Más carbón para el Corredor

La provincia de Teruel espera que un día la suerte le sonría en forma de buenas noticias para su futuro. En solo una semana puede pasar del llanto por el revés sufrido por Andorra, tras el certificado definitivo de defunción firmado por Endesa a su central térmica, a la ilusión de la mano del Corredor Cantábrico-Mediterráneo. Ese en el mejor de los escenarios. El peor sería, prácticamente, cerrar los siete días más nefastos del año, en los que se puede quedar sin carbón y sin tren de altas prestaciones. Y casi sin futuro, porque el desarrollo de sus municipios, ahora que tanto se habla de combatir la despoblación, parece no pasar tampoco por más autovías. El desdoblamiento de la N-232 se detiene en Fuentes de Ebro y la A-40 ya parece un espejismo del pasado. Así que si Bruselas no compensa el varapalo el próximo jueves, el futuro será más negro que el propio carbón turolense, lo que añade más tensión a la espera, y en especial a un Gobierno central y autonómico al que despojaría de argumentos para vender ilusión al sur de Aragón.

Todas las miradas están puestas en Bruselas y en la esperanza de que la Comisión Europea apruebe la inclusión en el mecanismo Conecta Europa del ramal entre Zaragoza y Valencia del corredor Cantábrico-Mediterráneo. El impulso a este trazado ferroriario en las mismas condiciones que el tramo entre Zaragoza y Bilbao supondría un espaldarazo para las deficientes infraestructuras ferroviarias de la provincia. Teruel fue la última capital de España a la que llegó el ferrocarril (1901) y sigue siendo la única sin comunicación directa con Madrid. Según denuncia la plataforma Teruel Existe, «mantiene el mismo trazado proyectado en el siglo XIX con una vía única sin electrificar».

El Gobierno de Aragón se ha volcado en lo que llaman «labor de lobi» para presionar a las autoridades europeas y lograr la inclusión, sin importar el carbón que sea necesario quemar en el proceso. Un éxito en esta materia supondría financiar con fondos comunitarios hasta el 50% de las obras. Además, desde la Comisión Europea se intenta que la cofinanciación de este tipo de actuaciones no compute como deuda, y eso facilitaría mucho las aportaciones que los gobiernos tienen que hacer al desarrollo de este tipo de ejes.

El presidente de la DGA, Javier Lambán, acompañará el martes a la delegación del secretario de Estado de Infraestructuras, Pedro Saura, en un viaje a Bruselas para reunirse con la comisaria de Transportes, Violeta Bulc, además de con el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, antes de que la UE decida qué nuevas infraestructuras incorpora a su red básica. Previamente se habrá celebrado una bilateral en la que este eje ferroviario ocupará un espacio predominante.

El optimismo entre los dirigentes aragoneses es elevado. Confían sobre todo en el trabajo de las europarlamentarias Inés Ayala e Inmaculada Rodríguez-Piñero. Además, cuentan con el apoyo incondicional de la Autoridad Portuaria de Valencia, que ha llegado a invertir fondos propios en la renovación de las vías. «Las mejoras se notaron de forma inmediata», aseguró el presidente del organismo, Aurelio Martínez, en su pasada visita a Zaragoza para demostrar la unidad social y empresarial con el proyecto.

El ramal turolense en necesario porque su mejora supondría también una conexión decente para pasajeros entre Teruel y Valencia. En la actualidad el viaje se alarga durante cinco horas con tramos en los que el ferrocarril circula más lento que un tractor, como se demostró con un vídeo viral que ejemplificaba a la perfección el problema secular de la provincia.

«A fecha de hoy no hay ningún estudio reciente sobre la potencialidad del corredor para viajeros (más de 11 millones de habitantes), ni del impacto económico que supondría para las ciudades en su trayecto», lamentan desde la plataforma ciudadana.