dudas y alguna certeza a un mes de ir a las urnas

A un mes de la gran cita electoral del año, las legislativas del 28 de abril, el panorama demoscópico a disposición de los analistas políticos y de los votantes ofrece una divergencia que, según los expertos consultados, no se había dado nunca en nuestra historia reciente. Las encuestas arrojan dos tendencias: la primera viene representada por el CIS de Tezanos y GAD3 y está claramente inclinada en beneficio del partido del Gobierno. La otra engloba, con apenas variaciones de matiz, al resto de estudios entre los que se encuentran los realizados por NC Report para LA RAZÓN.

Según esta segunda tendencia estaríamos ante dos bloques: el primero el de la derecha compuesto por PP, Ciudadanos y Vox, y el segundo a la izquierda integrado por PSOE y Unidos Podemos. El primero sumaría cerca del 50% de los votos y el de izquierdas apenas superaría el 40% siendo el Partido Socialista, según consenso generalizado de todas las encuestas, la fuerza más votada. Tampoco hay dudas respecto al lento pero constante desinflamento de Unidas Podemos que pierde un millón de votos hacia el PSOE y aproximadamente 750.000 hacia la abstención. Desinflamiento que, a todas luces, no podrán contener los incendiarios primeros compases de la reentrada de Iglesias en el trágafo político; si bien lo cierto es que éstos aun no han sido registrados por ninguna encuesta.

El análisis de los datos de la izquierda habla a las claras de un PSOE situado entre el 27% y el 30%, primera fuerza política pero muy lejos de los índices en los que esta fuerza política se ha situado tradicionalmente, un estado de cosas que no le permitirá gobernar ni siquiera con el apoyo de Unidas Podemos ya que por cada escaño que Sánchez le «roba» a Iglesias, éste pierde además medio.

Dudas y alguna certeza a un mes de ir a las urnas

En la derecha ocurre algo insólito en toda nuesta historia democrática: los vecinos del PP por la derecha (Vox) y por el centro (Ciudadanos) suman más que el partido de Casado, lo que representa un importante problema para el sucesor de Rajoy. La situación es además más preocupante para Génova debido a que hay encuestas que llegan a situar al partido azul en tercer y hasta en cuarto lugar. Sin embargo, parece poco probable que se materialice este extremo debido a la fuerte implantación que tiene el PP en todo el territorio, algo que Ciudadanos, y mucho menos Vox, está lejos de emular. Los expertos consideran que a pesar de que la derecha suma 12,5 millones de votos y la izquierda unos 9,5, se daría la circunstancia de que si Ciudadanos y Vox no se retiran en algunas circunscripciones clave dos millones de votos de este bloque no se traducirían en escaños. El caso de Vox es especialmente claro en este punto: la formación liderada por Abascal solo traducirá en escaños sus votos en 8 o 12 circunscripciones. En las más de cuarenta restantes no sucederá esto y algo parecido pasa con Ciudadanos en unas 30 provincias de toda España. Si esta situación no sufre ninguna corrección a lo largo de la campaña se puede dar el caso de que la victoria amplia en votos de la derecha se traduzca en una derrota en escaños que cree un empate técnico con el bloque de izquierda, unas tablas que solo podrían romper los diputados de los partidos independentistas con repercusiones muy preocupantes para la marcha del país.

La situación es más alarmante si cabe en el Senado ya que las peculiaridades de nuestro sistema electoral pueden darle una mayoría aplastante al PSOE que podría bloquear la aplicación del artículo 155 indefinidamente si el desafío secesionista en Cataluña se mantiene. La principal incertidumbre que ocupa a los expertos a un mes de las urnas es si se mantendrá el desencanto que las izquierdas demostraron en las últimas elecciones en Andalucía, cuando 400.000 socialistas y 350.000 votantes de extrema izquierda se quedaron en casa. Por ello, tanto PSOE como Podemos aspiran a movilizar a los suyos.

Por otro lado, la principal de las certidumbres es una movilización masiva de la derecha, una movilización que se produjo en las andaluzas y que según todas las encuestas se reproducirá en las generales. La causa de ella no es otra que la amenaza de ruptura que vive España a cuenta del desafío catalán, un problema de fondo que sigue vivo como demuestran las sesiones del juicio del «procés». A pesar de ello todo apunta a que el extra electoral que tendrá la derecha se quede en agua de borrajas debido a los dos millones de votos de Ciudadanos y Vox que no se traducirán en escaños. Los expertos afirman que, salvo sorpresas, solo la intervención de una figura de prestigio para estos votantes podría reconducir una situación que abocaría a un empate en el próximo Congreso que solo los independentistas podrían desbloquear.